capítulo 22: Pesadillas

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«Hace varios años, cuando tenía aproximadamente 10, vivía con mi padre y mi madre en California, mi mamá siempre me alejó de ella, era como si me odiase, dolía ver cómo me rechazaba pero mi papá siempre me calmaba diciendo que esa era su forma de ser. La mentira más grande que me Han dicho. Un día, sin más, se fue, dejándonos solos y desolados-alzo una ceja en señal de confusión, su madre no sería capaz de marcharse, se nota a leguas el amor que siente por su hijo, el notó mi expresión y hizo una seña para que esperara -Cuando se fue, papá dejó de ser el mismo, salía todos lo días muy temprano en la mañana, y regresaba muy tarde en la noche , casi no lo veía y pasaba todo el día sólo en casa o con alguna niñera... A pesar de todo, no me quejaba, cuando podía hablar con mi padre pasábamos buenos momentos y aunque no era lo mismo, el siempre me demostraba su amor. Pero al cumplir los 13, todo se vino abajo. Corine, el diablo hecho mujer, se casó con mi papá. Al principio era muy buena y amable conmigo. una muy buena mentirosa debo decir. ¡la llegué a querer! -exclamó con los ojos vidriosos, se me encogió el corazón al verlo en ese estado así que lo abracé para darle las fuerzas de continuar, se recompuso y volvió a su anterior posición para seguir narrando -sentía que al fin tenía una madre que no me rechazaba y que me quería, pero que estúpido era, ella sólo actuaba, cuando la empresa de mi padre se empezó a agrandar, él pasaba más tiempo fuera que antes, a veces se iba por meses. Meses que mi madrastra aprovechaba para maltratarme, primero empezó con insultos, luego comenzó a tratarme como empleado y cuando me equivocaba en la mínima tarea, recibía golpes de su parte hasta que ella se cansaba y me dejaba ahí tirado como si no valiera nada. Un año duró mi sufrimiento. Cuando en la escuela empezaron a notar mis golpes y dejaron de creer mis excusas, la llamaron pues mi papá estaba en algún viaje. Fue el peor día de mi vida, ella me culpó y me golpeó peor que todos los días, también me dijo la verdad con la intención de herirme; mi madre nunca me quiso, hubiese abortado de no ser por la insistencia de mi padre, ella nos abandonó por otro hombre. No satisfecha con eso, me encerró en mi cuarto por dos días, en los que sólo me daba un vaso de agua cuando se acordaba de mí -a esas alturas ya me encontraba llorando, no me imagino a Cárter tan vulnerable. Me parte el alma saber por todo lo que pasó -hasta que al tercer día, cuando ya me sentía sin fuerzas de continuar, mi tía Anabella fue de visita y se dió cuenta de lo que pasaba, cuando entro a mi cuarto y me vió en esas condiciones, me abrazo y lloró desconsoladamente mientras conducía camino al hospital. Aún recuerdo su cara cuando todo ocurrió, ella fue mi salvación de aquel infierno. Hizo todo lo posible por meter presa a esa tipa y lo consiguió, cuando mi padre se enteró no podía con la culpa y prefirió que mi tia me adoptará, desde entonces no lo veo, sólo aveces hablamos por teléfono. De aquel niño asustadizo que temía hasta de las moscas mi tía se encargó que no quedara rastro, pero los malos recuerdos y las pesadillas aún me acompañan... -termino de contar.

Estaba llorando a mares mientras él apenas mostraba rastros de lágrimas, pero se notaba algo ido, como si su mente estuviera pérdida en algún recuerdo lejano...

Aún llorando me lancé sobre él de nuevo y lo abracé con todas las fuerzas que poseía, él pareció volver y me devolvió el apretón con la misma fuerza, dejando su cara en el hueco de mi cuello. Mientras estábamos así sentí algo mojar el hombro de mi camisa, deduje que lloraba y eso hizo que mis lágrimas cesarán, tenía que ser fuerte, no podía demostrarle lástima, quería que sintiera que lo apoyaba... Hice un gran esfuerzo para dejar de llorar y comencé a acariciar su cabello. De vez en cuando oía algún sollozo que se escapaba, y que rompía mi alma. Poco a poco dejé de sentir las lágrimas y su respiración se normalizo, se había dormido, parecía un pequeño cachorro indefenso e ese estado. Me enterneci y cuando estaba por moverme para dejarle más espacio sentí su brazo rodear mi cintura y atraerme a él. Me acomodé mejor y me volví a dejar caer en brazos de Morfeo.

Mi Idiota Vecino Where stories live. Discover now