Capítulo 15

45.1K 3.3K 566
                                    

Medow

-Aquí estás.

Me asomé por la puerta, pero no pude ver a Nois.

-¿Por qué no dejabas entrar a... ?

Nois se puso frente a mí.

Ah, ya entendía.

-Fue Kera.-Le dije.-Es un gato negro.

Gato negro era el nombre que tenían los felinos que podían conjurar hechizos.

Ella hechizó a Nois.

-Yo creo que fue... cuando lamió tu cuello.

Mi lindo lobo Nois asintió.

Me acerqué y toqué su cabeza,  acaricié detrás de su oreja.

Me senté frente a él.

-No sé como arreglarlo, pero las escuché hablar, Kera no sabía cuanto duraría.

De pronto Noicel miró la puerta completamente alerta.

-¿Medow?, quiero hablar contigo un segundo... afuera.

Kera.

La malvada Kera.

Respiré hondo.

Noicel me miró.

Yo besé su cabeza y caminé hacia la puerta.

Seguí a Kera hasta que salimos de la casa, luego me detuve y la miré.

Ella era bastante más  alta.

-¿Qué quieres?

Ella miró hacia la casa y luego hacia mí.

-Creo que sé lo que le ocurrió a Noicel y sé como arreglarlo.

Claro porque ella lo provocó.

-Ya, ¿Cómo arreglas algo que tú misma hiciste?

Ella me miró sorprendida, luego sonrió con superioridad.

Estoy bastante segura de que yo no podría hacer ese tipo de sonrisa.

-Bien lo sabes, mira, el perderá el control, el hechizo que puse se manifestó con algo muy simple, con sexo, así que cesará de la misma forma, pero a medida que pasen las horas Nois dejará de pensar como una persona, será como un lobo que al oler las feromonas de una linda felina perderá el control.

-No. No te dejaré acercarte a Noicel.

Hizo un puchero.

-¿Entonces quién lo volverá a la normalidad?, probablemente ni te reconozca y eres una simple humana que no puede hacer nada... además el sexo animal es caliente. Ah y no sé cuanto dure el efecto, y con eso me refiero a que no sé cuanto tiempo tenga para revertirlo.

¿Cómo se atrevía?

Era una desesperada.

-Noicel no va a tener sexo contigo.

-¿No?, entonces busca a otra hembra que rompa el hechizo, pero sabes que eres incompetente... humana.

Repentinamente tomó mi muñeca y me arrastró.

-Oye, ¡Sueltame!

Siguió apretando mi muñeca hasta que sentí dolor.

Me sacudí.

Clavé mi codo en su estómago y le di un patada en el rostro.

Luego corrí.

Yo sabía que nos golpes le afectaban poco,así que corrí lo más rápido que pude hacia la casa.

Luna del Lobo#2Where stories live. Discover now