Prólogo

537 40 10
                                    

Nota Del Autor: Este fic contendrá pocas palabras lo que serán muy cortos los capítulos, aun así, espero que disfruten, no se olviden comentar, leo todos los comentarios. ¡Adios! Quisiera saber cuanto les gustó.

Hace tiempo, la mala y buena suerte proclamaban paz a sus habitantes, siendo así, centro de luz al mundo entero.

¿Qué puedo decir? Simplemente soy una mala creación moldeable, ante todo que solía conocer como hogar. Puedo decir que me encuentro devastada conmigo misma, a tal punto de rechinar los colmillos hasta escuchar ese melodioso crack al compás del viento.

Esos horribles recuerdos daban vueltas por la mente de la ignorancia, mostrando así un universo donde todos aquellos que solía amar me traicionaban constantemente mientras se reían de ser una carga. Las punzadas en el pecho no se hicieron esperar, el mundo entero aclamó su venida ante farfullo de la realeza quebrantando la mala o buena parte del mundo, y todo cayó al pasado deseado del pueblo.

Seguí siendo ese ser frágil, que con solo una palabra es capaz de sentirse humillado. Los días y las noches transcurrían con cada humillación, ¿qué más puedo hacer? Mis pies cayeron del columpio y mis rodillas se rasparon de la sangre carmesí que conocía como sufrimiento.

Comencé a llorar, gemir de dolor, jadear de forma desenfrenada buscando una solución a mis problemas. La sangre fluía desesperada tratando de seguir escurriendo un mísero lago de agonía. ¡Maldito columpio! ¿¡Porqué todo está en mi contra?!

Solo continué tratando de mirar a la nada, claro que esta también se encontraba en contra mía. Suspiré entre lágrimas sollozando en el silencio tratando de buscar alguna solución a mis problemas, ¿podrían pensarlo? Una niña con tal vez ocho años sin protección siendo una mal carga de la naturaleza. Así me sentía, nadie podría calmarme, ni siquiera los insistentes pájaros picoteando la herida.

Las insistentes gotas rodeaban cada pómulo con desesperación mostrando un acto de sufrimiento. Mi vista pasó al suelo melancólica de lo que pasaba, ¿tenía la culpa? Claro, Dupain Cheng, quería seguir dando una sonrisa falsa a este problema y levantarme, sin embargo, el público ante mí me abalanzaba contra el pavimento dejándome llevar sobre las frías gotas de París, mi casa.

—¿Marinette?

Odiosas voces en mi mente, de seguro era eso. Mis dientes rechinaron con fuerza y yo seguí desplomándome sobre esas acuarelas adornando el césped. La cabellera azabache era mi perdición, cerré las finas camas decoradas con pestañas de tela. Necesitaba seguir pensando, olvidar todo, dejarme... llevar conmigo misma.

—Déjame—pedí haciendo un débil puño con mis manos—. Hermanita, estoy bien, solo me caí, no es la gran cosa.

Unas hermosas y largas coletas azabaches se movieron haciéndome abrir los ojos. Observé de quien se trataba y atiné con suerte. Sonreí forzosamente a su especial entrada, vaya que se había tardado mi hermana. Envidiaba su forma de ser, feliz, amable, bondadosa... El columpio se detuvo y los pajarracos se desvanecieron al ver tal asombro.

—¿Crees que dejaría a mi pequeña hermana tirada en este lugar? Entra a casa, mamá preparó galletas para las dos por mi concurso.

Su concurso... Suspiré forzosamente y sin esperar fui elevada gracias a la joven de coletas azabaches. Esos débiles puños se conmovieron sobre palmadas suaves a su hombro.
Mi rostro fue acobijado en el pecho de la mayor tiritando del frío, esta solo me cantaba con el fin de calmar tales hechos mientras que la pequeña rodilla seguía raspada.

¿Cuántas horas habían pasado? No lo sé, estaba confundida.

—No me contaste que tenías concurso...—susurré dando una leve patada—. Vi a papá acompañarte con mamá...

Lullaby For A LadyTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang