Capítulo 11

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S&K

Zen es un elegido como yo. Su elemento es la tierra. Mucho más pacífico que yo, pero con menos controlo. Sus ojos son verdes, típicos de nuestra "raza", su pelo es dorado.

Seguí su energía, la extrañaba.

Me sorprendí por él se encontrar en el jardín del palacio. Sin pensar dos veces, aumenté mi velocidad, temía lo peor.

Lo que encontré era peor de lo que imaginé. Zen estaba cercado por los guardias y general de Sesshomaru, mientras él los interroga.

— ¿Porque la dibujaste? – cuestionó furioso al mismo tiempo que mostraba un cuaderno.

"Su cuaderno de dibujos, ¿no me digas que es el mío?"

"Sabes que Zen dibuja las personas importantes para él, y Sesshomaru debe tener encontrado tu cuaderno."

Tenía que intervenir, no podía permitir que se maten uno al otro. Lo que no esperaba, era que uno anciano me lo impidiese. Me enfurecí. Ya estaba harta de ellos.

— Si fuese la princesa, no haría eso. – me aconsejó apuntando para lo grupo aún lejos de nosotros —. Defender su amante enfrente de todos, va a dejar a su majestad mal vista.

— ¿Amante? – pregunté incrédula.

— Por favor, no si haga de tonta, todos saben que cuando un hombre dibuja una mujer muchas veces, es porque tienen intimidades. – no acreditaba en lo que estaba escuchando —, Deje que su marido lo mate, y nosotros olvidamos esta infeliz situación.

"¿Mataren a Zen?"

Malditos ancianos.

Me descontrole, solo en pensar en eso. Sin estar consciente de mis actos, atiré el anciano al suelo con mi poder. Él me miró petrificado de miedo desde el suelo. Ya lo esperaba, todos tienen miedo de lo desconocido.

Sin me importar, pasé por cima de él para continuar mi camino.

Sesshomaru tenía una espada de uno de sus guardias apuntada al cuello de mi amigo, mientras Miroku y otro guardia lo mantenían preso.

— ¡Te arrepentirás! – gritó Sesshomaru antes de balancear la espada para cortarle el cuello.

Mi cuerpo reaccionó solo. Mi deber era proteger a los demás elegidos, prometí a los dioses que lo haría.

En segundos me encontraba frente a Zen lo protegiendo con mi cuerpo, y antes que la espada llegase a mí, el viento la cortó. Solo en ese instante es que todos notaran mi presencia.

— ¿Kagome? – cuestionó Sesshomaru confuso y molesto.

— Te tardaste. – comentó Zen con un sonriso.

Suspiré, después de escuchar un gruñido por parte de Sesshomaru.

"Va a ser un largo día."

Utilicé el viento para apartar los guardias de nosotros, dando oportunidad a Zen para agarrarme por la cintura y colocarme detrás de él, mientras hacía muros de tierra para protegernos.

La mirada de todos era de asombro, excepto la de los ancianos.

S&K

— Su majestad, ¡ellos son elegidos! – afirmó un anciano —, Tenemos que los matar.

Todos los presentes lo mirábamos incrédulos, después observamos los dos elegidos que se encontraban lejos de nosotros prontos para lucharán.

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