17

620 40 14
                                    




Silencio. Hermoso y placentero silencio....no externo, si no que interior. Cuando duermes tan profundamente que nadie puede interrumpir el gozo que se siente al caer en los brazos de morfeo. Esa es una de las cualidades que amo de mi, puedo dormir en cualquier lugar sin ningún problema, es mi talento.

Hace unas horas nos subimos a un bus el cual nos llevará a el final de nuestro viaje, el destino de Damian. Según él, está muy seguro de que su padre esta ahí, asi que supongo que sólo hay que esperar que el bus llegue a su destino.

Me gusta viajar en bus porque lo único que haces es dormir y dormir, especialmente si es uno tan largo como este.

Levanto mis párpados sintiendo estos pesados y pestañeo un par de veces para acostumbrarme a la tenue luz que hay dentro del bus en movimiento. Tengo mi cuerpo en diagonal, aplastando a Damian contra la ventana y mi boca está en su cuello, siento correr un líquido espeso recorrer toda mi mejilla izquierda, saliva. Mierda. Me alejo lentamente y en el transcurso veo como un hilo transparente de baba que nos une se deshace cayendo en nuestra ropa.Pego un grito ahogado cuando veo toda su clavícula mojada por mi baba, me limpio la mejilla con mi mano haciendo una mueca de asco. Siempre he tenido ese problema, babeo demasiado cuando mi boca se abre al dormir, recuerdo las piscinas que he dejado en mis almohadas.

Tomo confort y limpio con delicadeza su cuello para que no se despierte, intentando hacer el menor contacto posible con su piel pero se me hace casi imposible.

Un gruñido sale de su garganta y abro mis ojos quitando rápido la saliva de su piel.

Que mata pasiones dormir con el chico que te gusta y bañarlo en baba. Excelente Lía.

-¿Que haces? -Cuestiona levatando la cabeza con los ojos cerrados y guardo el pedazo de confort en mi bolsillo.

-Nada. -Digo acomodandome en mi asiento y él hace lo mismo.Mantengo silencio observando cómo se quita el polerón y al deslizar este por su torso, la polera se sube también así que le ayudo a bajarla. Mi mirada pasa por un instante hacia abajo, su pantalón. Hay un bulto, no un bulto pequeño, uno grande y notorio. Como una banana.

Aclaro mi garganta alejando mis manos de su cuerpo, sin dejar de mirar de reojo su pantalón.

Damian comienza a mirar extraño y toca su clavícula con la mano para posteriormente analizar esta con la mirada.

No alcancé a limpiar muy bien al parecer. Antes de que diga algo, hablo.

-Damian...-Entrecierro los ojos hacia él.

-¿Si? -Su mirada se concentra en mi.

-¿Por qué...o es...es que no sé si...? -Vacilo en decirle, me da un poco de pudor decirle,  no lo sé.

-¿Que pasa? -rasca su nuca ladeando la cabeza.

-Es que no sé

Pone los ojos en blanco. -Ve al grano.

Bien, ¿Quiere que vaya al grano? Entonces le diré sin anestesia.

-Tu pene está parado, erecto, inflado.

Una sonrisa pícara se forma en sus labios y reprimo la mía para que no piense que soy una pervertida.

-Eres una pervertida. -Ríe.

-¿Qué? ¿Pervertida yo? ¿Quién es el que la tiene

-Es mi celular. -Dice riéndose y paro de hablar.

-¿Tu qué?

-Mi celular, se ve así porque lo he guardado en un bolsillo cerca de ahí y bueno, se ve así.

DemianWhere stories live. Discover now