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HoSeok caminaba de un lado a otro en el estudio que utilizaba para atender los asuntos de la manada, este se encontraba al nivel de suelo, impidiendo que alguien fuera de su seguridad y gente de confianza llegara hasta las dependencias de sus oficinas.

—No quiero asustarte— HoSeok escucho la voz de Jackson desde el marco de la puerta abierta —Pero YoonGi se quedó hablando con el cachorro— esto hizo que el moreno parara su deambular como animal enjaulado.

—¡Mierda!— fue lo único que pudo decir, sentándose pesadamente en la silla de su escritorio, se sostuvo la cabeza con las manos —Ahora sí que tengo problemas... ¿Cómo estaba YoonGi?

—Furioso— entro el beta Jackson, cerrando la puerta detrás de él —Me acuso de ser tan bruto e idiota como tú— la risa amarga de HoSeok le dio a entender a Jackson que él también era digno de lastima.

—Pues no creo que a ti tampoco te van hacer las cosas fáciles en esta luna llena— Jackson resoplo molesto, sentándose en la silla frente al escritorio de su jefe, cruzándose de brazos.

—Puedo jurarte que en este momento están conspirando en tú contra. Yo que tú, los enviaba como regalo a tu tío. Sería la venganza perfecta contra el muy desgraciado— la risa de ambos eran un reflejo del estrés acumulado.

La llegada intempestiva de uno de los centinelas encargados de la seguridad en ese turno de vigilancia, hizo que ambos hombres se pusieran en guardia.

—¡Alfa!— jadeo el hombre, con el cabello castaño claro pegado a la frente —Estamos bajo ataque. Alguien violo el perímetro del lado norte. Enviamos varios hombres a revisar, pero no han regresado y no responden por radio.

Jackson comenzó a gritar órdenes mientras HoSeok tomada el arma que siempre tenía guardad en un cajón, bajo llave, de su escritorio. Por suerte había sido entrenado como militar, toda su gente conocía los riesgos y sabían afrontarlo. Las hembras sabían disparar y la mayoría eran unas felinas realmente sanguinarias. Los cachorros y las hembras preñadas fueron puestos a buen resguardo, era preferible exagerar a tener luego que lamentarse después por haber sido negligentes.

Los edificios del complejo fueron cerrados herméticamente mientras los guerreros se preparaban para enfrentar lo que sea que hubiera penetrado su fortaleza. El cielo se tornó oscuro, todos supieron de qué se trataba, "Los Malditos" llegaban. Eran enormes aves negras, las plumas sin brillo, los ojos negros con una apariencia muerta, la sed y la locura. "Los Malditos" llegaban a alimentarse, alguien había sido tan estúpido de convocarlos.

—¡Son "Los Malditos"!— grito Jackson por encima de los chillidos de los enormes pájaros —Hay que devolverlos al infierno.

El primero en enfrentar a los atacantes fue HoSeok, había dos maneras de acabar con esas cosas, una era de un certero disparo en medio de los ojos, o el clásico, cortarles la cabeza con una espada afilada.

Los mejores tiradores se pusieron de rodillas sobre el patio, el que hasta hace poco era lugar de recreo para los cachorros más jóvenes de la manada. Calibrando sus rifles comenzaron a disparar, haciendo caer a las apestosas criaturas sobre el suelo, donde otros guerreros les daban el golpe de gracia con el metal afilando sus sables.

La carnicería duro un buen rato, las cosas esas no paraban de llegar. Para nadie era un secreto que la carne de Cambia-Formas era el alimento favorito de "Los Malditos", esas bestias eran carroñeras, usualmente duraban siglos dormidas en el fondo de cuevas olvidadas en los infiernos. Algo o alguien las había estado guardando para darse un festín con su manada.

❆❆❆❆

TaeHyung dormía, la conversación con YoonGi le había hecho comprender muchas cosas. Tal vez hacerle caso a ese zorro maquiavélico no era tan mala idea. Después de todo era un zorro, y eran conocidos por su astucia.

Cuando el tigre probó a su gato #2 →vhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora