Depredadores

Capítulo 1: Observar

Me gusta una buena cartera, leer Cosmopolitan, la ópera, el buen vino, las artes marciales y una buena hamburguesa de vez en cuando. No soy unidimensional, ni veo por qué tendría que serlo.

Creo que odio a Reese Witherspoon y su estúpido personaje rubio y rosado. Ese personaje me ganó varias sesiones de matoneo por el simple hecho de ser rubia, sí, "legalmente rubia". Perra.

Todas las mañanas me había acostumbrado a despertarme temprano, pasar por la ducha como quién no quiere morir bajo un chorro de agua helada y cepillarme los dientes, sólo para no sentir esa sensación pastosa asquerosa en la boca. Luego, salía a correr con algo de furia, para vencer la inercia que me llamaba de vuelta a la cama.

Hoy toda la rutina está fregada. Anoche no pude dormir nada. Ayer mi jefe, me adelantó que su retiro era inminente y que la Junta había aceptado su recomendación: me quería a mí como Directora Ejecutiva de Lush Inc. Después de ser Directora Comercial por 3 años, y de una carrera de más de 10 años en la industria, es lo que había estado buscando. Cada vez que recordé un cielo azul, una mariposa blanca sobre la campiña inglesa o cualquiera de esas estupideces para sonreír genuinamente. Cada vez que manipulé, mentí, reí y lloré durante todo este tiempo, finalmente dio resultado. Al menos eso creía, hasta ahora. Creo que no logro despertar, puede que haya tomado demasiados medicamentos para calmar el dolor de cabeza.

Esto no puede ser real.

Escucho muchos sonidos extraños, movimientos, crujidos, silbidos, todos en diferentes capas, finamente diferenciados, como parte de una composición. Me parece que escucho aleteos y mordisqueos por todas partes. A mi alrededor e incluso, en mí. Abrí los ojos hace unos minutos pero no soporto lo que vi. Siento que enloquezco. No sólo por lo que veo, hasta la sensación de mi piel y de la forma de mi cuerpo es diferente.

También veo todo muy diferente. Todo es borroso y algunos colores apenas puedo distinguirlos. Lo peor de todo y lo que me hace sentir estúpida, es que me veo y soy o parezco, un animal.

Un gato.

¿De verdad? Sí, un gato. Bueno, una gata, ya puse la cola hacia el espejo y por lo menos mantengo el género en esta pesadilla. Porque tiene que ser una pesadilla, ¿cierto?