Problemas

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La negrura se abrió bajo sus pies , mientras caía en lo que pareció un pozo sin fin por un momento, más la realidad la trajo de vuelta cuando su cuerpo se estrelló en un montón de piedras y luego rodó hasta el piso donde se golpeó la cabeza y un intenso y continuó pitido se posicionó en sus oídos ,dejándola aturdida y vulnerable .

Pudo sentir la húmeda roca bajo sus manos , y pudo sentir el escozor de algunas partes de su cuerpo por los raspones. Pero lo que definitivamente no pudo percibir , fue aquella ruidosa respiración que acechaba desde un rincón oscuro.

El castaño vio desaparecer a la pelirroja, y rápidamente se acercó al lugar. Un agujero de no mucho grosor se abría con bordes desiguales , y al mirar a través no se podía distinguir más que densa oscuridad.

El muchacho planeo mentalmente bajar , pero el agujero era muy pequeño para el. La muchacha era considerablemente más pequeña que el, por eso había pasado con facilidad. Difícilmente le llegaba al mentón , y toda ella era pequeña. Lo único que era enorme era su cabellera. Al menos a comparación.

Consideró hacer estallar el agujero para abrirlo, pero podría herir a la chica al no saber qué tan profundo estaba.

—¡¿Mérida?!—Gritó hacia el abismo con esperanzas de recibir una respuestas. Más como siempre , su sentido común tuvo más razón cuando no le respondieron nada.

La muchacha cerró los ojos mareada. Intento recomponerse pero no lo logró. Podía sentir algo tibio que le bajaba por el rostro , goteando hacia el piso. Con movimientos torpes se llevó la mano a su mejilla , tocando este líquido y confirmando sus sospechas.

Sangre.

Al parecer está bajaba desde su cabeza , trazando un camino por su rostro y llegando hasta su cuello. Vaya golpe se había dado.

Poco a poco , está bestia caminó fuera de las sombras con pasos ágiles y silenciosos. El vaho salía de su ocico mientras se acercaba a la maraña pelirroja que se encontraba en el suelo .

La muchacha notó muy tarde la compañía . Y no fue si no hasta que la bestia le saltó encima lanzándola con sus fuertes patas delanteras ,que ella supo lo que ocurría. No estaba sola. La muchacha se paró como pudo y tomó su espada débilmente . El enorme Oso gris se le acercaba con los ojos tan oscuros como  la noche y una mirada fuera y sanguinaria. Ella miró tambaleante a sus alrededores fijándose en la pila de rocas por la que había caído . El oso aprovechó esto para lanzarla a un costado de un zarpazo .

La chica sostuvo su espada con tanta fuerza como pudo y se preparó para correr. El oso se interponía entre ella , y su única oportunidad de salir con vida .

Ella soltó un grito , tal como le había enseñado su padre , intentando aturdir a la bestia a la vez que se acercaba a ella.  La bestia se levantó en dos patas y se acercó amenzante a arrojarla de nuevo, pero la muchacha lo bloqueo como pudo y se deslizó a través de las patas del animal. Se levantó torpemente y corrió directo hacia las rocas, ayudándose a subir con sus brazos y piernas .

—¡Mérida, por aquí!

Un castaño se asomaba por el agujero extendiendo sus brazos . El oso se acercaba rápidamente a la pelirroja mientras ella batallaba por alcanzar los brazos de el vikingo , más al notarlo imposible y al sentir la respiración del oso tan cerca , saltó en un último intento por salvarse , dejando caer su espada e intentando sujetar las manos del castaño, pero no lo logró.

Sus dedos rozaron pero no saltó la distancia suficiente para lograr sujetarse, lo que la llevo a caer nuevamente hasta el suelo, donde perdió el conocimiento.

El muchacho se agarro el cabello con desesperación y se pasó las manos por el rostro. Solo había una manera de salvarla y eso podría acabar con su vida a la vez.

Hiccup podía ver como la bestia bajaba poco a poco del cúmulo de rocas, probablemente para acercarse a su acompañante.

—Chimuelo, dispara.

Desde la garganta del animal, un destello púrpura iluminó sus fauces para luego ser expulsado hacia el suelo . Una explosión tomó lugar y una nube de polvo se elevó , tanto arriba , como abajo.

Hiccup y Chimuelo entraron a la caverna , y se pusieron a la defensiva de inmediato .

La castaña bloqueaba los ataques del gigantesco oso lo mejor que podía , pero Hiccup pudo jurar en ese momento que algo andaba mal.

El oso tenía unas órbitas extremadamente negras alrededor de los ojos, como si de un demonio se tratara, y por lo que había vivido hasta ahora, no terminaría bien.

El chico silvó para llamar la atención de la bestia, la cual dejó a medias un ataque hacia la pelirroja la cual cayó sobre sus rodillas. Ayudándose con las manos se impulsó hacia atrás escapando del alcance de la criatura , la cual ahora se dirigía hacia el castaño.

—¡Mérida, huye!

—Ni loca. —Dijo la pelirroja en voz baja mientras tomaba su espada del piso.

La bestia le daba la espalda cdffmientras se dirigía a Hiccup. Ella aprovechó el momentó para echar a correr hacia esta y clavarle la espada al rcuello , la cual se quedó a medio camino dándole tiempo a la bestia para girar y sujetarla  con sus fauces del brazo.

La muchacha gritó de dolor mientras el castaño se acercaba a terminar lo que ella comenzó.

El chico corrió y aprovechando los puños de la armadura golpeó la espada con ambas manos unidas, haciendo que está se hundiera en el cuello de la bestia terminando con su vida.

—¡Maldicion!

La pelirroja batallaba contra el hocico de la bestia mientras intentaba zafar su brazo. El castaño con ambas manos abrió la boca del oso , desclavando los colmillos del brazo de la chica y liberándola .

La muchacha soltó un alarido de dolor al sentir los dientes del oso saliendo de su brazo. Se sujetó con la otra mano de manera temblorosa mientras intentaba recomponerse.

El chico sacó la espada del oso y la limpió como pudo en su pantalón. Se acercó a la pelirroja y se hincó a su lado.

—Déjame ver...

—No, duele.

—Anda, Déjame ver...

La muchacha quitó la mano de la herida dejando ver varios agujeros pequeños que ennegrecidos en sus alrededores .

—Mérida, algo no está bien.

—¿A que te refieres ? Por supuesto que no está bien. Me acaban de morder.

—Mira la herida...

La pelirroja volteó a ver su brazo para notar el pequeño detalle de que no había sangre, y alrededor de la herida unas pequeñas venas negras y abultadas comenzaban a expandirse a paso lento.

—Hiccup, tenemos que conseguir ayuda...—Dijo la muchacha con horror en la mirada.

Corazón de Dragón |mericcup|Where stories live. Discover now