Dentro

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Yo: mira,  el llevaba una cruz en el cuello.
Así que lo acabo de mandar al cielo jajajajajajaa.

La chica miro paralizada con una cara de pánico desenfrenado.

Yo: no te mataré... no mató mujeres ni niños.

Natalie: tu eres sólo un chico. Pero ahora te veo como un maldito monstruo.

Yo: pero si yo no soy el malo... yo soy tu salvador.

La golpee y la deje inconciente.
Le puse el cuerpo de su novio abrazandola,  pero no me iba a ir dejando pista, corte su lengua y sus dedos. Me fijé que no terminará ahogada con su propia sangre. No puedo explicar la sensación de éxtasis al haber hecho eso en ese momento me mordi, por suerte cada día disminuian las alucinaciones.

Al recordar esto me mordi en la camioneta de Megan.

Megan:  ¿que?, ¿por que hiciste eso tonto?.

Yo: por nada... no te preocupes.

Llegamos a la ciudad me despedí y prometi mantener contacto con ella. Aunque prefería mantenerme al margen.

Volví a la casa del motociclista. Me sentí como en casa fui y lo primero que vi, fue que las sábanas seguían manchadas de sangre y aún en la tina están el cuerpo calcinado del motociclista.

Me dio la sensación de que debía perfumarlo y vestirse muy elegante.  Lo enterre en el patio. Después de todo nadie se interesaba en el.
Lave la sábanas y luego me acosté de nuevo me sentía con esa extraña y a la vez perturbadora comodidad.

psicología de un loco Where stories live. Discover now