primera parte.

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Harry se levantó de su incómoda cama y corrió rápidamente hacia el baño para botar todo el asqueroso vómito que amenazaba con marchar más sus viejas sábanas. Al llegar, subió la tapa del inodoro, y recargando sus suaves manos en el asiento, botó todo; el ácido y horrible sabor del líquido recorriendo su esófago quemando le tenía casi agonizando del dolor y la desesperación ¡Estaba harto, no aguantaba más! A veces le daban ganas de tomar una de las mortales armas de los Rops (robots gigantes con una fuerza descomunal y armas avanzadas) y dispararse en el corazón a ver si dejaba de latir y dormía para siempre.

Aparentemente repudia su miserable vida, es decir, ¿quién no odiaría vivir teniendo que ir a cada maldita hora al baño a vomitar y con jaquecas inmensas todo el tiempo? Es bastante exasperante.

Suspiró y se levantó para lavarse la cara, la boca no, no tiene caso si de todos modos en unas horas volverá a vomitar. Además, no es nada productivo hacer cosas en vano –según él-.

Se miró al espejo y se contempló detenidamente; pequeñas pero dolorosas grietas adornaban sus labios, pálida y seca piel luciendo muerta, sus rulos cafés estaban grasosos, y grandes círculos violáceos debajo de sus ojos hacían contraste con el verde esmeralda de sus iris sin vida. Lucía apagado y demacrado, como hace ya muchos años. Todo eso se había convertido en características suyas, y él lo sabía muy bien ¡Hasta la gente lo hacía! Como aquella vez en la que escuchó un pequeño fragmento de la larga conversación que tuvo su difunta madre con una amiga suya a través de su aparatoso celular:

"-¿Conoces a mi hijo Harry?

-Oh, ¿el niño con grandes ojeras que trabaja contigo en la panadería?"

Harry debe admitir que ese comentario hizo que su corazón se estrujase un poco –mucho- por aquel feo adjetivo, además, él no lucía tan mal hace 5 años ¿cierto? Como sea, no le importa lo que la estúpida gente diga o piense de él, ellos no saben la verdad detrás de los rumores, sólo él lo hace, nadie más... ¿o no es así?

El joven se dirigió a su pequeño y roído armario y sacó sus mejores ropas –harapos- para la tan especial ocasión: una playera percudida por el paso de los años, un pantalón roto de mezclilla y sus tan adoradas botitas cafés, para él son indispensables, las cuida mucho más que su vida porque lo valen –para él lo son-.

Salió de su casa y emprendió marcha hacia el húmedo terreno baldío donde aterrizan y despegan las naves ilegales de Holmes Chapel, donde subiría a una de esas naves y se largaría de ese lugar por un tiempo, lo que pueda aprovechar de él.

Harry había comprado un boleto para viajar ilegalmente en una nave a Omysium, el paraíso creado por el hombre. Es un planeta artificial que fue construido por sus ancestros hace miles de años antes de que la hambruna mundial apareciera y empezara a escasear el oxígeno y el agua potable. Había sido creado como hábitat de respaldo que sería accesible para todos, pero al final las personas que derrochaban dinero por doquier lo tomaron y ahora les pertenece a ellos, expulsando a todo habitante que estuviese allí y deportándolo a la Tierra para poder crear su propia población perfecta y rica. Es todo lo contrario de la Tierra, en Omysium hay aire puro, comida en abundancia, transporte disponible para todos, educación excelente, viviendas con inteligencia artificial que eran inmensas. Era un paraíso.

Pero a lo que Harry le interesaba era la medicina de ese lugar, capaz de curar hasta la enfermedad a la que jamás se le encontrará cura en la Tierra. En Omysium, cada vivienda tiene una o más cápsulas llamadas "Decsule" regenerativas capaces de curarte de cualquier cosa y volverte joven. Sí, también eran rejuvenecedoras, no te hacían un adolescente de nuevo, pero al menos te rejuvenecía unos cuantos años para que volvieras a lucir atractivo y joven. Lo único que se necesita hacer es recostarse en la Decsule, reconocerte como habitante de Omysium, escanearte y curarte de lo que sea que tengas o rejuvenecerte. Harry necesita una de esas cápsulas para curarse de su desconocida enfermedad sin cura existente en la Tierra, porque definitivamente no quiere vivir el resto de su miserable vida con jaquecas y sintiendo el asqueroso sabor del vómito. No.




dos partes más y termina. 

disfruten.



03:33 pm    27/11/2016

Omysium; h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora