Nuestra Historia (Regina Mills & August Booth)

Capítulo 19

Capítulo 19 - Tú y yo

—¿Que te perdone? Pero ¿porque Regina— dijo asustado

—Cuando estuve en el hospital después de que el niño nació le dije a Robín que si lo nuestro no hubiera acabado desearia que ese bebe no fuera de él y Zelena, todo sería diferente en ese momento estaríamos hablando de algo más, pero después comprendí que eso ya no tiene sentido, que ahora estoy contigo y que te amo— confesó

—Gina no debo perdonarte nada, creo que en la situación que estabas era normal y yo también te amo— dijo mientras la abrazaba

—Realmente ¿no te molesta?—dijo ella

—Como dijiste Robín ahora pertenece a tú pasado y estamos aquí juntos construyendo nuestra historia— explicó él mirándola a los ojos

—Son muy afortunada de tenerte, por cierto Robín me pidió que cuidara de Roland unos días, espero no te moleste, me gustaría que se conocieran—decía ella

—Sera increíble, espero caerle bien— dijo él provocando que Regina sonriera

—Lo harás yo lo sé — afirmó ella

—Me tengo que ir cariño, aunque no quiero, debo— la besa

—Nos vemos mañana, ven a almorzar y así conoces a Roland— dijo ella besándolo de nuevo

.

Día Siguiente

Zelena fue dada de alta, la cabaña estaba lista y ya estaba instalada, Gold había protegido todo con Magia y al parecer todo estaba bien.

Mansión Mills

Regina había decidido no ir a trabajar ya que el día anterior había avanzado bastante y además llegaría Roland así que lo estaría esperando

*Tocan el timbre

—Hola buenos días— dice Regina

—Hola su majestad— responde Little John

—¡Gina!— grita Roland

—Un gusto Little John— saluda Regina

—El gusto es mío, enserio— respondió él

—Te extrañaba mucho Gina— exclamó Roland

—Lo sé pequeño yo también— dijo ella abrazándolo

—Nos vemos y no tengo que decir que cuide muy bien de Roland porque sé que lo hará, nos vemos pequeño pórtate bien— se despidió Little John

—Roland no sabes cuánto te eh extrañado, te Quiero mucho corazón— decía ella haciéndole cariñitos al niño

—Yo también Gina, me alegre mucho cuando mi papá me dijo que el tío John me traería contigo y estaría unos días aquí— explicaba él con una gran sonrisa

—Prepare unas galletas con chispas de chocolate para ti— decía ella captando por completo la atención del niño

—¡Galletas!— grito Roland

—Vamos a la cocina y te daré galletas y un vaso de leche—

—Están deliciosas—hablo él aún con migajas de galletas sobre su carita

—Me alegro que te gusten, sabes hoy quiero que conozcas a alguien muy especial— dijo Regina

—¿A quien?— preguntó lleno de curiosidad

—Lo conocerás a la hora del almuerzo, y quiero que me ayudes a preparar la comida ¿te parece buena idea?—

—Claro, pero ¿te podría hacer una pregunta?—