Trote 1

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—¡Levántate! —gritó un tipo fornido con cara de enfado, quien le pateó una de sus piernas.

BaekHyun se quejó por lo bajo, pues aún no se recuperaba del todo de las heridas recientes, después de haber recibido un castigo "digno" por no haber obedecido a SeHun. Con dificultad logró reincorporarse, sintiendo su cuerpo crujir.

Al parecer el tipo no tenía paciencia (como siempre), por lo que BaekHyun terminó siendo jalado con brusquedad fuera de aquel establo en medio del bosque. Le retiraron los grilletes, le tiraron agua helada encima para despertarlo y así obligarlo a que se transformara a caballo.

Odiaba que le hicieran aquello, sentía que sus fuerzas se iban en tan sólo transformarse. En cuanto estuvo en cuatro patas, le colocaron el bocado, las riendas y la silla de montar de cuero negro. Le hicieron andar unos cinco minutos a través del bosque hasta que logró escuchar la voz del alfa SeHun, al instante quiso retroceder, pero unos golpes en sus ancas con una fusta le impidieron hacer tal cosa.

Cuando estuvo frente al alfa, éste estaba con su manada de cazadores, con todos los artefactos para atrapar especies inocentes y con la mala suerte de toparse con aquella manada comandada por un ser sádico, hambriento de sangre.

—¡Al fin llega mi tesoro! —habló cantarín SeHun, acercándose a Baek, sonriendo de forma torcida.

Para Baek era infernal su toque. Los numerosos castigos, las golpizas, todo lo había recibido de la mano (en su mayoría) de SeHun se reproducían en su cabeza a una velocidad impresionanate, dándole calosfríos por lo mismo. Ese alfa bien parecido, de altura impresionante siendo humano y de unos ojos oscuros como pozos era el mismo diablo.

BaekHyun llevaba ya años bajo el poderío de aquel joven de cabellos rubios. Había perdido la cuenta de los días, pero se guiaba por las estaciones.

En ese momento se encontraban por finales de invierno, primera temporada de caza. Durante unas semanas, BaekHyun llevaría en su lomo a SeHun, siendo ejemplo para los cambia formas que atrapaban, haciéndoles entender que no tendrían escapatoria, que sería esclavos... como él.

—Hoy no madrugaste, ¿verdad? —preguntó SeHun, sonriendo burlón al pasar su mano cálida por el cuello de Baek. —Tuvieron que mojarte, mi amor —continuó el rubio. —Pero no te preocupes, hoy habrá un poco de sol, ya te secarás, ¿eh?

Baek no hizo amago alguno de respuesta, sólo dirigió su mirar al suelo agachando un poco su cabeza. Para SeHun, aquel gesto le deleitaba puesto que era signo de sumisión, y el amaba sentirse poderoso ante otro, inclusive en su manada.

—¡Bueno! —exclamó SeHun, alejándose de Baek, para dirigirse a sus compañeros. —Esta vez iremos un poco más lejos del territorio en el norte. Iremos a la montaña del Sol.

Los que estaban bajo sus órdenes tragaron grueso, pues aquel territorio le pertenecía a la manada dirigida por un alfa con igual de mala fama que la de SeHun. Aquel alfa de cabellos color vino, estatura baja (a comparación de SeHun), con ojos increíblemente grandes y de belleza singular, tenía por nombre KyungSoo, mejor conocido como D.O. En el pasado la manada de SeHun y la de D.O se vieron inmiscuidas en peleas fieras y que habían dado bajas para ambas partes. Los dos peleaban el territorio por el cual, las especies de cambia formas exóticos, pasaban para ir a lugares inaccesibles para los lobos o algún otro depredador.

Aquel territorio se trataba de la montaña de Sol. Era el paso hacia la libertad, para algunos, y hacia la riqueza , para otros. Ese año, Sehun tenía que cubrir encargos por lo que tendría que cazar muchos cambia formas inocentes. Por ello había decidido salir temprano para tener ventaja.

SementalWhere stories live. Discover now