Capítulo 28.

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—Entonces, ¿si? —Preguntó entusiasmada y yo asentí sonriente ocultando mi rostro en su cuello.

—Por supuesto, Lolo. Gracias por todo. —Le di un beso tierno y lento mientras acariciaba su cabello, ella se separó con sus ojos iluminados en medio de la noche y por un momento entendí que me había enamorado. Ella rodeó mi cuerpo y me atrajo hacia ella en un suave abrazo que me hizo sentir la persona más segura de este mundo, deseaba que esa felicidad que sentía no se acabara nunca.

—¿Recuerdas cuando nos conocimos, Camz? —Preguntó después de un largo silencio para nada incómodo. La miré sonriente y me sonroje al recordar como se había dispuesto a conquistarme desde el primer día.

—Lo recuerdo perfectamente. —Reí y besé su mejilla repetidamente. —Estabas más que decida conmigo.

—Debes saber algo que jamás te dije. —Ella me miró y por un momento sentí mi cuerpo temblar bajo sus brazos. —Cuando llegaste el primer día, todos hablaban de la nueva psicóloga y de lo buena que estaba. —Ella rió y yo rodé los ojos. —Traté de no dejarme llevar pero al verte sentí un escalofrío en todo mi cuerpo. —Sentí como se tensó. —Eras hermosa. Y aún lo eres, así que cuando me dijeron que serías mi psicóloga, me sentí la persona más afortunada del mundo y lo admito, coqueteaba contigo porque te deseaba pero, poco a poco me encantaba verte sonreír, sentía celos y no paraba de pensarte.

—Me pasó algo parecido, hermosa. Traté de contener mi deseo por ti, pero de pronto me encontraba babeando por ti por el simple hecho de que me miraras. —Me sonroje en exceso y me cubrí el rostro con mis manos, Lauren me quitó las manos y me mostró una hermosa sonrisa antes de besarme apasionadamente.

—Me encantas, Camila Cabello. —Susurró en mis labios y yo sonreí.

—Tú me encantas más, novia. —Sentí un escalofrío y mariposas en mi estómago al decir esa palabra. Oficialmente, Lauren era mía y nadie lo cambiaría.

Después de comer la cena, Lauren y yo nos estuvimos mimando por un rato, sus caricias y besos eran lo mejor de este mundo. Besé su mejilla repetidamente antes de levantarme de su regazo y ella hizo lo mismo, recogíamos las sobras mientras nos dábamos miradas cómplices en el camino antes de bajar del faro. —Ya son pasadas las dos de la mañana. —Dije mirando mi teléfono y tomando su mano.

—Volvamos antes de que alguien lo note. —Besó mis labios tiernamente y me sonrió guiñándome un ojo. —Te veo allá.

No pude ni terminar de preguntar cuando Lauren había comenzado una carrera hacia el hospital, no fue hasta que comencé a perderla de vista que mis pies reaccionaron y comenzaron a correr tras ella. —¡Lauren! ¡Espérame!

—¡Logra alcanzarme si puedes! —Gritó corriendo y yo le mostré el dedo medio al escuchar. Ella se rio y aumentó su paso, dejándome atrás.

—¡Jauregui, te voy a asesinar! —Dije corriendo lo más rápido que podía, pasábamos la gran avenida causando ruidos que sólo atrajeron ladridos fuertes y luces encendidas. Las luces de la calle se encendía y se apagaban por lo que perdía a Lauren de vista por segundos y no noté que se había detenido hasta que al encenderse un faro, me topé con unos ojos verdes a sólo centímetros de mi y para cuando me di cuenta, era muy tarde y me encontraba sobre Lauren en el suelo. El impacto me había dejado sin aliento. Maldije. —¿Estás bien, Lolo?

Miré que sus ojos aún estaban cerrados y el pánico entró en mi cuerpo. —¿Lolo? ¡Lolo! Despierta por favor, ¡Lauren! —Dije desesperada mientras las lágrimas comenzaban a caer con fuerza por mis mejillas y mis manos la agitaban. Miré a todos lados y no había nadie en más de doce cuadras de distancia.

Psycho In Love CamrenWhere stories live. Discover now