Cap. 3: Desilusión

319 27 34
                                    

Boyd nos iba contando que los chicos estaban un poco agotados por lo que iban a tomarse unos días por esta ciudad para descansar. Eso me había puesto aún más feliz porque así podría verlo un poco más. Nos dirigió por un pasillo oscuro hasta llegar a unos camerinos donde un gran guardaespaldas abrió paso para que Pattie pudiera abrir la puerta. Ella le explicó al hombre que pasaríamos por unos minutos.

Mi corazón estuvo todo el concierto latiendo a más no poder y sentía que ahora iba a estallar, Maureen lucía tan natural que eso me ponía más nerviosa.

Cuando Pattie abrió la puerta nos invitó a pasar y los chicos estaban plácidamente sentados en el gran sofá.

−Hola chicos, les traigo a dos personitas que quieren conocerlos más que nadie en el mundo.

Vaya, Pattie de verdad estaba siendo muy considerable con nosotras.

−Hola chicas. -Dijeron todos al unísono. John estaba mirando su guitarra y en ningún momento alzó su mirada. Eso me ponía triste. ¿Será que a John no le importaba ni siquiera quién estaba presente?

−Hola... -Dijo Maureen. Y a los segundos saludé yo también. Cuando lo hice, John fijó su mirada en mí. Mierda.

−Pueden sentarse junto a nosotros chicas. –Murmuró Ringo sonriendo y Maureen en un segundo ya estaba sentada a su lado. Sonreí y me fui a sentar junto a George, era el único lugar desocupado.

John estaba frente a mí, y al parecer no quitó su mirada durante largos minutos mientras hacía acordes con su guitarra. George me sonrió tiernamente.

−¿Cómo se llaman, señoritas? –Exclamó Paul en un tono bastante caballeroso.

−Yo soy Maureen, y ella es... -La interrumpí.

−Soy ______ Lee. –Esperen... ¿DE VERDAD YO, ______, HABÍA HABLADO TAN SEGURA?

−Un gusto, ______ y Maureen. –Murmuró John.

−Igualmente, John. –Sonreí y él me respondió con una sonrisa un poco más coqueta, o eso fue lo que pude observar.

−¿Chicas quieren un cigarrillo? –Preguntó Ringo bastante animado.

Odiaba todo aquello que tenía que ver con el alcohol y el cigarrillo. Negué con la cabeza, en cambio todos alzaron la manos menos John. Se levantaron para ir a fumar a un lugar abierto y me quedé ahí, a solas con John.

Él se recostó en el sofá y cruzó sus piernas, mirándome tan intimidante que pude sentir como mis mejillas comenzaban a calentarse.

−¿Por qué te sonrojas? –Dijo sonriendo.

−¿No crees que es obvio? Tengo al chico de mis sueños frente a mí y ¿quieres que no me sonroje? -Mierda, creo que pensé en voz alta.

El sólo soltó una carcajada y se levantó para sentarse a mi lado. Oh no.

−¿Eres de aquí? -Cruzó sus piernas.

−S-sí... 

−¿Cuántos años tienes? -Dijo sonriendo con tanta ternura que no pude evitar sonrojarme aún más.

−Cumplí 18 años ayer.

−Vaya nena, feliz cumpleaños atrasado. –Me abrazó y besó mi mejilla. Diablos.

−Muchas gracias John.

−Si tienes 18 años, deberías estar terminando el último de escuela, ¿cierto?

−Exacto.

−¿En qué escuela estás? –Alzó una ceja sonriendo. ¿Por qué me preguntaba eso?

Un sueño por cumplir.Where stories live. Discover now