II: You Shook Me.

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Jimmy.

Tenía resaca. Un fuerte mareo me invadió al abrir los ojos, nublándome la vista hasta que pude recobrar mis sentidos, lentamente. Sentí como algo se movía a mi lado. Era Robert. Había amanecido aferrado a él. Fue en ese momento en el que recordé dos cosas: lo atractivo que había encontrado a Robert, y el exceso de alcohol que habíamos bebido esa noche, ambas combinaciones peligrosas. Era posible que gracias a esos dos factores 'algo' hubiese pasado, sumando mi miedo a ser rechazado si es que Robert llegara recordar lo que sea que haya pasado esa noche. Trate de safarme de él sin despertarlo, cautelosamente, y al lograrlo me dirigí al baño. Necesitaba tomar una ducha fría para aclarar mis ideas e intentar disipar el dolor de cabeza.

El sonido del agua me relajaba. El agua caía, mojaba mi cuerpo, mi cabello, y fue entonces cuando los recuerdos volvieron a mí. No iba a negar de que estábamos completamente ebrios. Con toda la cordura que había podido reunir, me llevé a Robert a mi casa, que era la que quedaba más cerca. Me causaba algo de gracia cuando Robert se emborrachaba, decía cosas sin sentido y casi ni podía caminar. Ya dentro de mi humilde morada, pude darme un descanso y recostarme en una silla, dando un largo suspiro a la par que mi cuerpo se relajaba. Robert se incorporó de donde estaba, tambaleándose tanto hasta el punto en el que cayó sentado encima mío. Entrelazó sus manos en mi cuello y me quedó mirando fijamente, sonriendo y pensando Dios mío en quién sabe qué. Quizá ninguno de los dos podía pensar en lo que estábamos haciendo, yo sólo me dedicaba a sostenerle la mirada. Robert había cruzado sus piernas quedando sobre mí en forma lateral, y al hacer ese movimiento no pude evitar escuchar sus pantalones de cuero rechinar. Se notaba que estaban bastante ajustados. Robert se acercó a mi oído.

—Gracias por traerme a casa, Jimmy.—me dijo en un susurro, causándome un terrible escalofrío que me puso la piel de gallina. Lo cargué hasta la cama, quedando yo encima de él.

—¿Sabes qué?—me acerqué peligrosamente a su cara, mis labios rozando con los suyos. Ambos teníamos la respiración entrecortada. —Me fascinas—dije al fin, rompiendo la poca distancia que había entre nosotros. Robert respondía, incluso me atrajo a él. El beso comenzó algo calmado, pero eso no iba a durar por mucho tiempo. Esa pasión debía ser liberada. Comencé a tomar el control, tornando el beso a uno más húmedo y lujurioso, pero la falta de aire me hizo parar. Robert apenas podía sostenerme la mirada, sus ojos apenas se podían mantenerse abiertos.

—Jimmy, yo... Tengo sueño.

Maldición, Robert. Le comencé a dar pequeños besos en el cuello, y en vez de lograr 'encender' a Robert como tenía planeado, este se comenzó a retorcer de la risa.

—¡Ji-Jimmy!—exclamó entre risas—¡B-basta!—. Carajo, se veía tierno. Esa estúpida sonrisa me estaba comenzando a enamorar. ¿Por qué estaba pensando en eso? ¡Yo solo quería tener sexo él! Paré con los besos y él sólo se quedo quieto por un rato, parpadeando lentamente hasta quedarse dormido. Tenía que ser una broma...

Me quede viéndolo un buen rato hasta que sentí la necesidad de desvestirlo. Una parte morbosa de mí salió a la luz. Lo necesitaba. Comencé desabrochando la camisa que llevaba, aún se reía en sueños, y al terminar de sacarla admiré su torso desnudo. No pude evitar sonrojarme ante tal imagen. Proseguí con su pantalón, fue la parte más difícil ya que estaba demasiado ajustado. Me sorprendí de lo ebrio que estaba Robert como para no notar nada de lo que estaba pasando a su alrededor. Al lograr liberarlo de toda esa ropa pude finalmente admirar su cuerpo completamente, era perfecto. Se acurrucó en posición fetal al pasar una corriente de aire, haciendo imposible remover la prenda final debido a su posición. Maldije. Resignado, me desvestí para dormir quedando en ropa interior. Rodeé a Robert con mis brazos y ambos nos quedamos durmiendo en esa posición.

Ahora todo tenía más sentido. No debía de decirle nada a Robert. Escuché un grito proveniente de la habitación.

—Carajo, ¿dónde estoy?—. Robert se había despertado. No recordaba nada, lo que fue un alivio. Decidí hablarle desde la ducha para evitar que llame a la policía o haga algo fuera de lugar.

—¿Robert? ¡Soy Jimmy! ¡Espera un rato y hablamos!—grité.

Me cubrí con una toalla blanca al salir. Abrí la puerta y ahí estaba Plant, ya vestido.

Robert.

No recordaba absolutamente nada. Era como si hubiera despertado de un coma junto con un horrible dolor de cabeza. Salté de la cama, y fue entonces donde escuché la voz de Jimmy.

—¿Robert? ¡Soy Jimmy! ¡Espera un rato y hablamos!—gritó. Sonaba sordo, sofocado por el sonido del agua que no dejaba de caer. Pensé en en exigirle de una vez una explicación, pero estaba tan aturdido que tardé demasiado en formular las palabras correctas. Clavé una mirada ausente al suelo.

Me sentía mareado y me costaba concentrarme. Ciertas hipótesis daban vueltas por mi cabeza, y todas ellas sugerían que algo había pasado. Recordé vagamente un bar, mi respiración entrecortada, una corriente de aire, y de ahí... Nada. Sacudí mi cabeza mecánicamente, intentando aclararme. Mi ropa estaba regada en el piso, así que decidí vestirme. La habitación olía ligeramente a alcohol. No se sentía desagradable.

Jimmy se cubría con una única toalla que dejaba vislumbrar su torso, no sabía que era tan delgado. Sonrió al verme. Sentí mis mejillas arder, a modo de que tuve que cubrirlas con mis manos. Jimmy soltó una risa.

—¿Qué tal descansaste?—preguntó, mientras se secaba el cabello frente al espejo. Parecía despreocupado.

—No estoy seguro de cómo llegué aquí—le dije, obligándolo de alguna manera a que me dé una respuesta.  Jimmy volvió a reír, como si lo que estaba diciendo fuera una broma.

—Deja de estar tan preocupado—un pequeño chorro de agua cayó al piso al ser exprimido—, sólo estuvimos muy borrachos, así que tuve que traerte a mi casa porque apenas podías caminar—explicó. Estaba seguro de que las intenciones de Jimmy eran tranquilizarme, pero no fue así. Crucé las piernas y decidí dejar el tema. Algo de sol había salido y necesitaba volver a mi casa. Intenté dar mi mejor mueca de alivio y salir de la habitación, dejando a Jimmy vestirse.

—Está bien, ahora sólo quiero irme a casa—le dije, cerrando la puerta. Sentí las manos de Jimmy acercarse a mi cintura. Se arrepintió.

—¿Quieres que te lleve?—ofreció, causándome una sonrisa.

—No es necesario.—Concluí. —Nos vemos mañana, hay un amigo que quiero presentarte. Se llama Bonzo y es baterista—Jimmy asintió y me dejó ir. Ya tenía puesto un pantalón.

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⏰ Last updated: Jan 01, 2018 ⏰

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Nobody's Fault But Mine [Jimbert]Where stories live. Discover now