15. Al final, ¿qué?

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Domingo. 12:30 PM

Ayano buscaba desesperadamente su móvil, pues anoche lo había olvidado por lo feliz que estaba. Se había convencido por completo de que ya no sentía nada por Taro y eso la hacía feliz. Además, el chico que ahora ocupaba el lugar de Yamada, era "una persona mejor, que merece que lo quieran mucho"   tal como se refirió la madre de Ayano a Budo Masuta, la actual pareja de la pelinegra.

Al encontrar su móvil se sorprendió pues tenía un mensaje de «Buenos días, princesa» de aquel joven que la volvía loca.

No tardo en saludarle, aunque ya fuera más del mediodía. 

Estaba feliz, y ese día lo pasó con su familia, yendo a un picnic, y luego a un parque de atracciones, pues sabía que sus padres tendrían que irse de nuevo.

El día para Budo fue distinto, pues en lugar de ir a un picnic, visitó a su abuelo. Budo siempre recordaba a su abuelo como una persona fuerte, firme y que no se dejaría de ninguna enfermedad, contrario a lo que le sucedía al anciano ahora mismo.

Budo sabía que se habían mudado a la capital nipona solo por su abuelo, pues el anciano había presentado decadencia en su salud. Él sabía que su madre se encontraba allí y no en la provincia de donde eran originarios solo para acompañar al viejo.    

Por eso, eran de esos domingos donde lo visitaban y Budo consolaba siempre a su madre quien rompía en llanto y lamentaciones después de ver el estado en el que se encontraba el abuelo del chico.

Budo se preocupaba por su abuelo, su madre y su familia, aunque no era lo único. Él sabía que había una chica la cual se enamoró de él, y a la cual tendría que dejar en el caso de que tuvieran que regresar a su provincia de origen ya que nada más los ataba a la capital.

Decidió salir solo a caminar un rato e ir a comprar algunos pasabocas  pues ya se hacía tarde y el hambre ya era más notable e imposible de ignorar.

Sólo tenía que caminar unos diez minutos y llegaba al pequeño almacén de abarrotes que tenía un cartel gigante en la entrada que decía "abierto las 24 horas".

Mientras compraba algo de comida, reconoció la voz de alguien que no quería ver ese día. 

—Taro Yamada...—dijo en un susurro apenas audible.

A pesar de la insistente mirada de Budo, Taro ni se inmuto.

Budo decidió ignorarle y salir pronto del lugar, pues presentía que si Taro lo veía le reclamaría por Ayano diciéndole cosas como: "ella es mía", "es imposible que tú seas su novio", "te odio" y más mierdas así.
Por eso no le quería ver. O por lo menos no ser visto por él.

Pero eso se arruinó en la caja de pago pues Taro lo vio y se dirigió hacia él.

—Vaya. Cuanto tiempo, Budo, amigo mio.

Budo inmediatamente se volteó para mandarlo a la mismísima mierda con una mueca de desagrado en su rostro, pues tenía demasiados problemas como para encargarse de un idiota.

—¿Qué quieres?— dijo con notable enfado.

—Wow, calmado amiguito.    

—No jodas, ¿qué diablos quieres?

—Nada. Sólo venía a saludar.

Budo lo miró más que enfadado.

—¿Cómo está Ayano?—le preguntó Taro. Él sabía cómo acabar con la paciencia del otro.

—Enamorada de mí, ¿cómo más va a estar?

Y así, dejándole la palabra en la boca a Taro salió Budo de la tienda con una sonrisa victoriosa en el rostro. Pero esta misma duró hasta que llegó a casa de su abuelo y encontró a su madre histérica, llamando a una ambulancia. No lo dudó y corrió a auxiliar a la mujer que le había dado la vida.
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Lunes. 7:30 AM

En la entrada del instituto se encontraba ya Ayano esperando ansiosamente por su novio, pero éste no llegó. Se encontraba aun en el hospital acompañando a su madre.

Ayano tuvo un día como cualquier otro, con la insoportable compañía de Taro quien aprovechaba que Budo no estaba para acercarse a la chica siempre siendo rechazado.

Ya había caído la noche para cuando Ayano se enteró que su novio no había asistido al instituto porque su abuelo había fallecido a pesar de los esfuerzos del cuerpo médico.

En ese momento se sintió egoísta y llamó a Budo, solo para disculparse y preguntarle que si le servía de consuelo ella estaba ahí para él.

Obviamente fue invitada al funeral del anciano, y obviamente ella aceptó.

Pero, lo que ella no sabía era que sus destinos se separarían después del nombrado funeral.






Helou.
He decidido que este será el penúltimo capitulo después del final y el epilogo.
Agradecerles con el alma el apoyo y cariño que le han dado a la historia. Espero que haya sido de su agrado.
Bai

¡¿Por qué Tú?! (Budo x Ayano) 1era TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora