Parte 6: Café para el alma

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Al estar en el bus de camino a mi casa sentí una extraña sensación en la boca del estómago junto con una incomodidad, seria por lo que había pasado hace unos momentos junto a Aarón cuando me dijo tales palabras que aun recorrían mi memoria y que simplemente no deseaban salir siendo como una miel para mi yo interior, "solo dame tiempo", tiempo era algo muy relevante y valioso para mí no era de esperar a nadie y menos a alguien como él y porque me diría eso si tan solo esperaba que me dijera otras cosas tales como "puedes irte" o "no tenemos nada de qué hablar" pero no fue eso llegando a darme un dolor de cabeza.

Sin darme cuenta llegue al paradero más próximo a mi casa y baje con una sensación de pesar en las piernas dirigiéndome hasta mi casa, al abrir la puerta pude ver una nota que estaba apoyada sobre la mesa de la sala, imaginando de quien podría ser.

"Lo siento tu padre tuvo de nuevo imprevisto y no regresara hasta dentro de unos meses, yo me fui a la casa de unas amigas, hay comida en el refrigerador además de dinero en el tarro si algo deseas pedir para la noche".

Esas eran las palabras de mi madre a través de ese pesado de papel que ahora tenía entre mis manos, lo guarde en mi bolsillo y subí las escaleras sin ganas de comer ya que no me apetecía mucho ya que mi mente ahora estaba jugando a estropearme el día.

Recostada en mi cama, me puse a ver el techo de mi cuarto imaginando una sarda de cosas para poder distraerme poniendo como fondo de música a Pink Floyd, decidiendo dejarme llevar por sus melodías con los ojos cerrados. Pude imaginarme en un valle con unos grandes árboles a mí alrededor en donde el viento soplaba y mis cabellos libres podían revolotear, tan solo era yo en ese momento dejándome fluir con una paz interior disfrutando del paisaje que mi mente había creado para mí y en ese momento estaba comenzando a sonar el buzón de notificación de mi celular, lo que reventó mi burbuja de fantasía breve.

"No deseo que las cosas se entremezclen más".

Mire el mensaje que había recibido en ese momento, dejándome algo perpleja por su contenido, sintiendo un nudo en la garganta que me causo una sensación de amargura que no podía explicar, teniendo en mi mente el nombre que muy posible podría de ser de la persona que me lo había enviado. Decidí llamara al número del cual me había enviado dicho mensaje para saber si era mi teoría cierta y enfrentarla, tenía el corazón en la boca por escuchar su voz y estar en lo correcto para decirle que simplemente se aleje de una vez que no deseaba nada de él y que su juego me parecía una estupidez que debía de terminar.

—"El numero el cual usted ha llamado no contesta, vuelva intentarlo más tarde"- sonaba la voz de la grabadora.

Para mis adentros estaba una rabia que no podía comprender, de repente por el tema de no poder hablar con él y decirle lo que sentía en ese momento o también el de ya estar agotada de esto que era un tira y jale de esta historia melodramática que a su costado una película hindú está casi a su altura, claro solo faltaba Sri bailando y diciéndome que nos fuguemos para ser felices.

Para poder olvidar todo esto y debido a que pasaría una noche sola como solía ser de costumbre ya que mi hermana no me había avisado que vendría, simplemente decidí visitar a un muy buen amigo que para mis adentros era el único que me podría escuchar sin decirme que estaba histérica o que lo dejara pasar y continuara con mi vida. Me aliste con algo más ligero y una casaca para evitar el frío de la noche, tome un taxi sin saber si me recibiría sin avisarle o más aún si simplemente me podría escuchar todo lo que necesita decirle.

El viaje fue más largo de lo que pude creer, al bajar del taxi y caminar hasta la entrada de su casa pude sentir como corrían ciertas lagrimas por mi rostro sin razón alguna pero aun con un peso muy profundo, al tocar la puerta pude escuchar unos pasos que se acercaban abriendo la puerta muy lentamente sintiendo su mirada sobre mi junto con una mano que me levantaba la quijada y con la otra secándome esas lagrimas que corrían por mi rostro.

InestabilityWhere stories live. Discover now