Capitulo cinco.

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Gerard.
Mis manos se estrujaban entre sí con mi mirada baja y mi incomodidad.
--- Frank...--- Repetí de nuevo su nombre, como las ultimas diez veces desde que me había puesto de copiloto en aquel jeep negro mientras él se mantenía fijo en la carretera sin siquiera dirigirme la palabra.--- A donde vamos?....--- Su silencio me taladraba asfixiándome en nerviosismo, más el castaño seguía manejando sin mirarme.
Suspire.
Supuse que algo de culpa debía tener, después de todo, le había dicho que debía volver a casa, mi casa.
Y como no pensarlo y decirlo!?... Era más que obvio que le estaba causando problemas.
No quería volverme una carga para el, no para Frank.
No para la única persona que me había mostrado simpatía y por la cual yo estaba más que agradecido.
Me atrevía incluso a decir que le tenía un pequeño cariño.
No, lo afirmaba.
Y lo menos que quería era ser una molestia en su vida.

--- Baja del auto.--- No note incluso el momento en el que el auto se había detenido, sobresaltandome por su actitud tosca para mi persona, sintiendo a una sensación oprimida en el pecho.
Hice lo que me pedía arrastrando los pies hasta llegar a su lado, respingando enseguida al sentir como su mano se enroscaba a la mía y me jalaba hasta lo que era y no había visto, un parque de diversiones.

Mi boca estaba abierta de asombro y los ojos me ardían por no parpadear.
--- Que es...
--- Quiero que nos divirtamos hoy.--- Se encogió de hombros sonriéndome a medias, con sus dedos aún fuertemente enterrados en mis palmas. --- O al menos lo que quede de este día.--- Concluyó asintiendo mientras, yo aún mudo, solo era manejado por sus movimientos.

Pago las entradas siguiendo hasta adentrarse al lugar, conmigo a su lado, sosteniendo su mano aún muy ferviente mientras veía algo que jamás había podido apreciar en mi vida normal.
Las luces de muchos colores contrastaban en mis pupilas dejándome ciego por momentos.
El sonido de las canciones me rodeaba animadamente mientras la imagen de las familias, amigos y parejas se paseaban a mi vista abundantes.
Como el agua.
--- Gee?...
--- Hmmm?--- Me volteé con una gran sonrisa a Frank haciendo una mueca al siguiente segundo de verlo, pues aunque ya haya caído la noche desde hacía horas, las luces me hacían reflejo ahora de lo que era su estado demacrante. Una palidez brutal con unas bolsas bajo sus ojos demasiado pronunciadas.
--- Que te gustaría hacer?--- Preguntó haciendo un ademán con su cabeza hacia todo nuestro entorno. Apreté los labios finamente.
--- Te encuentras bien?--- Me atreví a cuestionar. El abrió los ojos sorpresivo regalándome una tranquilizante sonrisa.
--- Por supuesto, por qué no habría de estarlo?--- Sonaba tan confiado... Tan seguro de sí.
--- Estas demasiado pálido y...
--- Soy un vampiro, Gee...--- La respiración se me corto al instante en el que aquellas palabras salieron de su boca, pues no fue impacto más bien la cercanía a la que se me había puesto sus labios para decirme estas.
-- C...claro...--- Balbuceé con la mirada baja, pues los cachetes se me sentían a reventar de la vergüenza que me hacía pasar el no haber pensado ese detalle. Oi su hermosa risa a lo bajo, volviendo a ver sus avellanas que me observaban de una manera tan peculiar... Tan detalladamente.
Como siempre solía hacerlo desde que le descubrí aquel día de mi fallido suicidio.
--- Tiró al blanco!--- Atine a pronunciar una vez hube recuperado mi control. El parpadeo sonriendo para así asentir.
--- Tiró al blanco será.--- Recalcó.
Sus dedos volvieron a tocar suavemente mi mano para volver a atarnos en estas y jalar de mí hasta él área de los puestos donde habían diversos juegos de tiro al blanco, con varias imágenes a las cuales disparar.
Habían diversas, tales como animales, vaqueritos, aros, botellas...
Me decidí por estas últimas ya que los regalos que en el había me llamaron la atención.
Y si... Sé que solo fue por los peluches gigantes que adornaban su pequeño techo pero es que no podía culparme el hecho de que jamás en mi vida hubiera tenido uno de estos y albergaba la posibilidad de conseguirlo.
--- Uno por favor.--- Tome la pistola mirando primero cual sería mi regalo a escoger una vez ganara.
Sonreí satisfecho con mi elección de un panda demasiado grande a mi gusto con el que seguro podría dormir tranquilo por las noches una vez regresado a mi asquerosa choza.
--- Ganas con dos de tres.--- Respondió el señor que atendía el lugar entregándome tres balas para así comenzar.
--- Cuando gustes Gee.--- Sentí el palmeo leve del castaño en mi hombro asintiéndole para así mirar fijo la primera botella a la cual quería golpear.
Pum!
Primer disparo.
Una mueca se formó en mi rostro al ver mi primer fallo.
--- No te desanimes aún faltan dos más.--- Animo Frank. Le sonreí a medias para luego fijar mi vista en el panda que esperaba por mi, creyendo que si pudiera hablar, posiblemente también me estuviera animando.
Patético, lo sé.
Cargue la segunda bala y me esforcé demasiado en atinar a la mejor botella a mi vista que tenían
Pum!
Mis ojos se iluminaron al ver mi primera botella caída.
--- Si!!--- Grite extendiendo mis brazos en victoria, mirando a Frank enseguida que sonreía igual que yo.--- Le di Frank!!!--- El asintió. Termine rápidamente de festejar para así preparar la tercera y última bala.
Tenía que hacer valer los centavos que Frank había dado por mi, aún que comparado con la comida, ropa y hospitalidad que ya había recibido por su parte, aquello era una miseria.
Pam!
Y estaba seguro de que iba a poder darle a una botellas más, pero está solamente la rozó jugando con mis emociones de felicidad y desplomandome en un segundo.
Había perdido.
--- Suerte para la próxima amigo.--- Dijo el señor del puesto, extendiendo una mano para así obtener la pistola de regreso.
Pero yo seguía congelado... Avergonzado.
Triste en demasía mirando hacia el panda que nunca tendría.
Resignación.
Me dispuse a entregarle el arma al señor cuando esta me fue arrebatada enseguida.
--- Deme otro.--- Mis ojos se abrieron al ver a Frank pagando otra oportunidad.
El hombre asintió entregándole tres balas.--- Dos de tres, no?---
--- Si.., y para los premios más grande, son tres.--- Fruncí el ceño pues jamás hubiera podido ganar al panda con dos botellas caídas.
Pero eso a Frank no pareció sorprenderle ni asustarle, al contrario una sonrisa se formó en su rostro volteándose hacia mi.
--- Que premio te gustaría Gee?--- Dijo con suavidad, tomando una posición demasiado cerca a mi gusto. Murmuré por un momento cosas incoherentes para luego señalar como un niño pequeño que quiere algo de su padre a aquel panda que de verdad anhelaba.
El castaño solo asintió.
Dirigió su vista fija de nuevo hacia lo que eran las botellas miro por unos segundos estas y sin más cargo y disparo.
Tres tiros limpios.
Una tras otra.
Todas en el blanco.
--- Quiero al panda que ha señalado el chico.--- Dijo finalmente el astuto vampiro, dejándonos al señor y a mí con las bocas abiertas.
Por un momento este refunfuñó más al final, reglas eran reglas y Frank había ganado.
Le reste importancia al ver cómo me era entregado mi tan deseado panda.
Uno que era básicamente la mitad de mi cuerpo.
Lo abrace como si fuera a irse si lo soltaba un poco caminando junto al castaño para ir a otros lugares.
--- Gracias--- Susurre una vez ya en el área de comida. Él me miró despreocupado.
--- No hay de qué.--- Se encogió de hombros mientras su mirada su pasaba por mi y luego el peluche.--- Eso está demasiado grande... Espero que no me sustituya en mi cama.--- Y se fue a algún puesto en frente perteneciente a algodones de azúcar, dejándome intrigado con su respuesta.
Tal vez no entendió lo que "creo que debo regresar a casa" significa.
Me encaminé seguro a hablar con el.--- Uno grande por favor.--- Oi decirle.
--- Frank... Debemos hablar.--- Vi cómo le era entregado el dulce y pagando agradeció para así voltearse a mi.
--- Ven.--- Exclamó con una sonrisa mientras me quitaba el panda de las manos entregándome el algodón.--- Come, sé que quieres.--- Apreté los labios tambaleándome en mi lugar para al final hacer lo que decía.
Después de todo, también era la primera vez probando esa cosa y realmente me había encantado.
Me lo acabe casi enseguida pues era tan genial la sensación en la que este se derretía en tu boca que lo hacía en menos de un segundo una y otra vez más.
--- Gee, que dices de subirnos a ese juego.--- habló el castaño señalándome con el rostro una rueda de la fortuna a mi vista, demasiado "gigante."
--- Pero...--- Replique.
--- Ahí hablaremos.--- Se apresuró a completar.
Asentí resignado y aunque quisiera ocultarlo, emocionado.
Frank volvió a tomar mi mano con mi panda en la otra llevándome a donde el juego y pagando enseguida para subirnos a uno de los cubículos de este.
Entonces empezó a andar.

Nos mirábamos muy detalladamente intentando descifrarnos, aunque yo estaba más que nervioso ante la pesada presencia del avellana, que para que mentir, de cierto modo me gustaba.

--- Te gusta la vista?--- Habló primero, señalando con un gesto hacia un lado del cubículo donde la transparencia daban una gran velada a la noche.
Gire por inercia notando lo que el vampiro me había mostrado.
Mi boca se abrió entre poco con mis ojos intentando acaparar y guardar esa imagen en mi mente por mucho.

Los edificios cercanos al parque, con las luces de la cuidad contrastando en ellos.

La gran vida de los afortunados.

Nunca fue la mía.

Entonces me regrese a mi triste realidad.

--- Frank...--- Baje la mirada con el sentimiento aún muy en mi interior. --- Yo creo que debo...
--- Quédate, por favor.--- Levante la vista enseguida con los ojos ya cargados y irritados.
--- Yo...
--- Lo que ocurrió con mi madre... Que no te afecte. Prometo que será la última vez por la que pases algo así. Te cuidare mejor y lo que te había dicho anteriormente era cierto.... Poco a poco, Gee... Enamorarte de mí... Poco a poco.
Días como este... Quiero darte muchos...
Ver sonrisas como las de hace un rato, darte todo lo que mereces... Gerard, quiero darte el mundo si me lo permites. Así que por favor...--- Mi garganta estaba envuelta en un gran nudo el cual ya empezaba a doler; mis ojos seguían los movimientos de Frank, quien ahora ya se había pasado a sentar a lado mío, tomando mis huesudas manos y llevándolas a sus labios, depositando un leve beso en ellas.
Balbuceé por un momento tratando de negarme... No quería arruinar la vida de ese ser hermoso que me había salvado, no quería ser una carga de nuevo... No quería...

Pero Frank rompió mis barreras.

Con sus fríos dedos acariciando mis mejillas, secando las ya contadas lagrimas que empezaban a emerger de mis ojos, besando estos con ternura para luego cerrarlos y sentir cómo su aliento golpeaba mi nariz y bajaba hasta mi boca.

Un beso tan leve, volviéndose algo agitado, pero firme, disgustando por primera vez su sabor... Uno que quería seguir probando durante mucho tiempo.
Dulzón y fuerte.
Con mis manos ya enrollándose entre su pelo, con precisión.
--- Quédate Gee...--- Volvió a pedir una vez nos separamos, con las frentes aún pegadas y los labios a milímetros de distancia.
--- Si.

+++
Hola c:
Los que han llegado hasta aquí, gracias.
Sé que la historia está yendo lenta :/, pero pues quería primero empezar a unir a los chicos para después meter la trama y esas cosas, no sé si me doy a entender jejeje
Así que lo siento si ya les aburrió :/

Y si deciden seguir leyendo, Gracias c:

Mordisco. >>Frerard<<Where stories live. Discover now