12º

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No ha pasado ni una hora cuando oigo a Tomas roncar.

Y mi espalda simplemente no puede más, el sofá parece una maldita piedra.

Escucho a John murmurar algo desde su sillón, molesto. Trato de escuchar lo que dice pero me llegan palabras sueltas.

-... incomodo...sofá...mierda.

-¿No puedes dormir?-Pregunto ladeandome hacia él y reprimiendo la incomodidad de mi postura.

-Digamos que este sillón pasa olímpicamente de adaptarse a mi cuerpo.-Dice amargamente pasándose una mano por la cara cansado. 

-El sofá tampoco hace muy bien su trabajo que se diga-Hace una mueca de disgusto y mira la televisión emitiendo anuncios en mute. Las luces de esta bailan por su rostro, enseñando unas ligeras ojeras. Su pelo, despeinado por el intento de acomodarse, permite ver sus ojos algo rasgados pero no pequeños. El color no lo puedo ver bien, pero son claros.

Sus labios, apretados en una mueca de desacuerdo, y sus dejas algo fruncidas.

Tiene un extraño atractivo.

Sus ojos se mueven hacia mi y sonríen de lado.

-Se que soy guapo pero me vas a gastar de tanto mirarme.

-¿Pero tú eres tonto?- Digo molesta mirando a otro lado. ¿Como se puede ser tan insufrible?

Se rie por lo bajo para no despertar a Tomas, pero su esfuerzo es en vano, ya que la puerta se abre de golpe, haciendo que los dos nos sobresaltemos y que Tomas gima molesto.

-¡Zelda!-Grita un Stefan alterado desde el marco de la puerta.

-¿Stef...?-Pregunto confusa.

NOs mira a John y a mi, y finalmente a Tomas, el cual no parecía muy contento.

-¿Pero qué...?- Se rasca la nuca y me mira- ¿No eras tú la que estaba...?

-¿Que haces aquí mocoso?

Tomas se levanta de la camilla visiblemente mosqueado.

John me mira confuso, yo miro al grandullón dirigirse hacia Stefan, el cual se mantenía inmóvil.

Y bajo la única luz de la televisión, se arma la de Dios.





Tu IdiotaWhere stories live. Discover now