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Mientras corría a mi trabajo, recordé que después que saliera, iba a ir en mi caballo a ver a mi violinista Astrid, desde que supe su nombre jamás lo he sacado de mi cabeza, la llevo constantemente en mi mente y sé que un dia la conquistaré. Llegué al trabajo y solo me puse a tratar de no pensar en Astrid por un momento, siento que oirla tocar su violín forma parte de mi, su música se convirtió en mi medicina y razón de vivir por mas estúpido que suene.

***

Las horas trascurrieron mas rapido de lo que pensé y cuando caminaba de prisa a mi casa, vi a Robert que me miraba de una manera extraña, pero no le di importancia. Antes de llegar a casa se me ocurrió llevarle un detalle a la violinista y me aserqué a un kiosco que hay en el pueblo, pero no sabía que llevarle exactamente a Astrid, ni siquiera se cuales son sus gustos, así que como es una chica le compré un pequeño gancho para su bella cabellera castaña, <<que tipo de chica no le gustaria un adorno para su cabello>>  —pensé.

Salí del kiosco para seguir hasta mi casa, atravesé dos calles para llegar a mi hogar y hasta que alfín Llegué, tomé en pomo de la puerta mientras lo giré y la abrí despacio para entrar, camino hasta mi habitación y me quito la ropa para irme a dar un baño y luego visitar a mi amada Astrid. Salí del baño y me vestí, noté el frío que hacía producto del otoño y busqué una campera de cuero y me la puse.

Salí de mi casa y fui a buscar mi caballo para ir rápidamente hasta el bosque para ver a Astrid, el presente que le llevo lo envolví en un pañuelo rojo y lo llevé en un pequeño estuche para entregarcelo con un poco mas de detalle.  A simple vista vi la figura de Tommy que venía hacia mi.

—¡Tommy!

—¡Briant! ¡Que tal, ¿ya te vas a ver a la violinista?

—Sí, precisamente me iba en dirección al bosque.

—Está bien—  asintió Tom.

—Sabes Tom, desde hace un tiempo e notado las extrañas miradas de Robert.

—Pero... ¿por qué o sobre qué?

—Aun no lo sé... sabes Tom, te dejo, ya me voy al bosque.

—Está bien Briant, te veré luego.

Asoté mi caballo y me fui en dirección al bosque, solo espero que Astrid esté allá, lo unico que me inquieta son esas extrañas miradas de Robert, que sin duda alguna pareciera como si quisiera advertirme de algo o quizas sabe de mis encuentros con La Chica Del Violín. El invierno estaba a pocos dias de empezar y el frio se hacia sentir cada vez mas fuerte y los arboles ya no tenian hojas y hacia ver el bosque casi de una manera espelusnate, no tengo explicasión de por que Astrid vive en este lugar y como es que nunca va al pueblo o nunca la he visto allá.

Todo me saca de mi pensamiento, cuando ya me doy cuenta de que estoy cerca porque alcanzo a escuchar esas tonadas  perfectas, y una vez mas mi caballo empieza a actuar de manera extraña y no quiere continuar el paso, creo que para que no hulla otra vez lo hataré a un tronco y seguiré a pie hasta donde esté la violinista.
Al simple vista vi su silueta y estaba de espaldas tocando su violín, mientras la fría brisa de otoño jugaba con su pelo castaño y su vestido de color negro, y me acerque a ella.

—Hola...Astrid, linda tonada— dije nervioso, de inmediato la chica se volteó y me miró como si yo fuese un extraño para ella.

—¿Qué estas haciendo Aquí?— preguntó frunciendo su ceño.

—Sólo vine a regalarte un pequeño detalle y...espero que te guste— dije mientras le mostraba el pequeño estuche.

—Ah,Gracias hace mucho tiempo que no me regalaban algo— dijo la violinista tomando el estuche e inmediatamente lo abrió, y vio el pequeño gancho y lo colocó en un lado de su cabello.

—Te queda hermoso Astrid.

—Sí, Está bien, gracias— dijo con frialdad.

—Tú... ¿podrías tocar para mi? Digo si quieres...

—Sí— Asintio mi amada Astrid.

De inmediato empezó a tocar esa tonada que escuché el primer día que la ví y sin duda alguna lo que sentí me dejó sin palabras como si perdiera el conocimiento y viajara a otro mundo.

La Chica Del Violín [COMPLETA]Where stories live. Discover now