4. Algún día moriré por pensar.

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Mis planes para dormir de nuevo fueron arruinados por mi mente, por alguna extraña razón empece a reflexionar sobre mi vida.

Siempre he odiado ser tímido, eso hace que no me atreva a conocer a gente que me llama la atención, me considero una persona difícil de tratar. Me da miedo que al hablarle a gente que me llama la atención termine por caerles mal por mi forma de ser. Y aunque quiero estar rodeado de gente, no me atrevo por ese temor, es un miedo que me persigue desde tiempo atrás. Nunca nadie se ha detenido a conocerme, es por eso que nunca he tenido la confianza de darme a conocer y cuando pienso que alguien se ha quedado, al poco rato se aleja de mí. Ha pasado mucho tiempo y sigo prefiriendo estar solo. A veces yo mismo me alejo porque intuyo aunque injustificadamente lo que harán las personas.

La timidez no se quita tan fácil, he comprendido que solo se adquiere con el tiempo y en la confianza que vayas adquiriendo con las personas, es un tema difícil. 

Mary Karen me ha ayudado a tener el coraje de hablarle, aprovecha cuando estoy cerca para preguntarme cosas o sacarme temas de conversación. Gracias a ella he sido testigo de sus penas, de sus más grandes chismes, incluso, me  ha confiado las veces que se queja de sus propias amigas.

Cuando me ponen a trabajar con ella, hay ocasiones en los que me da masajes en mi espalda mientras me duermo en plenas clases. No me angustio porque ella me dice en tono amable que no me preocupe, que me pasará los apuntes al terminar. Es hermosa, masajista y pasadora de tareas. Es perfecta.

Esos masajes con codo y con dedos juguetones me hacen sentir emocionado, se siente la adrenalina de cuando estas cerca de una persona que tiene parte de tu admiración, sus manos tibias y su dulce y fresco aroma que se queda por cortos lapsos en mi ropa me derriten.

Un día, entre las lágrimas que recorrían sus suaves mejillas por causa de un mal amor, me abrazó y con firmeza dijo que era un buen amigo. Mi corazón sintió un pequeño ardor como si lo hubieran puesto en una sartén con mucho aceite. Por poco lloraba con ella. Ella sufría por un tipejo y yo sufriendo por estar en su lista de amigos.

Había puesto a Mary en mi lista de amores imposibles, junto a Jimena Sánchez y Scarlett Johansson. Es la clase de chica que todo joven quisiera tener a su lado. Además, comparándome con sus gustos en los hombres, con la música electrónica y pop que tanto baila, no creo entrar en la lista de los candidatos ideales para ella.

Abro los ojos sorprendido y escucho como los pájaros anuncian la salida del sol y me percato de que otra vez mis pensamientos no me dejaron dormir.  Me levanto con cuidado para empezar un nuevo día escolar. Estoy cansado de pensar.

El último díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora