010 Prólogo.

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Detesto saber que se termina mi luna de miel y debo volver al trabajo.

Después de un ceremonia corta, a la cual los más importantes y cercanos, familiares y amigos asistieron, que se retrazó dos meses después de que me propuso matrimonio; nos fuimos de luna de miel hacia Ibiza, más precisamente una playa de ahí. Es lo más lindo que hay, en cuanto a paisajes, porque lo más hermoso es mi ahora esposo, Percival.

Nos encontrabamos haciendo las maletas en la habitación, ambos teniamos las maletas encima de la cama e ibamos colocando las cosas en cordinación.
En un momento me sentí mal y fuí al baño y me noté palida, más de lo normal.

-¿Todo bien Melisa?- desde afuera me preguntaba Percival.
-Si- mi voz dudaba- Creo que si.
-¿Cómo creo? Dejame pasar- se notaba preocupación y entro.

Me levanto el rostro con las manos y lo miro bien, corrio a un costado los mechones rebeldes de mi pelo y beso mi frente.
-Yo me encargo de las valijas y el resto, recuestate y descansa un rato. Mañana nos iremos todavia no nos corren de aquí- dijo divertido y mirandome con dulzura.

No veo otra cosa que rosa y celeste difuminado, todo a mi alrrededor es eso.

-Cielo- me despierto.
-¿Sí?- le pregunto.
-¿No crees que deberiamos ir a un medimago y no ir al trabajo? Hace una semana que volvimos y sigues igual de palida, me estoy preocupando.
-Si, creo que es lo mejor.

-Señorita Graves- que bien se siente escuchar eso, no puedo reprimir la sonrisa- usted no tiene nada de que preocuparse, esta embarazada y es normal que en esta etapa del embarazo  sienta dolores, mareos o se vea más palida.
-¿Qué?- me acaba de caer un valde de agua helada.
-Si señorita, tiene un embarazo de tres semanas, casi un mes.
-Muchas gracias, le diré a mi esposo que estoy bien.

Salgo al pasillo del hospital y veo que Percival me espera con una mano en su cabeza y la otra en el brazo de la silla, moviendo los dedos en señal de impasiencia.
-Ya estoy- le dije- El doctor dijo que todo estaba bien. Vamos a casa por favor.
-Me alegro mucho- ya levantado y abrazandome por la cintura dijo- Vamos.

No puedo esperar a ver su cara cuando le diga que esperamos un bebé.
Quiero llegar a casa y decirle pero no aguanto más, estamos en la mitad del camino hacia casa y ya me pica la lengua por decirselo.
-¿Por qué tan sonrriente?- me mira divertido.
-Porque el medimago me dió buenas noticias.
-Si, dijo que estabas bien, me alegra eso.
-Y dijo que estaba embarazada.

Fin.

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Jejeje soy muy mala les dejé abierto el final.
Gracias a los que llegaron hadta aquí y espero que les gustará la historia.
Besos.

Buscandote para recuperarte ~Percival Graves~Where stories live. Discover now