31.Un regalo inesperado

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31. Un regalo inesperado.

—Y entonces Scott me dijo que siempre había estado enamorado de mí, pero que nunca se había atrevido a decírmelo. Además, me confeso que llevaba todo el baile queriendo besarme, pero que no quería presionarme en caso de que yo no hubiera olvidado a Ian. ¿Puedes creértelo?

— ¿Y has olvidado a Ian?—Inquirí yo de forma natural mientras me apoyaba relajadamente sobre la hamaca. Quizá ese fuera un buen momento para intentar introducir el tema de Ian. Después del baile de invierno, las vacaciones de navidad habían comenzado, y cómo de costumbre, me tocaba pasar la primera semana en casa de papá, en Los Angeles. Y pasar las navidades con papá incluía también compartir techo con la malvada Helen, quién parecía no haberme perdonado nunca por haberle robado el novio a su hija, y Lizzie.

A diferencia de cómo yo concebía las navidades en Nueva York con abrigos de piel, bufandas y gorritos de lana para protegerse del frio, patinaje sobre hielo en central parck, noches acurrucada en frente de la chimenea de mi habitación... La temperatura en Los Angeles rozaba los treinta grados, por lo que lejos de estar tapada con cientos de capas de ropa, me encontraba tomando el sol, tumbada en una hamaca en el jardín trasero de la villa californiana que papá y Helen se habían comprado en Beverly hills. Sin embargo, no tenía queja ninguna. Aquello era cómo una prolongación del verano. Simplemente relajada, sin problemas, y muy lejos del drama.

Aunque nunca suficientemente lejos.

Además, quizá fuera mejor sacar el tema fuera de la presión del internado, los cotilleos, las mentiras...

— ¿Me estas escuchando? —Lizzie se incorporó sobre la hamaca mientras soltaba una risotada sarcástica. — ¿En serio de todo lo que he dicho te quedas con lo de Ian? ¡Ian es pasado! ¡Estoy saliendo con el chico más tierno, sincero, sensible y guapo de todo el internado!

—Me alegro mucho por ti. —Contesté yo sonriendo. Saber que Lizzie tenía novio y había pasado página de Ian y todo el drama del año pasado hacia que me tranquilizara. Después de todo, me hacía sentirme un poco menos culpable por estar saliendo con su ex. Además, si ella decía que ya había superado a Ian, quizá se tomara cómo una buena noticia, o al menos no se enfadaría cuándo se enterara de que ahora estábamos saliendo juntos.

—Me acaba de contestar mi mensaje diciéndome que me echa de menos y una carita triste. ¿No es adorable? Ian no me contestaba ningún mensaje. —Suspiré profundamente. Al menos sabía que lo de ignorar mensajes no era nada personal, solamente uno de sus muchos talentos. Le había mando un mensaje el día anterior felicitándole las navidades, y seguía sin tener respuesta. Estiré la mano hacía la pequeña mesa de madera donde reposaba mi zumo tropical, edulcorado con unas gotas de ginebra, y mi móvil. Suspiré, efectivamente no había ningún mensaje nuevo. — ¿Sabes? Me alegro muchísimo de que no acabaras con Ian.

—Supongo que podría ser raro salir con el ex de una amiga. ¿No?—Pregunté encogiéndome de hombros mientras esbozaba una sonrisa forzada. El tema de Ian estaba saliendo a relucir, y tenía que tantear el terreno. Me moría por contarle a mi mejor amiga que estaba saliendo con el chico que me gustaba desde hacía casi un año. Pero aunque Lizzie parecía preparada, no sabía hasta qué punto, era solo una fachada.

— ¡No es por eso!— Lizzie se quitó las gafas de sol para clavar su mirada en la mia. Era cómo una versión en miniatura de Helen. Tragué saliva esperando que continuara.— Es que Ian no es trigo limpio... Quiero decir, si alguna vez lo dejo con Scott, que espero que nunca pase nunca, no me importara que salieras con él, porque sé que serias feliz. Con Ian no serias más que una amargada.

Jo es nombre de problemas. (JNENDC2)Where stories live. Discover now