7: "Amigos"

521 40 42
                                    

Definitivamente enloquecí, no sé cómo pude aceptar droga proveniente de Arturo y lo que hice después... estaba completamente mortificada, no podía verle la cara a Arturo y menos hablarle, cada vez que lo veía me enrojecía porque recordaba cada sórdido detalle de lo pasó. Así que lo evité desde ese día, por suerte dos días después de lo que pasó volvió María Teresa a la casa, Arturo debe haberla convencido de volver, pero lo bueno es que andaba como una seda, super amable conmigo e irradiaba felicidad, con que no me molestara yo era feliz, pero lo que me tenía más feliz era que los niños habían vuelto, a pesar de que se fueron por pocos días los había extrañado.

Luego de que María Teresa y los niños volvieran, Arturo se fue a Chile para jugar unos partidos por la selección chilena, lo que me hizo mucho más fácil el evitarlo. Aunque lo que no he podido evitar son las miradas inquisitivas de Emily, me observa demasiado, ella me dijo que está segura que yo le oculto algo, su agudo instinto policial tiene razón. Casi me acuesto con Arturo, casi me mandó la cagada máxima... y yo que siempre fui tan correcta, siempre seguí las leyes al pie de la letra, esto estuvo a punto de arruinar mi carrera policial, y si eso se arruinaba hasta ahí llegaba mi venganza por la muerte de mis padres...

—¡CONY! — Elizabetta estaba saltando en círculos con su vestidito rosado mientras gritaba mi nombre con su voz chillona— ¡CONY!

—¿Qué es lo que pasa Eli? — pregunté. Se veía tan feliz— ¿Por qué estás tan feliz?

—¡Hoy llega mi papi! —gritó. Aish, ¿por qué tuvo que volver tan rápido? ¿Por qué no se pudo quedar en Chile? Ay no, que estoy diciendo si él no vuelve no lo puedo investigar y si no lo puedo investigar estoy aquí por nada... Hablando de la investigación, puse una cámara en un cuadro al frente de donde está la caja fuerte, así que cuando Arturo o María Teresa la abra podré saber la clave y ver lo que ahí se esconde. —¡Cony! ¡Ahí viene mi papi! — gritó la niña, tomó mi mano y me tiró para que la siguiera a ver a su papi. María Teresa, Alonso y la señora Inés estaban en la entrada de la casa viendo como Arturo se bajaba del auto junto a su gran maleta, Arturo venía con una gran sonrisa, no sé por qué sonreía tanto si perdieron con Paraguay y empataron con Bolivia, aunque bueno supongo que estaba feliz de ver a sus hijos y a su esposa...—¡Papi! —gritó la Eli y corrió a abrazar a Arturo.

—¡Eli! — exclamó Arturo mientras botaba el bolso que tenía en la mano para abrazar a la Eli, luego Alonso también corrió donde su papá y María Teresa igual. Me quedé parada ahí en la puerta junto a la señora Inés. Mientras veía como Arturo besaba a María Teresa y abrazaba a sus hijos.

—¡Wena cabros chicos! — escuché la voz de un hombre. Miré de donde procedía la voz y ahí recién me percaté de dos tipos que recién se habían bajado del auto. Los niños corrieron a abrazarlos. Arturo por mientras tomó sus cosas y caminó hacia dentro de la casa. Saludó a la señora Inés con un abrazo, después se puso al frente de mí.

—Hola Cony— dijo mirándome con esa mirada intensa color chocolate que siempre me ponía nerviosa.

—Hola Arturo— respondí. Las imágenes de lo que pasó ese día me vinieron a la cabeza ¡Que paren por favor! Mis malditas mejillas se pusieron rojas. Arturo sonrió, de seguro sabía lo que había provocado mis mejillas enrojecidas.

—Bacán verte de nuevo— dijo besando mi mejilla, en ese momento aproveché de meter un micrófono en su bolsillo, tenía que ponerme las pilas en la investigación, él ni lo notó... Arturo entró a la casa seguido de María Teresa, luego entraron los dos hombres y los niños. Uno de ellos me miró de manera descarada de arriba abajo, era el mismo que había saludado a los niños de esa manera tan particular hace unos segundos.

Dangerous Woman || Arturo VidalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora