C. 24

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Comencé a creer que Jimin ya no volvería. La impaciencia por saber de él me estaban carcomiendo por dentro. Pensaba una y mil veces que el miedo lo estaba consumiendo por completo. El pensar que incluso pudo haber elegido su fama, carrera o reputación me hacían detestar su sola existencia en aquel grupo.

Me sentía mala Amiga, mala madre, y mala novia. - Reí por la ironía de mis pensamientos. - Ni siquiera estoy segura de si seguimos siendo novios o no.

Ya ha pasado un mes y medio, y no tenía señales de vida de Jimin. La fecha para volver a EE.UU se acercaba cada vez más.

Mamá se encontraba en constantes diálisis por semana. Mínimo tres veces. Veía como el cansancio, la enfermedad y todo a su alrededor la estaban consumiendo. Estaba tan delgada que en dos semanas bajó seis kilos. Algo casi imposible para toda madre.

- ¿Te sientes bien hija? - Su mirada de preocupación hacían que mi corazón doliese. En estos momentos no debería darle preocupaciones a mi madre. Debería estarla cuidando.

- Estoy bien mamá. ¿Te duele? - Dije tomando su mano al notar una pequeño arruga en su ceño. Mamá negó con la cabeza.

- Estoy bien, es soportable. - Sonrió con todas sus fuerzas. El doctor me había dicho, que sus meses de vida incluso podrían acortarse. Sentí una punzada muy fuerte en mi pecho, me apretaba con firmeza. Quería llorar. 

- Lo siento... - dije al fin rompiendo en llanto, mamá acariciaba mi cabellera con tanta ternura que me hacía pensar que así somos las madres. Independiente de nuestros problemas físicos u emocionales, siempre nuestros hijos serán primero. - Debería de estar cien por ciento en tu recuperación pero yo... - Trataba de secar mis lágrimas, pero éstas no paraban de salir. Mamá dejó caer una que otra lágrima. 

- No sabes cuanto deseaba verte llorar hija. - La miré sin detener el llanto. - Ser madre soltera no es nada fácil, y mucho menos a tu edad. No quiero ni imaginar todas las dificultades que tuviste que pasar para estar donde estás. - Ambas estábamos sumidas en el llanto. - ¿Te ha contactado Jimin? - Negué con la cabeza. Aunque no le haya dicho el motivo por el cual estoy sufriendo, ella sabía la razón exacta. - Dale un poco más de tiempo, le costará mucho asimilar lo sucedido.

Lo sabía, lo sabía muy bien, pero no podía dejar de sufrir y cuestionarme el echo de que quizás ya no desee verme. Sentí por enésima vez que la culpable de todo fui yo. Que merecía su odio, que merecía su desprecio. Pero no podría soportarlo. Soporté años sin él a mi alrededor, y ahora que sabe la verdad de nuestra hija... Simplemente no podría soportar el hecho de que nos niegue o desconozca. 

- Lo haré - Dije tratando de recuperar la compostura luego de ver entrar a la enfermera a cargo. Nos miraba con lastima. Detestaba que la gente hiciera eso. - Saldré a ver a Yang Mi. - Mamá solo asintió para luego enfocarse en la enfermera. 

Al salir Me Ri se encontraba con Yang Mi en sus brazos. Miré la hora, Seis de la tarde. 

- ¿Hace cuanto que se durmió? - Pregunté acercándome hasta ellas. Me Ri me mira a los ojos, se tardó en contestar, quizás por el echo de notar mis ojos rojos e hinchados. Sonrió con cariño. Como mi madre.

- Hace poco, no más de diez minutos. Creo que la hice correr mucho. - Dijo con tono burlesco. Ambas sabemos que Yang Mi no es muy buena corriendo, sobre todo porque su mejor amigo el suelo la espera. Me siento a su lado, para mirar con atención las delicadas facciones de mi pequeña. Tan parecida al padre. Jimin, ¿Porqué no llamas? me dije a mi misma. Mordí mi labio inferior con el fin de aguantar las ganas de llorar. - ¿Tu madre?

- La enfermera la está viendo. - Me Ri asintió. - ¿Debería de llamarle yo? - Pregunté sin dejar de ver a mi hija. - Quizás... No se siente con el derecho de llamar. - Me Ri se quedó en silencio por unos minutos. Sabía que no opinaría nada con respecto a Jimin. Estaba tan molesta con él que no quería siquiera que se me acercara. 

¿Amigos o Enemigos? 2   [Jimin] TERMINADAWo Geschichten leben. Entdecke jetzt