☁You are not dying today☁

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— ¿Estás bien?—preguntó Hayden con la voz cansada no muy lejos de él, justo detrás suyo para ser exactos. Él asintió, aún procesando la pelea en el bosque con el señor Douglas también conocido como el hombre lobo nazi, aún procesando la ferocidad con la que los había atacado, dispuesto a matarlos sin casi oportunidad de defenderse, la velocidad con la cuál de repente había salido corriendo mientras miraba a Liam con una espeluznante sonrisa de victoria; aún procesando todo lo ocurrido en esos escasos diez minutos, tan eternos pero al mismo tiempo tan rápidos.

— Si, creo que estoy bien.—anunció en voz alta, mientras continuaba observando el frondoso bosque donde había desparecido el villano.— ¿Y tú?

— Bueno...—ante el tono de duda, dolor y cansancio que había tras las palabras de Hayden, Liam giró la cabeza para mirarla. Esta estaba contra un árbol aguantándose, como podía, mientras presionaba su mano izquierda contra su clavícula derecha.— No del todo, pero lo estaré...

El olor a sangre se sentía en el aire forestal, para alguien sobrenatural inundaba el ambiente. La castaña cada vez más débil intentó acercarse a él caminando, pero nada más alejarse del tronco del árbol las piernas le fallaron y cayó, él con rapidez la atrapó al vuelo antes de que su cuerpo chocara contra el suelo y se dejó caer en el húmedo suelo del bosque con el cuerpo de Hayden entre sus brazos. Ella entreabrió los ojos para mirarlo y apartó la mano de la clavícula con lentitud, de la camiseta rasgada brotaba sangre, mucha sangre, y a través de la tela rota se podía ver tres orificios en la piel de ella, eran marcas de garras clavadas, Hayden dibujó una cansada sonrisa.

— Tranquilo. Estaré bien.—lo tranquilizó.— Supongo que tarda más en curar ya que la herida está hecha por el hombre lobo nazi.

El olor a sangre, seguía ahí, abriéndose paso a través de sus fosas nasales, pero no era lo único que olía, el hedor a sangre se entremezclaba con otro, otro olor que transportó a Liam a otro lugar por unos instantes. De repente, el chico ya no estaba en el bosque con su novia entre sus brazos, sino que estaba en un pozo con una herida en el pecho y el olor a acónito y sangre rodeándolo.

— Acónito...—susurró al volver a la realidad.— Hayden.—la llamó al ver que los ojos de la chica se entrecerraban ante el dolor.— No estás así por la herida, estás así porque cuando Douglas te clavó las garras las debía tener mojadas en acónito, también conocido como matalobos.—explicó con nerviosismo.— Si no te llevo a Deaton antes de que el acónito llegue al corazón morirás.— hizo ademán de levantarla.

— Liam.—dijo ella en un susurro mientras dibujaba una mueca de dolor en su rostro.— Si tuvieses que elegir un momento de los que hemos vivido, si tuviese que elegir un solo momento de estos cuatro meses, para poder congelarlo y vivir ahí para siempre ¿cuál sería?—preguntó con cansancio mientras abría los ojos con pesar para mirarlo.— Yo sin lugar a dudas, elegiría la noche después de convertirme en mujer lobo. Tú y yo en el bosque, siendo nosotros mismos más que nunca, sin ninguna preocupación solo siendo dos adolescentes sobrenaturales corriendo por el bosque.

— ¿Hayden, que estás diciendo?—preguntó él con la voz temblorosa, mientras aparecían pequeñas y cristalinas lágrimas en sus ojos, sin querer comprender lo que su novia le estaba diciendo. Ella solo dibujó una sonrisa pequeña mientras él se mantuvo impasible.

— No hay tiempo.—respondió con tranquilidad.— Hace rato que tengo la herida, no le debe faltar mucho tiempo al acónito para llegar a mi corazón, creía que era una simple herida, por eso no dije nada, pensaba que se curaría por eso no he hecho nada.—explicó mientras las lágrimas empezaban a caer de sus ojos castaños pero aún y así sonrió.— Pero tranquilo no pasa nada.—dijo.—"Al menos esta vez podemos despedirnos."— pensó para si misma. A pesar de tener los labios fruncidos y el rostro impasible, luchando por ocultar todas las emociones que estaba sintiendo el chico en sus normalmente brillantes ojos de color azulado había lágrimas y estaban totalmente apagados. Ella alzó ambas manos y las puso sobre las mejillas de este.— Te quiero.—confesó ella.— Solo quería que supieras eso.

Él se la quedó mirando, sin decir nada. Era su primer te quiero, era la primera vez que uno de los dos después de cuatros meses y después de todo lo ocurrido se atrevía a decir esas dos palabras, aunque a decir verdad esto estaba muy lejos de como ambos habían soñado e imaginado su primer te quiero. 

Liam la cogió de las muñecas con suavidad, apartó las manos de Hayden de sus mejillas y las puso alrededor de su cuello.

— Te diré te quiero, mañana.—dijo mientras se levantaba con ella en sus brazos y empezaba a caminar de camino a la veterinaria.— Ya que no te vas a morir hoy.  

 

                      

✔ᴛᴇᴇɴ ᴡᴏʟғ☁ᴄʜɪsᴛᴇs & ᴏɴᴇsʜᴏᴛs; 3.0✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora