Esperando a Lucy

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Otra vez en el mismo lugar, a la misma hora, con la misma sensación de soledad. El sonido de las olas estampándose contra las rocas en la oscuridad que sigue al crepúsculo. La brisa fría y amenazante arremolinándose sin sentido a su alrededor, aleteando su vestido y su pelo oscuro. La Vara de Uno aferrada, como si su vida dependiera de ella, hasta emblanquecerse los nudillos de las manos. Y ella allí, sentada en un pedrusco sobre el acantilado, totalmente sola y con la terrible sensación de haberse equivocado como nunca debió hacerlo.

Desde la traición de Alex y la muerte de sus padres, desde que había empezado a liderar a los Runaways por que alguien tenía que hacerlo, había muy pocas cosas que Nico tuviera realmente claras: su filosofía ("Intenta no morir") y la presencia siempre reconfortante de Karolina. Pasase lo que pasase, ella estaba allí como un faro, aportándole una serenidad que muchas veces dudaba poseer, ayudándola a seguir en ese difícil camino que se había impuesto sin saber muy bien porqué.

Pero Karolina se había marchado con aquella especie de lagarto verde transformista, y a ella se le caía el mundo encima cada vez que su pulsera tintineaba en su muñeca como una maldición, recordando una noche apenas unos meses antes: la noche en que Xavin apareció, momentos después de que Karolina intentara besarla, confesándole que la quería y ella... ella la había rechazado como si jamás hubiera podido esperar algo así por su parte, perdiéndola apenas unas horas después.

Tanto miedo y tantas mentiras la estaban matando.

Todo el mundo lo sabía: no era ni mucho menos la líder impasible y dura que pretendía aparentar. A lo largo de los meses no había podido evitar acabar lanzándose a los brazos de cuantos chicos se habían mostrado mínimamente cariñosos con ella: el traidor de Alex, el vampiro Thoper... incluso se había avalanzado sobre el pobre Chase durante la misión en Nueva York, algo que Gertrude jamás le perdonaría como llegara a enterarse... ¿Qué más faltaba? ¿Arrimarse a Victron?
Pero no lo podía evitar. Cuando la soledad o el desamparo la asediaban, buscaba desesperadamente refugiarse en alguien, e inevitablemente acaba en los brazos de uno de ellos. Y siempre, siempre se había equivocado, sin que ello supusiera mayor problema que hacer borrón y cuenta nueva, dejando atrás la última desventura fracasada.

Eso sí, la seguridad en sí misma iba bajando, poco a poco, como un recurso limitado que amenazaba con agotarse de un momento a otro, un recurso que solo Karolina era capaz de rellenar con la naturalidad de una sonrisa o de un abrazo desinteresado. Karolina, a la que había echado de su lado casi sin pestañear, pese a ser perfectamente consciente de que con ello muy posiblemente firmaba su sentencia de muerte, solo por el miedo terrible a... ¿A que? Ni tan siquiera lo sabía.
Le dijeran lo que le dijeran, Nico sabía que en el fondo, las cosas eran así. Y ella era la única responsable.

Con lo que allí estaba una noche más, mirando hacia un mar cuajado de estrellas en cuyo confín más remoto estaba la única persona a la que había realmente amado sin desgastarse, sin haber sido capaz de corresponderla, sin siquiera haber podido afrontar sus miedos.
Y ella mientras tanto dejaba pasar un día tras otro, acudiendo a ese acantilado sin poder expiar su pena, mientras una vieja canción de los Beatles resonaba en su cabeza con la misma claridad con que la muchacha que tanto añoraba pudo haberla cantado en algún momento.

Abatida, acababa por cerrar los ojos, dejándose llevar por sus contradictorios y nada reconfortantes sentimientos, consciente de que, le gustara o no, tendría que seguir al frente de los fugitivos ella sola, desesperada por recobrar una seguridad perdida, esperando noche tras noche a que Lucy in the sky baraja de los cielos, la abrazara y le diera una segunda oportunidad, meciéndola en silencio y devolviéndole la fe perdida.

Y como tantas noches atrás, aterida de frío y algo más vacía por dentro, Nico se levantaba y caminaba de vuelta al Hostal, sin pensar en nada más, tan solo esperando escapar de todo en sus sueños.
Jamás se fijó en la lejana luz de la torre Capitol, que a menudo parpadeaba tan indecisa como ella...

-FIN-

Esperando a LucyWhere stories live. Discover now