Sin palabras. Así quedé, sin nada que poder decir, excepto, "¿harás algo el sábado?"
– Ah, ¿quieres salir a algún lado alguna vez? – pregunté imitando al pendejo protagonista de la típica película romántica.
– No, no quiero.
– Que seca – dije decepcionado y con mis ilusiones echas pedazos, sin mencionar mi corazón roto.
– Mira quien lo dice – respondió enfadada.
"¿Que hice mal?"
La mire a los ojos y no tenía ni las más remota de idea de en qué maseta con estiércol vivía. No tenía nada peor que perder, así que la bese, con lengua y todo.
– Ahora sí quiero – dijo ella alegremente.
– Pues... – la volví a besar y duramos un buen rato en eso. La azotea conocía nuestra lujuria.
Nos fuimos caminando a casa tomados de la mano.
"Que lindos" Soy yo pues, me conseguí una chica súper linda y genial, aunque creo que está loca.
Llegamos a nuestro destino. La acompañé a la puerta; se despidió dándome un beso en la mejilla.
Quedamos de salir a una cita el siguiente sábado, ¡YEEEEHH! Espero no haya grapadoras en el camino.
Llegué a mí casa, subí a mi habitación y me senté frente a la computadora, la encendí, abrí un documento de texto y escribí mi experiencia, aunque es posible que haya exagerado. "Que sincero de mi parte".
–Sí ¿verdad? – una expresión de decepción se formó en mi cara – ¡¿Por qué mierda estoy hablando solo?! – Grité con toda mi alma y pulmón – ¡NO ESTOY LOCO! –Grité por la ventana de mi habitación con más fuerza que el grito anterior.
La tarde caía y el sol se escondía. Mi alma de cazador despertaba y mi pervertida arma surgía, de entre la ropa sucia. Una espada de madera para cazar a todo devorador de hombres que ose la puerta inter dimensional cruzar, que yo pronto he de sellar.
Me preparé para salir al combate, listo ya estaba cuando se abrió la ventana, ¡MI VECINA! Digo ¡MI NOVIA! Entró por ella (me refiero a la ventana).
– Hola cariño – dijo la hermosa "está loca" ¿Qué demonios? – ¿Quieres acción?
Aun soy un niño no sé lo que esta mujer quiere.
– Sí, claro que sí preciosa – por el momento dejaré que mi instinto animal me domine, mientras pienso.
Qué bueno que no estoy loco, puedo pensar con claridad.
Me olvidé de decir algo.
SAYONARA VIRGINIDAD. Eso y odio la grapadoras.
– ¡Trébol!, ¡Ya llegue! – gritó mi mamá. Rayos, perdón, digo, grapadoras.
– Parece que no será hoy – dijo mi amada, mientras huía por la ventana –. Nos vemos – se despidió dándome un beso.
"¡TENGO NOVIA!"
¡¡YEEEEEEEEEEEEEEEEHHHHHHH!!
– Esperen... ¡Sigo siendo virgen!
ESTÁS LEYENDO
un kilo de cebollas
Humorcuenta la historia, la vida extraña de un hombre loco, tiene alusinaciones y una vecina demente, sin mencionar su filia por los extraterrestres y su miedo a las grapadoras Portada por ( @Celimar-22 )