Capitulo.10.( Editado)

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NARRA AMANDA

Ha pasado una semana desde el incidente. El Doctor no me quiere dar de alta, dice que aún estoy débil y todas esa tonterías. Por otro lado el príncipe Joè no me ha dejado sola en ningún en ningún momento, se encontraba incluso más cariñoso.

¿O acaso era una ilusión mía?.

—Buenos días.—Saluda el susodicho entrando a la habitación.

—Buenos días prínci ....— Él me interrumpió.

—Joè ,solo llámame Joè.— Pidió él.

Asentí, es muy difícil llamarlo por su nombre pues me acostumbré a las  formalidades entre nosotros.

—Lo siento, es que no me acostumbro.—d
Declaro a lo que él curva sus labios.

—¿Cómo te sientes hoy?—Preguntó.

—Bien ,estoy bien.—Suspiro— Él doctor dijo que muy pronto regresaré a casa.—a
Aseguro.

El sonrío, seguro deseaba salir de mi de una vez.

—Eso es bueno.— Ladeó suavemente su cabeza.

El silencio reinó en la habitación, era un silencio incómodo, el cual fue interrumpido por un toque en la puerta.

Joè se levantó y fue a atender a quien estuviera llamando.Luna entró a la habitación, Joè la miro confundido.

—¿Con quién viniste, Luna?— Preguntó él , Luna sonrió inocentemente.

—Papá me trajo y antes de que preguntes:él esta hablando con el doctor.—Dijo la carismática pequeña.

Joè pareció estar convencido de su respuesta. La niña se acercó a mí, me regaló un cálido y cariñoso abrazo.

—No lo vuelvas hacer ,no quiero perderte igual que a Anna.— Dijo la niña.

La miré confundida, luego mi vista calló en Joè quién evitó a toda costa ver a mis ojos. Como si quisiera evitar a toda costa el tema mencionado.

—Creo que hablaste demás, Luna.—  Dijo él, la pequeña bajo la vista avergonzada.

—¿Quien es Anna?— Pregunté.

Soy demasiada curiosa.— Pensé. Tal vez y sea un tema delicado.

—Nadie.— Respondió rápidamente Joè.

No lograba descifrar si se encontraba más serio o molesto. La puerta se abrió ,dejando ver a el rey ,el cuál me sonrió cálidamente apenas pisó la habitación.

—¿Cómo estás, Amanda?— pregunta él.

—Mejor.— Contesté.

—Eso es bueno, Luna vamos. — Casi sonó como una orden.

La pequeña obedeció ,se despidió de mi con beso el la mejilla, al igual que con su hermano.

—¿Quién es Anna?— Indagué, él me miró fijamente.

—Nadie ,ya lo dije.—

—¿Era tu novia? —Pregunté.

A estas alturas ya parecía una novia celosa ,creo que mi tono de voz me delataba un poco.

—¡¡ERA MI HERMANA !!— Gritó él furioso.

Al parecer una fiera yacía dentro de él, cuando tocabas asuntos que no eran de su agrado o que simplemente actuabas de una manera que él no aceptaba, este monstruo crecía, se alimentaba de ira y rabia.

—Pero no tienes que gritar.— Mi vista se clavó en la nada ,luego volví a mirarle.

Que vergüenza Amanda,estos temas no te incumben.

Me miró fijamente,luego se acercó hasta quedar a menos de diez centímetros de mi.

—Tu querías saber ,yo te dije.— Su voz pareció un susurro bastante aterrador.

En el fondo de sus pupilas habían destellos de tristeza y molestia totalmente mezcladas, luchando por ver cuál de las dos vencía.

—Lo siento.— Murmuré arrepentida.

La curiosidad mató al gato ¿no?.

Él suspiró, se sentó en el sofá nuevamente, yo solo escaneaba sus movimiento. Por estar de preguntona volvió el antiguo Joè.

—Lo siento.— Su disculpa llega hasta mis oídos.—Yo no debí de hacer eso, perdí el control. Anna era mi hermana, para todos era la princesa de la casa (aparte de Luna,claro). La queríamos y aún la queremos. Ella aparte de ser mi hermana ,era mi mejor amiga.— Él sonrió, pero luego se quedó totalmente serio.—Siempre estuvo al pendiente del bien de toda la familia. Pero nosotros no a ella...una noche, la encontré en su habitación, con la muñecas cortadas, tal y como lo hiciste tú, solo que la diferencia es que llegué demasiado tarde...ella estaba muerta.—

A estas alturas no pudo contener sus lágrimas y comenzó a llorar. Al final había ganado la tristeza en aquel debate. Sin ni siquiera pensarlo, me levanté de la cama y lo envolví entre mis brazos.

—Siempre me culpo por su muerte, si yo hubiera escuchado sus problemas o le hubiera prestado atención ,ella hoy estuviera aquí— Sollozó.

Sus manos rodearon mi cintura de modo que quedé sentada sobre su regazo. Al poco rato su rostro se escondió en el orificio de mi cuello , poco a poco se calmó.

Si, creo que sentí un poco de nervios cuando hizo este repentino acto. Pero Joè necesitaba consuelo, y yo era la única que podía ofrecerlo en este momento.

—Lo siento ,soy muy metiche.— Exclamé.

—No te preocupes.— Pidió él con una sonrisa. —Debes de pensar que soy un débil. Pero es muy difícil para mi , en verdad la extraño mucho.—sus mejillas se tiñeron de rojo.

—No voy a pensar eso de ti, todos tenemos nuestro derecho a llorar de vez en cuando.

Por un momento pensé que volvería a llorar, pero en vez de esto sonrió ,y yo no hice más que volverlo a abrazar.

¿Yo?. ¿Casada con un príncipe?...(En Edición)Where stories live. Discover now