Recuerdos

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Miami, Florida, 2014
Colegio Ransom Everglades

Lauren rápidamente se levantó y salió corriendo en busca de Camila, pero cuando llegó a los pasillos no había señal alguna de la chica de ojos café.

El resto del día en el colegio se sintió culpable por ser parte - sin quererlo - de haber ridiculizado a la morena frente a la mayoría de alumnos de la escuela. Sería mentira decir que Lauren no estaba preocupada por la chica, porque realmente lo estaba. Se moría de ganas de verla y decirle que todo estaría bien, que no se preocupara.

- Has estado callada. - señaló Keana

- Ella estaba llorando... - dijo en un hilo de voz mientras se subía al auto de su amiga

- Lauren, no fue tu culpa. - vio como la ojiverde escondía su rostro entre sus manos y comenzaba a sollozar - Ya sabes lo perra que puede ser Sarah.

- ¡La ha lastimado! - gritó

- Lo sé, lo vi.

Para nadie era mentira lo insensible que podía ser Sarah Windsor con la pobre Camila Cabello. Incluso Keana se lamentaba nunca haber tenido el valor de ayudar a la pobre chica cuando la golpeaban o tiraban sus libros. La mayoría de los estudiantes eran una basura por hacerle caso a la rubia venenosa y hacerle la vida imposible a Camila. De hecho, los profesores también eran unos malditos enfermos al ver el dolor de la chica y nunca hacer nada al respecto.

Keana estaba sorprendida de que la familia de la morena nunca demandara al colegio, ya que ella sabía que el padre de Camila era un gran abogado influyente en Miami porque una ocasión ayudó a su padre a demandar a uno de sus trabajadores.

- Ella está enamorada de mi... - sollozó la ojiverde - Eran sus cartas y flores, Keana, eran de ella. Solo para mi.

- Lauren... por favor. - le dolía ver a su mejor amiga de esa manera

Ella estaba consciente del pequeño interés que tenía la ojiverde sobre aquella chica y aunque rara vez hablaban de ello, sabía muy bien que Lauren en el fondo la quería mucho más de lo que se imaginaba. Lo comprobaba cada vez que a su amiga se le escapaba un suspiro cuando veía a la morena salir del salón donde compartían historia, también lo notaba cuando Lauren sonreía al verla subirse al auto del hermano mayor de la castaña. E incluso, algunas veces lo confirmaba cuando Lauren le regalaba pequeñas sonrisas a la otra chica.

Su amiga estaba prácticamente flechada por la chica sombra de la escuela. Lamentablemente nunca se le acercó por pensar que ella era demasiado delicada con respecto a su espacio personal, ya que todo el tiempo estaba sola.

- Trata de relajarte, Lauren. Mañana puedes hablar con ella en la escuela y asegurarte si está bien. - le dijo con la esperanza de que eso calmara a su mejor amiga, quien sólo asintió en respuesta y salió del auto para luego meterse en su casa

Toda la tarde la ojiverde se la pasó encerrada en su recámara pensando en las probabilidades que habían de entablar una conversación con Camila Cabello. Necesitaba decirle que ella también pensaba que era hermosa.

¿Cómo pudo haber estado tan ciega y creer que todos aquellos detalles tan maravillosos que estaban en su casillero eran de Luis? Ese idiota apenas y tenía cabeza para jugadas de fútbol, claramente no sabría escribir aquellas cosas tan hermosas.

Lauren cayó en un sueño profundo y no se despertó si no hasta el día siguiente. Llegó con todos los ánimos del mundo al colegio porque hoy tendría el valor de hablar con aquella chica misteriosa y solitaria. Le diría tantas cosas y posiblemente después le pediría que la acompañara por un helado.

Pero nada fue así.

Camila no apareció ese día en la escuela. Ni el siguiente.

Tampoco llegó a la semana. Ni al mes.

Camila se había ido y con ella se había llevado la esperanza de Lauren.

La chica de mis sueños (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora