Paz con olor a mar

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Estoy feliz por iniciar con esta historia, metiendome en un mundo diferente, llena de nuevos personajes y situaciones, al igual que otros amores y una pareja que veo les podría gustar. Al final, ustedes son los que eligen.

Att: wolfusFARKjuan

Narrador

Una suave brisa veraniega le despertó de su descanso, su cuerpo, totalmente cansado y con ganas de quedar estático en el lugar hasta que pasasen milenios, se dio un tiempo antes de decidir abrir los ojos y recordó que había sucedido.

Había salido de su hogar hacia en mar para buscar nuevas tierras. Había estado tres semanas en el barco sin lograr encontrar tierra en la que buscar descanso, sólo agua y más agua. Una fuerte lluvia destruyó su barco y lo único que había quedado eran pedazos de madera en donde se apoyó hasta perder la consciencia.

No sabía donde se encontraba o si acaso estaba vivo, más la idea de estar muerto era lo que más sentido tenía en su cabeza.

Dedico atención a sentir el lugar en el que se encontraba. Era molesto y picaba, movió un poco su brazo y notó que se encerraba en algo cuanto más lo movia; extendió su mano y luego la comenzó a cerrar, en forma de puño, y cuando estaba algo cerrado acercó su mano a su cara y luego la llevo a su pecho y abrió el puño. Era arena. Fue entonces cuando la idea de estar en la orilla de una playa tomó forma, impulsada por la arena y por que cada tantos segundos sentía como algo de agua llegaba hasta él y luego, así como llegaba así como se iba.

Ahora estaba casi total mente seguro que se encontraba en la orilla de una playa y no en el descanso eterno. Giro su cabeza hacia la izquierda, presenció el mar durante unos pocos minutos dándole total importancia al cuerpo de agua, cuando se aburrio giró su cabeza en dirección contraria y captó con su visión un buen nivel de vegetación lejana al lugar donde se encontraba.

Se encontraba en una isla, eso fue lo que pensó antes de comenzar a selvantarse de la incómoda arena y sentarse en ella para presenciar mejor el estado de la situación.

' Al parecer vare en una isla ' - Fue lo que pensó mientras miraba hacia el frente. Veía más arena y mar y aseguró, con total seguridad, que se encontraba en una gran isla.

Suspiró con cansancio y cerró los ojos para disfrutar de esa suave brisa que chocaba con su cara y el agua que tocaba de forma delicada la parte inferior de su cuerpo. El sonido que causaba el mar era relajante para sus oídos, siempre fue así, nunca se había cansado de ello. Le daba aquella tranquilidad que tanto le hacía falta, pero que al mismo tiempo odiaba. Son cosas que sólo él lograba crear, odio y gustó hacia un sentimiento que tanto aburrimiento le causaba.

No quería levantarse por completo, con estar sentado le bastaba para contemplar la belleza del sonido, quería quedarse ahí hasta que su tiempo acabase y la hora final llegase. Sólo eso quería.

Pero no podría quedarse por siempre en el lugar; en algún momento tendría que levantarse a saciar sus necesidades. Tenía hambre y toda su comida había desaparecido, junto con su barco. Sólo le quedaba buscar que comer, eso le gustaba, estaba acostumbrado a eso, desde pequeño en su pueblo siempre había ido él mismo a buscar su comida, aveces la cazaba y otras veces decidía ir a la tienda del pueblo a comprarle algo a la dueña del lugar la buena señora Leida, la vida en u  pequeño pueblo entre el bosque le había enseñado muchas cosas, entre ellas a disfrutar la naturaleza con total agradecimiento por ella.

' ¿Habrá algo de sociedad en este lugar...? ' - Pensó con simpleza mientras seguía disfrutando la brisa. No pensaría si hay o no por lo menos una pequeña villa, no por ahora. Ahora sólo quería esperar y buscar el mismo su comida, ver un poco como era la isla, pero si encontrase dicha sociedad iría a preguntar dónde estaba, y otras cosas.

Escucho su estómago gruñir en señal de hambre así que se tomó unos últimos segundos para contemplar la belleza sin siquiera mirarla. Algo bellísimo encontraba en las palabras de la brisa.

Al pasar unos treinta segundos se levantó, finalmente, de la arena y estiró sus brazos al cielo, luego hasta el suelo, a los lados y por último al frente. Luego estiró las caderas, moviendo su tronco de lado a lado para lograr estar en buena sintonía con su cuerpo. Por último estiró los dedos y se decidió a adentrarse en el bosque a buscar algo que comer. No pensaba que seria difícil, al contrario pensaba que podría divertirse un poco y entender como funcionaba la isla en la que ahora se encontraba.

...

Pocos minutos pasaron desde que se adentró en el bosque y ya había logrado encontrar algo de fruta. Unas manzanas y unos cocos fue lo que encontro, era lo suficiente como para tener una pequeña merienda, se sintió suertudo por lo que habia conseguido y sus mejillas se ruborizaron de la alegría que sintió en el momento.

Siguió investigando el lugar; a medida que avanzaba lograba visualizar algunos cuantos monos trepados en las cumbres de los árboles. Le gustaba. Podía ver otros animales, como lagartos, gatos salvajes y algunas panteras, obvio todos estos animales ferales.

A lo lejos visualizo un bananero y, en las ramas que salían de estos, bananos, todos amarillos y de apariencia fina. Se acercó hasta el bananero y subió hasta lo más alto hasta que llegó a su destino, los bananos, tomó tres bananos pues no quería ser muy abusador. Bajo con cautela del árbol y al estar ya en el suelo siguió con su investigación.

' Esto es algo cansador ' - Pensó el héroe mientras seguía buscando cosas comestibles, desde un animal furioso hasta una pequeña manzanita que le caiga bien a su barriga. Sólo serían él y su comida - ' Algunas cosas, aunque cambien no importa si pasan siglos porque volverás a ellas al menos una vez más. Tampoco es que alguien viva tanto '

Un silbido de rocas y agua le llamó la atención. Siguió el sonid hasta que pasados unos minutos dio con un río que seguía bajando hasta...

- Un pueblo - Sonrió con gracia y se puso a contemplar un rato el hermoso río que tenía enfrente. Su barriga volvió a sonar y Marcus no tuvo más opción que seguir. Iría a ver al pueblo, aunque más que un pueblo se veía como una mini comunidad de personas. No habían muchas casas, o al menos no las veia por la distancia.

Comenzó su ruta pero por desgracia suya terminó cayendo por una pequeña colina y chocó su cabeza contra el tronco en un árbol. Lo único que el lobo pudo hacer fue formar una mueca de dolor en su hocico y terminar, nuevamente, desmayado en un lugar desconocido.

*************

Se que es corto pero no pienso hacer de los capítulos un completo libro de cien hojas con letra pequeña. Sólo quiero disfrutar escribiendo.

La historia es furry yaoi. Ya verán como sigue en un futuro, por ahora esta fue una idea que se vino a mi mente mientras veía un video obviamente en YouTube. Gracias por leer

Chao Chao.

El camino del héroe (Furry, Yaoi)Where stories live. Discover now