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Alzo su mirada tras haber cruzado el portal que la había llevado hasta el embarcadero de Nueva York. Se miró a un espejo cercano a donde se encontraba, sus ojos brillaban intensamente como si fueran luceros. Antes cada vez que utilizaba su don copiando hechizos sus ojos la escocían tanto que podía sentir como la iban a estallar. Esta vez era distinto, no sentía nada. Nada de nada. Esperaba sentir al menos un ápice de alegría cuando volviera a la vida, o por lo menos cuando saliera del submundo.Pero no fue así, como ya dije, no sentía nada.

Camino unos metros bajo la atenta mirada de aquellos que trabajaban en los andamios subidos descargando contenedores de los barcos. encontraban sexy a una joven bañada en sangre de su propia madre. Irónica río antes de saltar a la profundidad del agua para limpiar la sangre que cubría su cuerpo.

Necesitaba respuestas, saber quien era exactamente ahora mismo. Sabía que solo una persona podría respondería , alguien lo suficientemente consumida por la oscuridad y ambiciosa de poder como para ceder ante la nueva identidad de la rubia.

Dirigió sus pasos hasta donde se encontraba su antigua casa, aunque el tiempo en el submundo apenas habían sido un par de días, se notaba que si había pasado en el exterior. Todo aquello que dejo antes de marchar a Alemania se encontraba apoderado por una fina y cubriente capa de polvo. En ese momento se dio cuenta de que una de las desventajas de haber salido del inframundo era que había olvidado gran parte de sus recuerdos. Anhelos rodeaban la casa, no un recuerdo real y contundente si no simplemente el eco de lo que un día fue y ahora apenas queda.
Acaricio con la llena de sus dedos cada rincón de la habitación, la cual continuaba desordenada. Imágenes se la venían a la cabeza. Recordó como las manos de Jace recorrían su cuerpo apoyados en la comida blanca que había frente a la cama. Un recuerdo fugaz la sacudió la cabeza, era Erik haciéndola abrazándola en las escaleras del instituto de Alemania. Cada vez que un recuerdo venía a su cabeza notaba como si un puñal atravesase esta. Tanto en que varias ocasiones perdió el equilibrio y cayó al suelo.

Se cambio de ropa dejando la anterior en un contendor que posteriormente quemo, la gente pensaría que había sido un acto de vandalismo y así nadie le echaría en cuenta nada.  Camino unas cuantas cuadras más hasta que llegó a donde se supone que Camille se escondía, ella al igual que todos los repudiados por sus propias especies se escondían de aquellos que un día les desearon ver muertos. Se adentró en aquel lugar decorado como en los antiguos años ochenta pero únicamente iluminado por velas lúgubres.

— interesante ver a alguien como tú, viva, de nuevo.– se escuchó una voz perdida entre las sombras. Murmullos de los desaparecidos volvieron a escucharse.

— ¡Daphne!– gritó una voz conocida, la joven rubia se volteó para encontrarse en una esquina atrapado bajo una fuerte caja de metal a el joven Will.– ¡Sácame de aquí!

La rubia corrió hacia dónde estaba, pero cada vez la jaula se alejaba más de donde estaba ella. La voz del joven gritando su nombre cada vez se escuchaba más como un eco de sus propios pensamientos. Dejo de correr, antes de poder sacarle necesitaba saber cómo hacerlo.

— Camille, aparece!– gritó con todas sus fuerzas haciendo temblar las llamas que iluminaban la habitación.

— A sus servicios, dueña de los caídos.– apareció tras de ella mirándola tentadora.

Durante unos instantes reino el silencio entre ellas, no era más que conocida como una vil traidora e interesada. Pero también se la conocía por su enorme facilidad por saltarse las normas, al igual que a Daphne.

— Tienes muchas dudas.– Río.– se nota y eso te hace más vulnerable.

— ¿dispuesta a resolverlas?– la desafío la joven rubia. – serán fáciles y no te tomarán mucho tiempo, ¿Que soy? ¿Y que puedo hacer con ello?

Survivor // #ShadowhuntersWhere stories live. Discover now