Laugh maker [Levi x Petra]

Olor a Hogar

Soldado Ral, Petra

Cuartel de la Legión de reconociomiento, Muro María.

Thaumas Ral
Muro Sina, aldea de Hermiha

2 Mayo del 845.

Padre:

Primero que nada realmente lamentó la tardanza. Hemos estado realmente ocupados aunque apenas se haya formado esta tropa, pero por fin encuentro un espacio de tiempo para escribirte.
Me parece que en la última carta te había prometido que hablaría de la tropa, así que lo haré.
Primero quiero hablar de Gunther y Eld.
Eld es mayor que yo, y es el segundo al mando de Levi. Es realmente inprecionante. Lo conocía desde hace tiempo y siempre ha sobresalido durante el entrenamiento, así que no me sorprendió que quedara en la tropa también. Gunther es también un gran soldado y siempre está atento a ayudar.
Oluo es... Bueno, ¿qué puedo decir? Suelo discutir bastante con él hasta el punto de hacer enojar a Eld y a Gunther, pero ¡es que es muy arrogante! Me es inevitable discutir con él.
Pero, ¿sabes? En el fondo creo que estoy pensando en ellos tres como mis hermanos, incluso Oluo...
Y luego está mi capitán. Oh, padre, aunque no lo parezca a simple vista, Levi Ackerman cumple con las expectativas del hombre más fuerte de la humanidad. Puede no tener el mejor carácter o no ser tan alto como todos esperan que sea... Pero sin duda es una persona sorprendente.
Es difícil acercarse a él, sin embargo, espero hacerlo... Mi capitán se ha ganado toda mi admiración. Quisiera convertirme en alguien fuerte como él.
Me gustaría seguir hablando sobre él, pero creo que no tengo suficiente papel.
Acabo de reír un poco. Nadie me ha visto, qué vergüenza...
En fin... ¿Recuerdas aquella vez, poco después de que mi madre muriera, cuando tuvimos que mudarnos a Hemirha con el resto de la familia, y dije que aquella casa no olía a "hogar"? Poco a poco dejé de notarlo entonces y ese se convirtió en el olor de mi hogar.
Creo que eso está pasando ahora, con la tropa de operaciones especiales.
Huele a familia y a hogar.

¡Besos y saludos!

Tú hija, Petra.

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PDV de Petra

Varios meses en la Tropa de Operaciones Especiales, las anécdotas se habían convertido en el tema de conversación favorito cuando llegaba la hora de la cena. Los miembros de la tropa siempre reíamos y compartíamos nuestras propias historias cada vez que uno terminaba, a demás de que nos llevaba a conocernos mejor y nos hacia más cercanos. Todos menos Levi, claro.
-...entonces, como Oluo estaba empapado por haberse caído al río, le iba a prestar algo de ropa.- prosiguió Eld mientras Gunther y yo asentíamos. Oluo por otra parte evitaba mirarnos como si no le importara, aunque era más que evidente que estaba irritado.
Aparentemente Oluo y Eld se conocían desde antes de entrar al entrenamiento y, como Oluo era demasiado orgulloso como para contar sus propias historias vergonzosas, Eld se encargaba de ello, como en esa misma ocasión.
-Entonces se estaba cambiando en mi habitación mientras yo esperaba fuera y de repente salió disparado corriendo fuera de la habitación como si hubiera visto el fantasma de su difunta abuela, así también salió corriendo a la calle, ¡solamente en su ropa interior!- Gunther y yo nos echamos a reír, Eld tampoco pudo contener una risita mientras que Oluo se puso rojo de indignación y se dispuso a reclamar algo, pero Eld no había terminado. -Lo intenté llamar, pero nada lo detuvo de correr a toda velocidad a su casa. Poco después entre de regreso al cuarto y me encontré debajo de mi cama a un pequeño e inofensivo ratón blanco, más pequeño que la palma de mi mano.
Los tres reímos aún más.
-¡Tenía los ojos roj...!- Oluo irritado reclamó, pero a la mitad de sus quejas mordió su lengua con fuerza, incluso salpicando un poco de sangre y nos fue evitable no burlarnos también de aquello. Oluo indignado se quejaba de dolor.
Entre nuestras carcajadas, Levi, que había estado escuchando la conversación sin expresión, terminó el té negro que había estado bebiendo y, sin decir nada se levantó para llevarlo a la cocina.
Eld, Gunther y yo paramos de reír, incluso Oluo dejó de quejarse mientras veíamos a Levi retirarse en silencio. No parecía molesto, había que decirlo, pero algo nos inquietaba a los cuatro.
-Realmente no le causó gracia, ¿huh?- dijo Eld en voz baja.
Yo fruncí levemente el ceño, entre preocupada e inquieta.
-No hemos visto a Heichou sonreír desde que estamos en la tropa... Ni una sola vez.- mencioné con inseguridad.
Pensé en lo que Erwin me había contado sobre el pasado de Levi. Había tenido una vida difícil... Tal vez lo suficientemente difícil como para borrar la sonrisa de su cara para siempre. Algo en el fondo de mi se sintió angustiado. No lo comenté con mis compañeros, no creí que fuera apropiado de mi parte hacerlo.
También ellos se quedaron pensativos hasta que Gunther habló.
-Yo escuché que toda la energía que acumula al no mostrar sentimientos se desata al momento de luchar y por eso es tan rápido.- dijo. Nosotros lo miramos sin saber reír o sorprendernos.
-¿Será verdad?- pregunté.
-Podría ser, sí es inhumanamente rápido, debería haber una explicación.- coincidió Eld.
-Ridículo; yo escuché que una vez un titán le dio un golpe tan fuerte en la mandíbula que atrofio los músculos de esta y no puede sonreír.- afirmó Oluo. Esta vez todos reímos ligeramente.
-¿Es posible?- cuestioné.
-Quien sabe...- susurró Gunther.
-Sería más sensato preguntarle.- dijo Eld ladeando la cabeza.
Yo negué inmediatamente.
-No.- los tres me miraron un tanto confundidos. -Sea cual sea la razón por la cual Heichou no sonríe, no nos incumbe y no debemos exigirle que nos lo diga. Él debería decidir por sí mismo si decirlo o no, porque quien sabe si es o no una razón que puede hacerlo sentir mal.
Gunther, Eld y Oluo parecieron estar de acuerdo conmigo y la conversación decayó por unos minutos.