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[...]

Tal vez no debió contarle a su viejo amigo, sobre aquel chico...¿Tal vez? .Definitivamente no debió.

-Amor a primera vista ¿eso es posible?- preguntaba burlonamente, Taehyung.

-Nunca dije eso, dije que lo buscaría- habló Jimin un poco molesto mientras calentaba para correr.

-¿Lo quieres volver a ver?- preguntó al mismo instante que comenzó a estirarse.

- si...- dijo con toda la inseguridad a reflejada en su rostro.

La carrera comenzaría en un par de minutos, Jimin y Taehyung se habían mentalizado con el lema:  "nacimos para ganar, nacimos ganando".  Pero su lema no les fue suficiente, ese par tenía la condición física peor que la de un abuelo. Llegaron en los últimos cien, terminaron caminando, después de cuatro kilómetros no tenían fuerzas para respirar mucho menos para correr.

Últimos cien metros, decía el letrero que acababan de visualizar. ¡Ni de coña corro, ya para que!, así fue como ambos llegaron caminando a la linea de meta donde el  estaban algunos chicos anotando el orden en el cual llegaban y otros repartiendo agua.

Taehyung tomo una botella y la bebió de un solo trago.

Jimin intentaba regular su respiración, no podía erguirse estaba agachado intentado calmar el dolor que tenía en su pecho.

Un chico con muchas botellas de agua, unas cinco botellas se paro frente a Jimin.

¿Acaso intenta joderme?...no puedo ni respirar, mucho menos tomar agua. Pensaba Jimin al mismo tiempo que levantaba la cabeza.

Encontrandose con aquel chico, el del autobús. Jimin había dejado de respirar, pero eso no impidió que su mano se moviera automáticamente para tomar una botella de agua.

Sus ojos se reencontraron nuevamente con los ojos oscuros de aquel chico castaño.

Diez, veinte ¿treinta segundos?. Si treinta segundos tardo Jimin en tomar la botella de agua, treinta segundos tardo Jungkook en darle la botella de agua.

Tal vez ese intercambio hubiera sido eterno si un chico de gorra rosa no hubiera llegado llevándose a Jungkook a rastras.

Estático estaba Jimin, después de ver nuevamente a ese chico, el cual aún era un extraño.

Parecía estar en una ensoñación, solo podía ver como aquéllos dos chicos se alejaban.

Un recuerdo....

Un recuerdo atravesó la mente de Jimin al igual que una daga atraviesa un corazón.

¿Hace cuanto tiempo sucedió eso?

¿Un par de años?

¿Hace cuanto?

Jimin al igual que el primer mes había tomado la misma ruta para ir a la escuela, diario a la misma hora en el mismo lugar, siempre había más de un lugar disponible para sentarse.

Siempre iba aquel delgado chico rubio de piel blanca. Un gorro negro adornaba su cabeza y una sonrisa su rostro. Esa sonrisa era para una persona, era para Jimin.

De lunes a viernes se encontraba al mismo chico, pasaría un año o más tiempo hasta que un día Jimin iba de regreso a su casa y feliz de que la semana concluyera, viernes al fin. Ya casi fin del ciclo escolar.

Tomó cualquier asiento en el autobús, cualquiera a excepción de uno iba ocupado en ese asiento iba el chico rubio, vestía ropa informal y llevaba un sobre en la mano.

El chico del autobús [JIKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora