Soy un idiota

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Capítulo 9


Mientras Zoro vagaba por las calles de aquella isla pensando en su amor no correspondido, el joven cocinero huye al único lugar en el que se siente seguro.

Sanji ya cambiado se dirigió al Thousand Sunny, al llegar primero pensó en ir a la cocina, su lugar favorito de todo el barco donde podía hacer lo que más amaba cocinar, pero al pensarlo mejor se dirigió al cuarto de los chicos quería estar solo y ahí nadie lo interrumpiría.

-Sanji-kun- Le llamo Nami.

-Nami-swuan- Volteo a verla con la mejor sonrisa falsa que tenía en esos momentos- Robin-chwan- Llamo a la morena al verla al lado de su navegante.

-Sanji-kun saldremos por lo que quedas solo en el barco- Le dijo la chica.

-Lo que Nami-swuan ordene- Exclamo con "alegría"

-Sanji- Llamo la morena.

-¿Sí? Robín-chan.

-Nada- Salió junto a su nakama mujer- [Sé que algo te está afectando pero creo que no es momento de interferir]- Pensó al observar algo diferente en aquellos antes alegres ojos.

Despidiéndose así del joven rubio que no dudo en entrar a la habitación que compartía con sus nakamas varones una vez se vio solo.

Al entrar lo primero que atino a hacer fue jalarse el cabello en señal de enfado.

-Diablos porque- dijo el cocinero impresionado- Esto no puede ser posible, de cualquiera menos de él por favor- rogo al aire sabiendo que ya era demasiado tarde como para rogar.

Dio vueltas por la habitación intentando tranquilizar su agitado corazón pero recordó, recordó ese corto pero significativo beso que acababa de compartir con su rival, con su nakama, con la persona con la que siempre discutía por cualquier nimiedad, con aquel chico que siempre estaba a su lado aunque solo fuese para fastidiarlo, y descubrió que recordar le hacía daño, porque recordar significaba que estaba perdiendo algo importante para él y en esos momentos no es algo que le agradase pensar.

-Soy un idiota- Se gritó perdiendo el control en sí mismo- Porque ese día no solo pase de largo como siempre hacia, porque no me aleje después de que me haya visto, porque deje que esto llegara tan lejos- Se preguntaba con enfado hacia sí mismo- Porque no simplemente seguí cortejando a mis bellas damas, porque tenía que hablarle, porque debía de conocerle- Golpeo la cama con total ira- Esto es su culpa- Miro la cama de su nakama con total rencor- Si tú no fueras así- Acuso como si este estuviera presente- Si tan solo fueras un maldito como siempre lo creí, si fueras un marimo sin cerebro, una alga maloliente, un desorientado, un cretino- Esos y muchos más insultos salieron con rencor permitiéndole al rubio un pequeño desahogo.

Al pasar un rato entre golpe, dolor, gritos y rabia el joven cocinero pudo calmarse pero quedo en un estado de lamentación.

-Lo peor de todo es que yo solito lo estropee todo- Se dejó caer en la cama de su nakama- él está enamorado de Sandi no de mí- Toco con suavidad aquella almohada que tenía el olor de su dueño- además de que ambos somos hombres- Su mirada decayó al pensar aquella dolorosa verdad, como el un hombre podría competir contra Sandi una hermosa "mujer"- Y se supone que por eso yo nunca debí de fijarme en ti así como tú nunca te fijaras siquiera en mí; Sanji y no como Sandi- Una pequeña lagrima surco su rostro- Es por eso marimo que desde hoy yo debo decirle adiós a mis recién descubiertos sentimientos y para eso debo alejarme de ti.

El cocinero se recostó en la cama de su espadachín nakama dejando que el cansancio emocional lo arrastrara hasta el mundo de los sueños.

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A quien amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora