Prologo

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Ya pasaban de las doce el clima era frío y estaba lloviendo, aunque estaba dentro de mi Jeep el frío seguia haciendome temblar.

Esta seria la ultima vez que me dejaba convencer por Matt, se supone que debia estar en casa a las 10:30 y ya eran mas de média noche. Mi mamá de seguro me regañaría. La lluvia empezó a caer mas fuerte obligandome encender los limpia parabrisas.

Me detube en un semáforo, mientras esperaba a que la luz verde me diera la señal me dispuse a buscar musica en la radio. Un golpe en la ventanilla del copiloto me hizo dar un respingo.

Habia una persona, al parecer era una chica, volvio a tocar mi ventanilla antes de subirse, debi poner el seguro.

-Arranca James- ordenó ella con un tono aterrador.

El semaforo cambió a verde, no había ningún otro carro detrás de mi, por lo tanto apague la camioneta. Ella sólo miraba por la ventana esperando ver algo o alguien.

-No lo haré- me cruze de brazos-, y no me llamo James- agregue enseguida.

Giro su rostro lentamente, tenia el cabello empapado y algunos mechones de este estaban pegados a su cuello. Sólo usaba un vestido negro entallado, estaba totalmente empapada. Arrugó las cejas y entre abrió los labios.

-¿Qué haces con la camioneta de James? - me preguntó pagandose a la puerta.

Su rostro era muy bonito, labios carnosos, nariz afilada, ojos oscuros, pestañas largas y cejas normales.

-Esta es mi camioneta- afirme esperando que se bajara.

-¿Qué?- exclamó observando la Jeep detenidamente-, me dijo que estaba...

Un golpe se escucho afuera, ella dió un pequeño brinco.

-Porfavor enciende el auto- me rogó.

Mire detras de ella, un grupo de chicos venia corriendo hacia nosotros. Se veian furiosos, así que arranqué. No lo niego, tenía un poco de miedo y esta chica no me daba buena espina.

-Aqui esta bien- dijo ella. No me detuve-, oye chico, me bajare aqui.

-¿Cómo te llamas?- le pregunte con ternura esperando que ella confiara.

-Samantha- respondió sin dejar de observarme.

-Shawn- estire mi mano para que ella la estrechara, ella la tomó titubeando-, mucho gusto.

Su pequeña mano estaba helada. Se acomodó con cuidado para poder ver por el cristal trasero de la camioneta, se veia un poco espantada.

-¿Quienes son?- le pregunte observandola.

-Amm- se acomodó correctamente en el asiento del coopiloto-, les debo unos cuantos tragos a unos delicuentes- respondió con un toni despreocupado.

-Si no tienes dinero no deberías prometer tragos- le dije un poco obvio.

-Oh no- ella se carcajeo-. Si tengo dinero- se metió la mano en el sostén y saco un montón de billetes, estos calleron sobre su regazo.

¿Dónde diablos le cabian tantos billetes? Me volteó a ver con una enorme sonrisa en su hermosa cara.

-¿Tienes hambre?- me preguntó ahora muy feliz, ¿era bipolar acaso?

-Pues no- respondí encogiendome hombros.

-Eres lindo ¿sabes?- sentí mis mejillas arder-, yo si tengo hambre, detente aqui- Y le obedeci, ella empezó a recoger su cabello humedo en una media cola-. Te invitare una deliciosa hamburguesa.

Y esa noche termine comiendo 2 hamburguesas enormes en un pequeño restaurante demasiado calido, ni siquiera sabía que había comida a esa hora. Jamás pensé que una desconocida me invitara tanta comida.

¿Cómo es que una chica tan linda puede meterte en tantos problemas?

Famely Robery S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora