015.

99K 12.8K 4.7K
                                    

Jungkook abrió sus ojos perezozamente y de forma instantánea estiro su brazo hacia el costado, quería hacer contacto con el otro cuerpo que había en la cama. Jimin se rió de el porque parecía un tierno conejito somnoliento.

– Buenos días –saluda el rubio a Jungkook, quien cerró los ojos como si quisiese seguir durmiendo.

– Buenos días.

Jimin había estado en vela toda la noche después de lo qué pasó en el callejón donde trabajaba. Aquella sensación de rechazo que sentía en su interior seguía ahí, sin querer desaparecer. No podía entrarle en la cabeza como era que por un solo día de haber estado con Jungkook se hubiese borrado de su cuerpo el aguante que tenía para soportar las asquerosidades de su oficio.

Ahora estaba ahí y lo único que quería era estar en los brazos de Jungkook, así que con cuidado de no tocar su herida en el estomago acurruco la cabeza en el pecho del castaño y enredo sus piernas como un koala. Al lado de Jungkook se sentía muy pequeño.

– ¿Como dormiste? –pregunta el último y Jimin menea la cabeza.

– Bien –miente– no me quejo.

Aunque si se sentía bien, como siempre lo hacía cuando estaba al lado de Jungkook. Tenerlo así le parecía muy irreal, ni siquiera podía creer que el castaño lo había besado. Tantas veces Jimin lo imagino en sus sueños llegando a ese punto pero la realidad supero lo perfecto del momento. Y le asustaba mucho el hecho de que un simple chico pudiese provocar tantas sensaciones dentro de si.

– Es Domingo –susurra Jungkook apenado.

Sí, Jimin sabía que era Domingo y que en un par de horas más Jungkook volvería a su casa para seguir con su vida normal, lejos suyo. Ni siquiera habían hablado de como serian las cosas ahora que sus sentimientos habían salido a flote. Jimin quería pasar más tiempo al lado de Jungkook pero no sabía si este estaría dispuesto, quizá todo quedaría en el mismo lugar en el que empezaron... Y Jimin no estaba seguro de poder soportarlo.

Escondió su cara porque no quería mirar al castaño, tan solo deseaba hacerse bolita y dormir un rato más mientras el tiempo se detenía a su alrededor. Además, muy dentro suyo estaba esperando que Jungkook volviese a sentir rechazo por el apenas volviese a su casa. No podía olvidar quien era el chico que estaba a su lado y tampoco de donde venía.

– ¿Jimin?

La voz de Jungkook era fuerte y suave a la vez, muy difícil de explicar en simples palabras pero era el punto débil de Jimin. Se negaba a mirarlo porque no estaba listo para dejar ir ese fin de semana en que las cosas habían avanzado de manera tan rápida entre ambos. Era un maldito miedoso pero que más podía hacer si sabía lo que se venía ahora.

– ¿Podrías mirarme?

Si podía, pero no quería. Los ojos cafés de Jungkook más profundos que el mismísimo mar lo hacían sentir totalmente a la deriva, sin control de los latidos de su corazón. No tenía ni idea de como debía sobreponerse a los sentimientos que se habían desbocado desde la noche anterior, todo era más fácil cuando callaba las ganas que tenía de ser estrechado en los brazos del castaño.

– Por favor...

Recién ahí sube la mirada encontrándose con la cara de Jungkook. Sus manos temblaban ligeramente y no de frío, sino de incertidumbre. Jimin no era de las personas que estaba listo para las nuevas sensaciones, se brumaba con facilidad ya que estaba acostumbrado a lo monótona que era su vida, sin irrupciones y con una rutina establecida. Todo lo estaba sintiendo en ese momento lo mareaba mucho.

Tentación ◆ Kookmin ; 국민Where stories live. Discover now