Internado Solling// The Big Four

Capitulo dos~Jack

Llevo horas ¡horas! Escuchando gritos, acostado en mi cama, reflexionando. No era la primera vez que veía algo así. Sigo pensando que Tadashi no se suicidó, tenía una vida feliz, por lo que yo sabía. Una novia, Honey, quien esta destrozada, su hermano, que no para de chillar y negar su muerte, y por último, sus amigos todos y cada uno. Es raro que se suicidara...

Hiro chilla, discute acaloradamente con Flynn. Sole le mira:
-¿Podéis dejar de discutir?- dice Soledad.
-¡No lo entiendes Sole! ¡Tú no has visto el cuerpo de tu hermano muerto!- chilla Hiro.
-No... pero tú, -le señala con el dedo- no tienes ni idea por lo que he pasado, Hiro, por lo que mis hermanos y yo hemos pasado.-
-¿Y por qué has pasado, eh Soledad?-

-Primero, ¡Yo! le vi caer, ¡Yo! vi como moría- chilla levantándose.

-¿Por qué has pasado, Soledad?- murmura Flynn agarrando su mano.

Me moví para escuchar la conversación ,mejor. Soledad suspira y se sienta mirándole.

-Viví toda mi vida con Beth y Hipo, junto con mi padre. Mi madre desapareció poco después de mi nacimiento. Pasamos años solo viviendo con nuestro padre. Él, que no quería que fuésemos por mal camino, nos trajo a Beth y a mi a este internado. Hipo vivió con nuestro padre varios años más, como este era el alcalde del pueblo, presionaba a nuestro hermano para que este siguiera la tradición. Nuestro hermano se negó y cambió la opinión de los habitantes sobre los dra...-se quedó callada unos segundos- he... he dicho demasiado...-murmura y se sienta.

¿A qué se refiere con dra-? El recuerdo de Hipo diciendo algo parecido como dra... ¡Dragones!

-Ibas a decir dragones, ¿cierto?- afirmé. Sole me miró nerviosa, algo está ocultando.

-¿De dónde has sacado eso?- me pregunta nerviosa, esto me estaba dando mala espina.

-Por eso tu hermano tiene una pierna de metal, ¡Un dragón le dañó!-

-¿¡De dónde has sacado eso, Jack!?- grita Hipo levantándose de su sitio.

-¡Por eso tu hermano nombró anoche a los dragones!-
Hiro se levantó de su sitio y se acercó con rabia a Soledad, alargo una mano como si fuera a intentar levantarla con brusquedad pero ella gritó.

-¡No me toques!- el chillido retumbo en la habitación y con rapidez Hiro se volvió a sentar junto a Punzie. Yo volví a mi posición anterior.
Entonces, escuché la puerta abrirse. El chirrido que hacia al andar delataba quien era.
Hipo acababa de entrar.
Seguidamente, Soledad ahogo un grito. Me gire asustado al escuchar como Beth llegaba acalorada y con poca respiración a la habitación y juntas recitaban la misma frase:
-No se suicidó.-

Todos miramos a ambas horrorizados y confusos. Sole se levantó y junto con Annabeth salieron corriendo. ¿Otra vez corriendo? ¿Es que no se cansan nunca?
Me levante de un saltó y salí corriendo al lado del resto mientras intentábamos seguir a las gemelas. Hiro reconoció el camino, y las vi como sus ojos se empañaban de lágrimas. Ibamos a la habitación de su hermano.

Soledad y Annabeth se pararon justo frente a la puerta de la habitación de Tadashi. Tocaron varias veces pero nadie respondió, así que Annabeth abrió.

El frío de la habitación me caló los huesos. El recuerdo de Tadashi me golpeó de golpe en la cara tras ver todas sus cosas. Miré a Hiro. Su cara reflejaba dolor, ira y tristeza, miró a las mellizas con odio por hacerle pasar por algo tan doloroso como esto. Las mellizas estaban estáticas, mirando a un punto fijo sin pestañear. Sin previo aviso, Annabeth se puso a rebuscar por la habitación, mientras que Soledad de acercaba a la ventana.

-¿A qué esperáis? ¡Ayudadnos a buscar alguna pista!- susurró en tono alto Soledad. 
Todos se pusieron manos a la obra, miraban en los cajones, debajo de la cama, etc. Todos menos yo. No le veía el sentido a esto, Tadashi se suicidó, ¿Quién iba a tirarlo por la ventana? Todos querían a Tadashi. Y entonces Soledad llamó la atención de todos.
-¡Tengo algo!- dijo. Todos nos acercamos a mirar. La ventana estaba situada en la pared de la derecha de la habitación, estaba más salida de la estancia, le faltaba el cristal que estaba hecho añicos en el suelo y tenia un banco con cojines justo debajo de la ventana. El marco de la ventana estaba arañado, como si alguien se hubiera intentado agarrar a alguna parte. -Puede que... estuviera forcejeando con alguien y... la cosa saliera mal...- afirmó Soledad un poco entristecida.

A mi lado estaba Annabeth. Rozó la pared levemente siguiendo los arañazos hasta donde debería estar el cristal de la ventana. Cuando llegó hasta Soledad, puso su mano en el hombro de su hermana e intento articular alguna palabra, pero ambas quedaron en trance. De repente Soledad, completamente ida, se acercó a la puerta y salió, cerrándola detrás de ella. Estaba flipando, no entendía nada de lo que pasaba, dios, ¡qué rara es esta familia! Annabeth empezó a rebuscar como loca por la habitación, como si estuviera intentando encontrar algo.

Unos segundos después, Soledad abrió la puerta de nuevo, y se acercó a Annabeth con expresión furiosa. La cogió de las manos y ambas empezaron a forcejear. Poco a poco se fueron acercando a la ventana, Soledad intento aguantarse en las paredes. Flynn empezó a chillarle a Annabeth, Hipo intentaba cogerla de la camiseta, y de pronto, todos empezamos a chillarles para que dejasen se jugar. Esto no era para nada divertido.

Se me formó un nudo en la garganta cuando Annabeth empujó a Soledad por la ventana, y ella cayó, pero no gritaba, tampoco se escuchó el ruido de la caída, es como... si alguien la hubiera salvado. Annabeth, aun en trance, salió de la habitación y corrió hasta el final del pasillo. Allí, se quedó parada con la mirada perdida. Y sin previo aviso, volvió en si, se llevó las manos a la cabeza y salió corriendo. Como si acabase de darse cuenta de lo que había hecho.

Salimos corriendo todos detrás de ella, apurados, como la noche anterior, cuando Tadashi había fallecido. Todos llegamos apurados al lugar donde Soledad debería haber caído. Hipo estaba casi llorando y Flynn estaba fuera de si mismo. Yo, solo quería ver si estaba bien. Pero, al llegar allí, Soledad estaba perfectamente. De pie mirando hacia la ventana. Hipo y Annabeth corrieron a abrazarla.

Un peso se nos quito a todos de los hombros.
Soledad estaba bien, pero...
¿Qué les acababa de pasar a las mellizas?