12: "Hospital"

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Escuchaba unos gritos, creo que era la voz de Arturo sonaba histérico. Parpadeé y una luz blanca me impactó en los ojos, por lo que los volví a cerrar. El brazo me dolía mucho... ¿por qué me dolía tanto? Ahí fue cuando los recuerdos vinieron a mí, la persecución en auto y el tiroteo. Abrí mis ojos para ver donde estaba y me encontré con la cara de Arturo y una aguja amenazando mi brazo. Pegué un salto, le tenía terror a las inyecciones.

―¡No me toque con esa aguja! ― exclamé. La enfermera frunció el ceño. No debía entender lo que le había dicho porque debía hablar en alemán. Así que le repetí todo en alemán.

Señorita, ya tuve suficiente con el escándalo de este señor para ingresar aquí con usted, ahora déjeme ponerle la anestesia...― dijo ella mirándome recia y con los ojos como el hielo, típica alemana.

―¿No puede hacerme el procedimiento sin anestesia? Por favor― le supliqué. Ella negó con la cabeza.

El protocolo del hospital no me deja señorita...― por la chucha quería llorar, odiaba las inyecciones, lo peor es cuando ese líquido del demonio se expandía por el cuerpo era como si quemara. Le tenía pánico a esa mierda y era ridículo, porque no me daba miedo que me llegara una bala, o yo misma sacarme una bala pero sí las inyecciones.

―¿Qué es lo que pasa? ― preguntó Arturo confundido. Lo miré, una lágrima se deslizó por mi mejilla, él me la limpió con suavidad y me miró con cariño y preocupación.

―Es que no quiero que me pongan anestesia, le tengo terror...― Arturo me dio una media sonrisa.

―¿En serio le tienes miedo a una aguja Cony? ― asentí― Tú estás loca mujer... Estás sangrando mucho, deja que te saquen la bala Cony.

―Ya, pero sin anestesia― el Arturo bufó. Luego tomó una de mis manos entre las suyas.

―Cony, por favor deja que te pongan la anestesia así no te va a doler tanto, hazlo por mí― me dio una media sonrisa. Suspiré.

Ya póngamela― le dije a la enfermera. El Arturo me sonrió y agarró mi rostro para que lo mirara a él y no a la aguja. Con su dedo pulgar acarició mi labio inferior y luego juntó sus labios con los míos. Él me había dicho que solo tendríamos una relación jefe- empleada pero parece que eso había cambiado con esto que pasó. Solo me rendí en el beso. No tenía fuerzas para luchar contra él. Sentí la aguja perforar mi piel. Mierda. La lengua del Arturo se entrelazó con la mía haciendo crecer una sensación de hormigueo en mi estómago. Al mismo tiempo el líquido comenzó a arder mientras se expandía por mi brazo, quería gritar por el dolor de mi bracito, pero estaba rendida por el beso. Las sensaciones que me producía contrarrestaba el dolor que sentía...

―¿Dolió mucho? ― preguntó separando unos centímetros sus labios de los míos. Su respiración estaba agitada al igual que la mía, sus labios estaban hinchados y sus pupilas estaban dilatadas.

―Solo un poco― respondí dándole una media sonrisa― gracias por distraerme― él me guiñó el ojo. Dirigí mi mirada hacia mi brazo donde la enfermera estaba trabajando, estaba quitando la bala. La encontró con facilidad. Y luego me la quitó y la dejó caer en esas cuestiones de metal que usan las enfermeras para curar. Después tomó los implementos para coser mi herida. El Arturo miraba todo con una mueca de terror, creo que le dolía más a él que a mí―Oye ¿por qué esa cara?

―Es que Cony, eso debe doler mucho... nunca me ha llegado una bala pero imagino el dolor...tú no deberías estar pasando por esto... Perdón― dijo mientras acariciaba mi rostro con suavidad.

―¿Perdón por qué? No es tu culpa...―en su rostro se veía que estaba en conflicto con él mismo. Quizás debía sentirse culpable por la bala que me llegó... esos matones obviamente lo perseguían por algo...

Dangerous Woman || Arturo VidalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora