.•CAPÍTULO XIV•.

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La primer pesadilla
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•Narra Dmitri•

El día de ayer fue bastante productivo, Anya logró aprender muchas cosas básicas de su familia, y aprendió una de las actividades favoritas de Anastasia; montar a caballo.

Esto era importante ya que era uno de los pasatiempos que más practicaba la princesa, y el día de hoy logró aprender a andar en bicicleta.

Pero detrás de todo esto hay algo que se me hace sumamente curioso.

Anya tiene demasiadas habilidades, es decir, ayer no le costó tanto trabajo aprender a montar el caballo a pesar de que en un inicio estaba bastante aterrada porque temía que fuera a caerse o que la fuera a tumbar, pero después de unos minutos y cuando el caballo empezó a correr más rápido ella logró controlarlo bastante bien, como si fuese algo que ella ya había hecho antes y que solía hacerlo muy bien.

Y el día de hoy pasó exactamente lo mismo, ella dijo que jamás había andado en bicicleta lo cual era lógico y comprensible ya que en la casa hogar no tenían nada de eso, sin embargo, no le costó nada de trabajo aprender.

Se subió la bicicleta y cayó un par de veces no lo negaré, pero se puso firme tomó las riendas del asunto y logró hacerlo muy bien. Y mientras lo hacía mantenía esa postura elegante que le habíamos enseñado, después nos narró su vida, luciendo como toda una Romanov.

Cualquier persona que la conociera en estos momentos sin duda alguna diría que ella es la verdadera princesa Anastasia.

Hoy debemos enseñarle otra cosa fundamental para ella; el baile.

Toda buena princesa debe saber bailar el vals y Anya no será la excepción. No me sorprendería para nada si logra hacerlo bien en su primer intento como lo ha hecho con las demás cosas.

También hay otro asunto que me tiene un poco inquietado, quizás parezca alguna ridiculez, pero cuando le preguntamos Anya sobre su vida, le pedimos que contestará como si fuera la princesa, y lo hizo perfectamente bien, pero cuando estaba hablando de su tío el primo de su padre que las solía visitar mucho en el castillo mencionó a su gatito y el nombre de su mascota.

Y que yo recuerde ni Vlad ni yo le mencionamos a dicha mascota, o quizás sí pero no lo recuerdo, no lo sé tal vez sólo está exagerando. Pero yo juraría que solo le habíamos dicho que se les conocían como los "aristopets".

El viaje en autobús fue bastante tranquilo.

Obviamente ella hizo mil preguntas respecto a cada cosa que veía.

Pero creo que cada vez es un poco más soportable.

Solo un poco.

Después de un par de horas al fin habíamos llegado nuestra siguiente parada.

—Muy bien Anya aquí estamos— le dice Vlad cuando llegamos al puerto, estamos parados frente al barco que nos llevará París

Ella queda sorprendida con la magnitud de la embarcación, cada cosa nueva que le enseñamos me resulta fascinante.

—Ahora quiero que hagas lo siguiente— Vladimir le dice llamando su atención —quiero que subas por esa rampa cómo lo haría una princesa es el momento de poner en práctica lo que te hemos enseñado estos días.

Ella ríe.

¿Porque ríe?

—Vladimir, mira a todas esas personas, se ve que son damas y caballeros de bien, qué crees que van a pensar si una chica que se ve como yo pasa por su lado caminando como si fuera la emperatriz, dirían que estoy loca y que estoy haciendo el ridículo.

La Última RomanovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora