Capítulo 2: Sorpresa 1/3

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Clary

Cuando salimos de la casa, Jace me guió hacia los grandes establos en la parte trasera de la mansión.

—¿Iremos a andar en caballo? —pregunté. Jace sabía que me encantaban los caballos. Tal vez esa era la sorpresa.

—Sí —fue lo único que dijo.

Llegamos a los establos, yo tomé a mi caballo, Baltios y Jace al suyo, Xantos.

Todos los viernes íbamos a cabalgar por Idris juntos. Veíamos los lagos, los bosques. Era tan hermoso. Subíamos por las colinas y observábamos todo Alicante, siempre íbamos ahí porque él sabía que me encantaba esa vista.

—Clary —Jace me sacó de mi ensoñación y acercó a Baltios hacia mi—. ¿Te ayudo a subir? —dijo con una sonrisa, conteniéndose para no reír.

La primera vez que monté a un caballo, Jace me preguntó si necesitaba ayuda para montar, pero yo cuidaba muy bien mi orgullo por ese entonces. Como Jace era bueno en absolutamente todo, quería demostrarle que yo también podía hacer las cosas que él hacía.

Pero cuando intenté subir, puse mal el pie y resbalé hacia atrás. Caí y me corté los brazos y una rodilla.

Torpe desde que nació.

Shh, haz silencio y déjame terminar.

Desde ese día, nunca más subí sola a un caballo. Lo sé, muy exagerada, pero era lindo sentir la presión de las manos suaves de Jace en mi cintura, ciudando que no me cayera.

Por Raziel, ¿por qué pienso esas cosas?

—No, intentaré sola —pero cuando Jace comenzó a alejarse, agregué—. Pero quédate detrás de mi, por... por si acaso —dije rápidamente .

—Está bien —asintió y se acercó a donde se encontraba anteriormente.

Coloqué un pie e hice un impulso para subir, pero no fue suficiente. No llegué a pasar la otra pierna y caí hacia atrás. Sin embargo, en la caída no estaba el duro suelo como aquella primera vez, sino los fuertes brazos de Jace que me sujetaban.

Volteé y vi sus ojos dorados mirándome con un poco de preocupación. Nos quedamos así durante unos minutos, muchos más de los necesarios. Observé su hermoso rostro, sus ojos dorados y su cabello color oro.

Por el Ángel, debía parar de pensar esas cosas. Él era solo mi mejor amigo, era casi como un hermano para mi.

—¿Estás bien? —me preguntó, rompiendo el silencio en el que nos habíamos sumido.

—Ehh, si. Gracias por no dejarme caer —dije sonrojándome un poco, mientras él me dejaba en el suelo.

—Jamás te dejaría caer, Clary —solté una risa nerviosa y desvié mi mirada hacia los caballos, tratando de evitar el contacto visual.

—Bueno, ¿me ayudas a subir?, porque no creo que lo pueda hacer sola —dije riéndome un poco.

—Sí puedes hacerlo, solo que tú no te crees lo suficientemente capaz —replicó ayudándome.

Coloqué un pie otra vez en uno de los costados del caballo, hice un impulso y las manos de Jace me agarraron de la cintura para poder sentarme sobre el caballo. Un leve escalofrío me recorrió el cuerpo al sentir sus dedos en la piel descubierta de mi cintura.

—Gracias —dije con una sonrisa, tratando de ocultar mi nerviosismo—. Algún día lo intentaré de nuevo.

—Con gusto te daré algunas clases —me contestó, guiñándome un ojo.

Una historia diferente - Cazadores de Sombras Where stories live. Discover now