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La gente los miraba a lo largo de el enorme aeropuerto, todos iban vestidos con elegantes trajes negros; menos Magnus y por supuesto Alec; Víctor y Meliorn llevaban gafas oscuras. Magnus caminaba atrás de su padre y oía como le reprendía a un contacto suyo por no haberle conseguido un vuelo para ir mas lejos que Oregon.

- Si aprecias tu vida, te recomendaré que me consigas lo mas rápido que se pueda un vuelo a Canadá, ¡No quiero excusas! - gruñó el hombre y posteriormente colgó el celular; tenían que pasar por seguridad, igual que todos los pasajeros, pero su padre se las había arreglado para colocar un brazalete eléctrico en la muñeca de Alexander y sobornar al hombre de seguridad para que apagara el detector de metales y el brazalete no fuera percibido.

El moreno miraba de vez en cuando a su derecha y observaba al ojiazul, este tenía un abrigo negro sobre el suéter; su suéter; y la mirada baja para tratar de ocultar las cortaduras de sus labios; Camille había cubierto con maquillaje las de su rostro; caminaba entre los dos hombres de gafas y atrás iban Jonathan y Camille; esta lucía un ceñido vestido azul; al moreno lo invadió la satisfacción al ver una venda en la parte superior de la nariz del ojiverde.

Un avión privado pedido por su padre los esperaba en la pista, todo estaba tranquilo, sin embargo la tensión fluyó cuando tenían que entregar la información personal necesaria; Magnus había visto la identificación falsa de Alec, figuraba con otro nombre y con dieciocho años de edad; era bastante convincente a decir verdad, además, no sería difícil cruzar gracias a las influencias de su padre, Magnus iba codo a codo con Meliorn, Camille se puso a su lado y se colgó de su brazo haciéndolos lucir como una pareja de jóvenes prometidos; por supuesto el moreno rodó los ojos y caminó de mala gana.

Alec miraba a su alrededor disimuladamente, en ese momento el miedo y la adrenalina estaban controlando sus acciones; un hombre se paró junto a él y Alec divisó el aparato que controlaba el brazalete que llevaba, entre sus dedos, pasaron su identificación con toda naturalidad, aunque el hombre con uniforme de seguridad lo miraba algo curioso, sabía que si pedía ayuda o corría, una descarga potente inmovilizaría su cuerpo, pero trataba de decir algo con su mirada; aquella agónica y apagada mirada azul.

- ¿El joven es pariente suyo? Veo que no figura con apellidos parecidos - habló el hombre.

Notó como Magnus se tensó junto a la joven y su progenitor también; tragó grueso y se preparó para gritar o incluso correr, cerró con fuerza los ojos y tensó sus puños; fue en ese momento cuando sintió un brazo pasar por sus hombros, un agarre firme y tosco, abrió tímidamente los ojos y observó al chico platinado junto a él abrazándolo.

- Es mi novio, no hay de que preocuparse - habló con voz confiada, quizá la falta de sangre lo hizo alucinar, pero notó a Magnus dirigir sus ojos encolerizados al ojiverde.

El hombre de seguridad se mostró algo incómodo y al instante retiró su curiosidad de el grupo de personas dejándolos pasar hacia la zona de abordaje.

El lujoso avión los esperaba, Jonathan no dejó en ningún momento de sostener firmemente al menor por los hombros; en cuanto ingresaron al lugar, los despreciables hombres se deleitaron al ver al joven de ojos azules caer al suelo liberando un desgarrador gemido de dolor y con pequeños espasmos producidos por la descarga que recibió, sostenía su muñeca con una expresión de dolor en el rostro.

- ¡Siéntate aquí niño! ¡Ahora! - Asmodeo lo levantó de la muñeca y lo arrojó contra uno de los asientos con brusquedad, después esposó sus manos y ató sus pies.

- Haces un mínimo ruido y te Llenaré la cabeza de plomo - se alejó.

El ojiazul bajó la mirada y mordió su lengua para evitar sollozar.

Vivir sin miedo [Malec]Where stories live. Discover now