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    Solace se estaba escapando de su casa por la ventana.

    Faltaba una hora para que el reloj anunciara la Navidad. Se suponía que debería estar en esa fiesta, en la que todos sus amigos estaban, pero sus padres no lo habían permitido.

    Pero aquello no iba a evitar que fuese. Sus padres estaban dormidos, al igual que sus hermanos.

    Will no podría haber ido solo, no tenía en qué ir y estaba lejos, fuera de la ciudad. Por lo que Nico di Angelo, su vecino y mejor amigo, había tenido la brillante idea de llevarlo en su bicicleta.

    Siendo sinceros, Will no lo consideraba su amigo. La verdad es que tenía otro tipo de aprecio hacia el chico. Pero nunca se lo diría.

    Cuando Will bajó por la ventana, tarea riesgosa considerando que estaba en un segundo piso, Nico estaba con su bicicleta junto a su casa. Hacía frío, nevaba, pero era bastante soportable.

    Nico tenía un suéter, Will le había dicho que lo usara por debajo de su característica campera de aviador. Aunque Nico había comentado que se sentía diez veces más pesado.

    Además, tenía guantes para no congelarse las manos, aunque siempre eran frías. Lo que más le gustó a Will fue el gorro de lana, el rubio se lo había regalado el invierno pasado y le encantaba que lo usara.

    -    Me siento tan rebelde. - Murmuró Will cuando se acercó a Nico. El moreno se rió de él.

    -    Eres tan malo, Solace. Te escapas de tu casa para ir en bicicleta a una fiesta de navidad.

    -    Ja, ja, ja. Si mi regalo es tu sarcasmo, prefiero carbón.

    Nico se subió en la bicicleta y Will se ubicó detrás de él, rodeando la espalda de su amigo con sus brazos.

    Will se dio cuenta de que en la canasta de la bicicleta de Nico (una canasta muy masculina, se defendería el moreno) estaba la mochila de calaveras. En la suya, que tenía colgada en su espalda, aguardaba el regalo de Nico.

    Estaba tan emocionado que apretó a Nico con un poco más de entusiasmo.

    -    William, necesito mis pulmones para respirar. Y no sé si sabías, pero para llevarte a la fiesta necesito estar vivo.

    -    Claro que lo sé, di Angelo. Yo no fui el que reprobó biología.

    -    Eres tan divertido. Espero que te diviertas tanto cuando te deje en medio de la ruta.

    Will, para calmarlo, apoyó su cabeza en la espalda de Nico. El rubio era apenas unos centímetros más alto que el moreno, por lo que tuvo que encorvarse un poco.

    Suspiró. Adoraba pegarse de esa forma a él. Se sonrojaba de una manera increíble, pero por suerte Nico no lo estaba viendo.

    Luego de un rato, en el que ya estaban en la ruta, Nico se detuvo. Algo que al rubio le pareció extraño.

    -    ¿Qué pasa, Nico? - Le preguntó.

    -    Me cansaste y te voy a dejar aquí, como te advertí. - Dijo con seriedad. Pero luego de ver la cara de Will, dijo - Es mentira, Solace. Le pasa algo a la bicicleta.

    Ambos se bajaron a ver cual era el problema. Para Will todo se veía perfecto.

    -    ¡Dioses! Esta cadena de porquería.
    -    ¿Qué le pasa a la cadena? - Preguntó confuso, no se veía nada en ella. Pero Will no tenía idea de bicicletas.

    -    Está rota. - Concluyó Nico. - Tenemos que llamar a alguien para que venga a buscarnos.

    Will asumió que no tenía arreglo y que estaban muy lejos. Tomó su celular y vio que no tenía señal, por la expresión de Nico él tampoco tenía.

The Gift {Solangelo AU}Where stories live. Discover now