Capítulo 3. Bluemarine

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Damon me agarró y me tiró hacia él, quedando pegados uno al otro. Vi como los chicos que lo rodeaban nos miraron, sonrieron y desaparecieron de lo que era mi campo de vista.

- Lindo sujetador rubia ¿Acaso estas buscando continuar con lo que empezamos? - susurró en mi oído seductoramente.

No lo entendía. Primero me amenaza y se vuelve loco y ahora me anda coqueteando. ¿Qué estaba pasando?

Además, no entiendo a lo que se refiriere acerca de mi sujetador, es decir, ni siquiera lo ha visto ¿Cómo sabe que es lindo?

A menos que...ya que mi ropa esta mojada se puede volver algo trasparente y en ese caso, Damon tendría visión de mi ropa interior.

- ¡Claro que no! -le grité y me dirigí rápidamente a mi habitación mientras sentía mis mejillas sonrojarse.

Durante el camino escuche todo tipos de comentarios asquerosos que simplemente ignore. Estaba segura que ninguno de ellos sabia mi nombre y solo comentaban al ver mi remera trasparente. Pervertidos.

No tengo gran bulto, pero lo suficiente para abrir el deseo de un hombre y conociendo a mis compañeros, ellos deseaban a todo ser femenino, por así decirlo.

Después de dar la vuelta a todo el edificio llegué a mi habitación, a mi pequeña pero cómoda habitación.

Lo primero que hice fue cambiarme, ya que no me aguantaba estar con ropa mojada y menos si esta se trasparentaba. Una vez que ya estaba totalmente renovada de vestuario le pegué una mirada a mi tobillo, que había dejado de doler para empezar a arder.

En el momento que mis ojos lo observaron, mi boca se tornó en forma de "o" y deje salir un silencioso "¡¿Qué mierda?!"

Esto era raro. Por no decir, MUY RARO.

MUY MUY RARO. CRÉANME QUE USTEDES NO ENTIENDEN LO RARO QUE ERA.

Mi tobillo ya no tenía marcas de haber sido agarrado en ningún momento (¡pero eso no es todo!), ahora tenía una frase tatuada. Literalmente. ¡Tenía una frase en mi tobillo!

¿Y saben qué es lo peor? ¡Que la frase era totalmente tenebrosa! Parecía sacada de una película, pero no cualquier película, ¡una película de terror!

Mi tobillo tenía tatuado en una letra bien clara y precisa la frase: "El proceso ya empezó, eres una de nosotros"

¡Era una frase sin sentido! Además, ¿de dónde había salido? ¡Si cuando salí del mar no tenía nada tatuado! ¿Y ahora qué? ¡Nadie me iba a creer que algo me tatuó el tobillo!

Lo único que sabía era que no sabía que era lo que tenía en mi tobillo, quien me lo había hecho y a que se refería. Y eso me asustaba.

Solía ser curiosa, pero en este caso estaba temblando y no de curiosidad exactamente.

~~~~~~

Me desperté gracias al grito de "buenos días" de la profesora Hinnick. Hice toda la rutina diaria y salí en dirección al comedor. Procuré no encontrarme con Damon en toda la mañana, seguía traumada por lo del día anterior.

Como decía, estaba en la fila de la comida cuando una chica me tocó la espalda. Al principio esperé encontrarme con esos clásicos estudiantes buscando tu lugar en la fila para poder adelantarse, así que me digné a ignorar el gesto. Pero después de tocar mi hombro mil quinientas veces decidí que estaba dispuesta a enfrentar a la molestia, así que me giré.

- Hola, disculpa, soy nueva ¿conoces a Aqua Bellavinda? - me preguntó una chica con una gigante sonrisa en su rostro.

Ella no era mucho más alta que yo, vestía ropa simple y tenía un hermoso pelo oscuro. Parecía amigable, además de por una rara razón me buscaba a mí. ¿Pero por qué me buscaba?

- Sí, soy yo- respondí sonriéndole - ¿Quién eres?

No solían entrar muchos nuevos en esta época ya que estábamos pasando la mitad de nuestro ciclo escolar.

- Soy Bluemarine - oh, qué nombre - pero me dicen Blue o Azul - se presentó la chica sin perder la sonrisa.

Por alguna razón el nombre no me parecía nada extraño. En cambio, lo sentía tan popular como un nombre como "Lucia" o "Martina". Pero estoy casi segura que a la mayoría de la gente de aquí le sorprendería su nombre.

- Encantada Blue - le sonreí amistosamente, ella era diferente a las demás chicas, y parecía dispuesta a ser mi amiga - ¿En qué te puedo ayudar?

- Veras, hablé con la de secretaria y me dijo que si querías podíamos compartir habitación - dijo nerviosa.

Oh, eso no me lo esperaba.

Siempre he tenido mi propia habitación, pero si compartiera con ella tendría más posibilidades de ser su amiga. Y bueno, no voy a mentir, me vendría bien tener a alguien con quien hablar.

Pero, compartir mi habitación, wow, era un gran paso.

- Piénsalo, quieres - agregó al ver que no contestaba.

Le asentí y me di la vuelta ya que casi se acercaba mi turno para pedir el desayuno. ¿Compartir o no compartir? Esa es mi duda. Además, no la conozco a ella, mira si es una violadora de jóvenes vírgenes y rubias, pero al mismo tiempo, parecía simpática.

- ¿Cómo está tu tobillo? - volvió a hablar la chica. ¿Seguía ahí? Pensé que se había ido...

Además, ¿Cómo es que lo sabía? Acaso, ¿ella estaba ahí cuando paso? No, imposible. Estaba sola en la playa.

- Mejor -contesté mientras giraba de vuelta- ¡espera! ¿cómo es que sabes sobre eso?

Pero me lleve una sorpresa al no encontrarla a mi lado. ¡Se había ido! Miré hacia la puerta y la vi saliendo rápidamente por ella. ¿Por qué todos actuaban tan raros? No se si era mi falta de experiencia socializando o qué, pero cada vez estaba más sorprendida del comportamiento humano. Realmente éramos unos seres extraños.

- ¡Tú! ¡Rubia! ¿Vas a pedir algo o te vas a quedar cazando moscas? - me gritó la cocinera impaciente.

Era mi turno y no me había dado cuenta. Como sea, ignoré todo lo ocurrido y me dediqué a desayunar tranquila.

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Multimedia: Blue

Editado por última vez: 02/07/18.

Palabras: 1002. (Es re cortito, nunca me había dado cuenta, lol)

Una Historia de Sirenas (En Edición)Where stories live. Discover now