-Bien.- acepté luego de que salimos con mis padres para celebrar lo mio con Samantha.-Pero lo hago sólo porque tu lo dices.
-¿Te he dicho que eres el mejor?- preguntó levantándose sobre la mesa para besarme.
Estábamos en la misma heladería de hace algunas semanas, pero esta vez no habíamos pedidos un helado tan grande. Ella se veía tan feliz comiendo su helado y mirando por la ventana, que incluso me sentí mal por querer preguntarle lo siguiente.
-Samantha.- la llamé, ella volteó alzando las cejas.- Quiero preguntarte algo.
Miró mis ojos con prisa y asintió.
-Es algo malo ¿verdad?- yo asentí provocando que su semblante se preocupara.-Dime.
-Esa noche que te embriagaste mucho y fui por ti, dijiste algo sobre tu...
-Si, sé lo que quieres decir.
Se quedo callada por unos segundos, en esos segundos me sentí mal por hacerle esa pregunta en un lugar tan bonito, no sabía si ella lloraría o algo así y no sabría que hacer si pasara eso. Sólo esperé atento.
-Si esperas que te cuente una historia de desamor, no será así, porque,- se rió nerviosa- ¿quien se enamora a los catorce años? Es algo peor, a decir verdad.
Cerró los ojos y suspiró, noté que le faltaba impulso, así que supuse que sería buena idea colocar mi mano sobre la de ella.
-Fue una violación.- tenía la cara en alto pero la vista abajo.- Fue un tío muy cercano a la familia, en una cena familiar, ya sabes, esas cosas que nadie espera. Por más que grité nadie podía escucharme, después él sólo me noqueó, supongo.
La mire a los ojos y estos habían perdido el brillo, estaba sonriendo pero era una de esas sonrisas falsas. Me levanté del asiento tomándola por la muñeca para lograr salir de ese lugar lo antes posible.
No sabía si ella lloraría, de ser así no me gustaría que la gente la viera. En una mano la llevaba a ella y en otra mano llevaba mi helado.
-Lo lamento, no debí preguntar nada...
-No, detente.- negó riendo.- Para empezar no fue tu culpa, estamos en una relación y supongo que algún día debías saber eso.- me brindó una sonrisa tan reconfortante.- Además, no tienes porque preocuparte.
-Oh, Samantha, no sabes lo mucho que te quiero.- la abrace amando todo de ella, su estatura, su cabello, su rostro e incluso el helado que estaba sosteniendo en una mano.
*****
-¿Has visto a Lauren?- pregunté a una de sus amigas.
-¿Para qué quieres verla?- respondió de manera grosera. Pero obviamente yo no respondería igual.
-Necesito hablar con ella.- dije con paciencia y tolerancia por si ella me respondía mal.
-Creo que no tienes nada que hablar con ella.- y otra vez el mismo tono grosero.
Rodé los ojos y alcé la vista, para mi buena suerte la logre divisar entre toda la gente, tenía su charola con comida entre las manos. Me fui de ahí para poder llegar a ella antes de que encontrara una mesa en donde sentarse.
-Lauren.- exclamé no tan fuerte.-Lauren.
Se detuvo y dio media vuelta, sonrió.
-Necesito hablar contigo.- dije mientras una chica pasaba entre nosotros.
-Dime ¿que pasa?- sostuvo su charola a la altura de su estomago.
-¿Quería saber si ya tenías pareja para el baile?- frunció el ceño y no dijo absolutamente nada.- ¿Quería saber si te gustaría ir conmigo?
-No tengo, y supongo que a Samantha no le agradaría la idea.- contestó de buena manera con una pequeña risa de confusión.
Sus amigas la llamaron indicándole que tenían un lugar para ella.
-Samantha lo comprenderá.- pasé una mano por la correa de mi mochila.
-Shawn, no quiero ser grosera, pero si es por lastima, no lo hagas.- respondió con buen tono, deteniendo un pequeño postre para que este no cayera al suelo.
-Lo hago por compromiso, es decir, ya gastamos dinero en el traje y el vestido.- ella asintió.
-Bien, gracias por querer acompañarme.
-No agradezcas.- sonreí.- Nos vemos luego.
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Famely Robery S.M
Fanfiction-Me mentiste durante tres años- levante mi tono para que esta chica a la que yo decía conocer me creyera. -Si te hubiera dicho la verdad no te hubieras quedado- una lágrima se resbaló de sus ojos, eso ya no funcionaría conmigo.