†Capítulo cuatro†

309 40 23
                                    

Me avergüenzas, ¿bailas casi desnuda en tarimas por las noches y vas a decirme que esta es tu mejor forma de coquetear?— cuestionó la muchacha que estaba sentada junto a mi.

— ¿Quién está intentando coquetear?— me defendí quitando mi rostro del peliverde para posar la vista en mi compañera— Es solo que se me hace un poco... ¿Llamativo?

—Es cierto, por poco lleva luces intermitentes encima.

—Se ve bien— murmuré mas para mi misma, mirándole de reojo otra vez— Algo de vanguardia nunca está demás.

El muchacho al parecer sintió los rayos que enviaban mis ojos inspeccionándolo, posando su vista sobre la mía sin expresión alguna. Simplemente así, saludándonos con las pupilas dilatadas...

O al menos las mías lo estaban.

Porque definitivamente me estaba gustando lo que veía.

 . . .


Haunted...


— ¿Lo quieres?—  cuestionó la castaña sentada frente a mi.

— ¿Qué?... Claro que no— gruñí arrugando mi entrecejo— Me parece llamativo, nada más.

— Sí... Llamativo— murmuró alzando una de sus cejas perfectamente perfiladas.

Podía sentir cómo la vista del peliverde estaba sobre nosotras y aunque intentase evitarlo, la idea me inquietaba. No es que me pusiese nerviosa, es decir, un montón de hombres -cerdos- se dedican a observarme bailar casi desnuda todas las noches. Ya no existe mirada que logre penetrarme lo suficiente... Además de Jay.

Claro está.

Pero este chico y sus ojos directos me hacían querer soltar el café y huir de allí.

— Pssst, pssst—  siseó mi acompañante —  Te está mirando, actúa sexy.

— Tsk—  escupí—  ¿Cuántos años tienes?, madura de una buena vez.

— Vamos Emma, debe ser divertido probar un pene que no sea el de Jay... Deberías intentar— se encogió de hombros mientras bebía de su taza— Sólo digo...

— Mejor calla antes de que te meta este trozo de pan por el trasero— amenacé alzando un trozo de masa horneada en su dirección— Y sabes que soy capaz de hacerlo.

—Agradece que tienes una perra sincera como amiga— sonrió ladinamente y guiñó un ojo cómplice de sus propias palabras — Sabes que tengo razón en lo que digo.

—Disculpen señoritas...— el mesero escuálido interrumpió nuestra pequeña discusión con dos platos con trozos de pastelillos, dejándolos sobre la mesa — Cortesía de la mesa de más allá—agregó con una señal en dirección al peliverde y su acompañante.

Mi amiga sonrió abiertamente, dejando salir una risa con claras intenciones de hacer notar su agrado por el gesto y volvió a alzar una ceja en mi dirección, probando su teoría de "Vamos Emma, consigue un pene nuevo".

Temerosa sin tener razón alguna, volteé mi rostro hasta encontrarme con la mesa generosa y allí estaba.

Ojos cafés, cabello exageradamente verde y unos lindos labios sonriendo sin vergüenza hacia mi. Era guapo, malditamente guapo... No iba a negarlo. Incluso con ese rostro fino, irradiaba una masculinidad enorme, casi saliendo de sus poros.

—Dale las gracias— susurró Jihyun.

—¿Por qué debería?, yo no se lo pedí.

—Me das asco Emma— espetó con una mueca de disgusto— No sé qué hice para merecerte, creo que me buscaré a una puta de verdad, tú sólo juegas a ser la sumisa de Jay.

†Russian Roulette† (G-Dragon/Jay Park)Where stories live. Discover now