Me desperté con sollozos en mi voz. Estaba asustada.
Que había sido eso.
Necesitaba averiguar. Preguntarle a Edward donde vivía una bruja que me ayudara.
Así que me me arregle y me fui a la casa de Edward.
Toque la puerta, y me abrió Rosalie.
- ¿Que haces aquí?, preguntó la rubia teñida.
- Solo vine a ver a Edward.
- Llegaste en mal momento, comentó.
- No seas grosera, Rose... pronunció una voz femenina.
- Pasa (tn____), dijo Esme.
Todos se veían asustados. Tratando de disimular, porque yo estaba ahí.
- ¿que pasa?, le pregunté a Edward.
- Nada, en que tú estés involucrada, contesto con ternura.
- Díganme. Si implica salvarte estoy dispuesta a involucrarme, dije decidida.
Todos me miraban sorprendidos.
- Acaban de abrir una bóveda, las herejes Valerie, Mary Louise y Nora... En la bóveda se encuentra un ser misterioso llamado Caleb, exclamó Carlie.
- ¿Como que ser misterioso?, pregunté con curiosidad.
- No sabemos lo que es realmente, pero no es seguro. Las herejes lo abrieron para causar algún daño, más no sabemos cuál, dijo Edward.
- Lo que debemos hacer es encontrar a una de ellas y sacarle jugo a la situación, mencionó Rosalie.
- Todos menos tu (tn____), no permitiré que te involucres. Te pueden lastimar, pronunció Edward.
- Debo hacerlo. No permitiré que te hagan daño. Ni a ti, ni a el pueblo. Aparte hay una situación que debo resolver, exclamé.
- Necesito encontrar a una de ellas, Edward.
- ¿Para que?
- Ellas me pueden ayudar a detener mis visiones, y explicarme qué le pasa a Stefan. He tenido instintos de que algo malo le está sucediendo, y aparte tuve un sueño de una voz que decía mi nombre una y otra vez.
- Te ayudaré. Se donde podemos encontrarlas.
Tomo de mi mano y nos dirigimos hacia una mansión, cerca de mi casa.
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