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Era un chico, estaba un poco acelerado y nervioso la voz se le cortaba. Había mucho ruido, música, gente gritando.

-Necesito que vengas lo más rápido posible, debes sacar a Samantha de aquí...

-¿Qué pasa?- me levante de mi cama rápido y tome una sudadera.- ¿Está en problemas?

-Aún no, pero si no sale de aquí lo estará, date prisa por favor.

Camine escaleras abajo con el celular aún en la oreja, él me dio instrucciones, dijo que había mucha gente y que sería fácil que saliera con Samatha por la parte de atrás. Mis padre no se dieron cuenta cuando tome mi auto, estaban dormidos pero aún así mamá era de sueño ligero.

Tenía miedo y estaba un poco enojado, no sabía que tipo de problemas eran. Tal vez eran otros delincuentes a los cuales les debía dinero, después de esto ya no me involucraría más en sus problemas.

Al llegar podía sentir la tensión en mi cuello y en mi mandíbula.

Samantha se encontraba en nada más y nada menos que en un casino.

Uno de los guardias que se encontraban en la entrada intento prohibirme el paso. Su compañero le susurro algo al oído, el primero asintió y me dejo entrar con un poco de enojo. Tal vez no quería que entrara en pillama. Antes de entrar el guardia me pidió las llaves de mi auto.

Camine hasta donde se suponía que estaban los baños, pero había mucha gente y música muy alta. Llegue con dificultad, no sabía si era el baño de hombres o de mujeres, solo sabía que había chicos y chicas dentro de este.

Samantha al verme se quedó perpleja, se volteó hacía un chico, yo sólo me quede parado en mi lugar escondiendo mis manos temerosas en los bolsillos de mi sudadera.

-Ellos te cubrirán.- el chico se veia realmente preocupado, tenía el seño fruncido pero de manera agobiante.

-Solamente lo estas involucrando más.- respondió furiosa.

Aún así dio vuelta y se dirigió hacia mi con el chico detras.

-No te iras en tu auto, los guardias lo escondieron para que no sepan que estas aqui.- comenzó el chico sacando algo de su chaqueta.- Vayan en mi auto, es la primera vez que lo traigo así que nadie lo conoce. Lleva a Samantha contigo, a tu casa y que no salga.

-Puede llevarme a mi casa, no quiero problemas con su novia.- dijo con resentimiento, no me miró ni un segundo.

-Te llevara a su casa y pasaré por ti temprano.- ordenó él, me tendió sus llaves.- Llevaré tu auto así que es mejor que se vayan.

Camine detrás de Samantha por unos segundos hasta que chocó con un chico. El chico que me cuidaba en la fiesta cuando me emborraché.

Él la vió y luego me vió a mi.

-Lo siento.- gritó él para que pudieramos escucharlo.

Pasó a mi lado golpeando mi hombro con una sonrisa maliciosa. Me gire para lograr hablarle, pero debía sacar a Samantha de ahí.

Al salir ella se acercó a un auto demasiado lujoso. Se detuvo e intentó decir algo pero no lo hizo.

-Yo manejo.- ordenó ella.

-Me dieron las llaves a mi.- dije rodeando el auto para subir.

-Yo soy mejor manejando.- reclamó con un poco de enojo.

-Sólo sube y ya.- abri la puerta y me subo al auto, por dentro parecía una nave espacial.

Samantha se subió a regaña dientes, aplastó su trasero contra el asiento y abrocho su cinturón.

Famely Robery S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora