Capítulo 9: Mentiras

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"AMOLAD no me pertenece, le pertenece a The Snipster quien solo quiere ver arder el fandom, pero aun así la amamos"

N.A. Volví con sus respuestas, después de que casi me amenazaron, y estuvieron a punto de aventarme a la ONU (¿) ya les traigo este capítulo,además les deseo un Feliz año a todos mis lectores.

Nick tomó la cara de Des y empezó a acariciar el suave rostro. Una mano se coló a su camisa de seda verde botella, para intentar desabrochar los botones y ver algo más de piel del chico. Un ligero llamado a la puerta lo desconcertó, gruñendo se dirigió a ver quién era la persona que había osado interrumpirlo; al abrirla encontró a una de sus sirvientas, la chica estaba vestida de negro y con una máscara que cubría su rostro, era al igual que las otras, mujeres que el usaba para sus negocios y diversiones. La mujer estaba asustada por haberlo interrumpido, ella sabía que si de él dependiera, podría no amanecer mañana.

— Lo llama el señor Natt, luce muy agitado — murmuro, cubriéndose el rostro como temiendo lo que sucedería si eso no era del agrado de Nick, este soló le dio una ligera caricia para que se calmara.

— Sirve algo de vino y limpia la habitación principal, después dile a tu compañera que te ayude a llevar al joven que yace en la cama para allá, tengo que hablar algunas cosas con Tomás — le ordenó, la chica suspiro y se puso en marcha, mientras veía la estilizada figura bajar por las escaleras de la mansión, se acercó al cuarto. Un ligero suspiro salió de su boca al mirar al joven, era muy alto, su piel blanca contrastaba con lo negro de la cama donde yacía, visiblemente drogado, era muy atractivo, casi sentía lastima por el joven, caer en esa mansión no podía significar nada bueno.

Mientras tanto del otro lado del mundo, Leo Splinder no mostraba señal de despertar, esto preocupaba enormemente a Maia y William, quien conversaban. Ya era de noche, por lo que la señorita Vega cambió el turno con el socio. Este se encontraba sorprendido de ver la dedicación que Vania parecía tener con el moreno, pero no le discutió al momento de dejarla descansar.

— ¿Crees que sea conveniente llevarlo a otro hospital? — cuestiono William mientras tomaba el té con su amiga. Esta lo miró intrigada, dejando el vaso desechable donde antes había degustado la infusión que amablemente el rubio le ofreció, ella lo encaró.

— ¿Piensas que no hacemos buen trabajo?

— No, claro que no Maia, sé que eres una excelente doctora, es solo que... tal vez otro hospital en Francia pueda darnos un mejor diagnosticó.

— Mover a Leo de hospital no es la mejor opción, sé que tú y su novia quieren lo mejor para él...

— Espera, yo y su ¿novia?, la señorita Vega es solo compañera de trabajo de Leo, hasta donde él nos comentó, su pareja es un caballero.

El vaso de té se le resbalo a la doctora, y su rostro palideció solo un poco.

— Y ¿Dónde está ese caballero?, no lo miró por ningún lado, preocupándose por Leo — comentó molesta, si preocuparse de limpiar el té derramado.

— Frannie dijo que llegaría el día de hoy, tal vez no dio con el hospital — se preocupó un poco William—. Voy a llamarla, tal vez ella sepa algo del chico

— Y ¿Qué tal si se arrepintió de venir a cuidar a Leo? — comento Maia enojada, asomándose al cuarto donde el cuerpo del chico se encontraba conectado a diversas maquinas que producían un incesante sonido al monitorear sus signos vitales, William telefoneaba a Frannie. Después de colgar la llamada su rostro se contrajo de la preocupación, dejo el teléfono en su bolsillo y miró a la chica, quien limpiaba el destrozo hecho por ella misma.

— No saben nada del joven Aeva desde la mañana, al parecer no tomó el vuelo para acá, ya alertaron a la policía, pero tienen que pasar 24 horas más, antes de que hagan algo. — comento William preocupado, Maia negó con la cabeza, para ella las cosas estaban claras, el novio de Leo había abortado misión.

Desventuras de la Vida.Where stories live. Discover now