《Capítulo 1》El inicio de lo semi eterno

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Su nombre era Helena y tenía veintiún años de edad, ya había cursado su último año escolar y ahora su propósito era graduarse de su universidad como toda una psicóloga profesional. Ella había destacado desde niña por su madurez ante las cosas y como desarrollarse ante situaciones difíciles.

Una chica perfecta ante los ojos de los demás y ojos de sus padres, buenas notas y jamás involucrada en malas cosas, todos tenían un buen concepto de ella, los maestros, los vecinos, sus amigos, siempre la chica perfecta. Sin embargo, ella guardaba su humildad y seguía siendo la misma de siempre.

Sus amigas Samantha y Olivia eran lo más sagrado que pudo haber deseado alguna vez, más que amigas ellas eran hermanas. Asistían a la misma universidad y eso ayudaba mucho a nutrir su amistad.

Su reloj marcaba las seis con treinta minutos, hora de despertar.

- Helena despierta ya. - Se escuchó el grito al otro lado de su puerta, su madre le llamaba.

- Voy. - Gritó mientras se ponía de pie y caminaba hacía el baño.

Primer día de universidad, su cuarto año ahí estaba por empezar y sólo quedaría uno y estaría fuera para poder ejercer su carrera y disfrutar sus frutos.

- ¿Lista para hoy? - Su madre había entrado mientras observaba a su hija desde el umbral de la puerta.

Helena se encontraba revisando en su armario algún atuendo para el día ajetreado de hoy. Una jornada definitivamente pesada, las clases duraban tres horas cada una y debía pasar todo el día dentro de la universidad ya que entraba a las siete de la mañana y salía cerca de las seis de la tarde.

- Más que lista, no puedo creer que sólo quedaría un año más para estar fuera mamá. - Sonrío con entusiasmo, desde niña soñaba con ese algún día en dónde podría ser lo suficiente mayor para ayudar a los demás y ¿qué mejor? Que ejerciendo su carrera profesional tan añorada.

Su madre suspiró y entró a darle un caluroso abrazo.

- Sólo un año más y listo, pequeña. - Susurró más para ella que para Helena.

- Basta. - Helena río y le regresó el abrazo. - Se hará tarde mamá.

Su madre asintió y salió de su habitación. Acto seguido Helena se duchó y se vistió para poder irse. Sin duda alguna Londres era un lugar sofisticado para vivir, su increíble clima y las personas con ese acento perfecto hacían de sus días los mejores.

Samantha y Olivia pasarían por su hogar para irse juntas como siempre.

Una falda roja con una camisa blanca a botones y unas sandalias color blancas le formaron su atuendo perfecto. Tomó sus cosas y decidió bajar a comer algo antes de irse, su padre ya se había marchado y su hermana menor también, ella cursaba su último año escolar.

Su nombre era Lisa. Y tenía dieciséis años.

- ¿Lisa ya se fue, ¿no? - Le preguntó a su madre mientras comía de su cereal.

Su madre dejó el café en la mesa y asintió.

- Se ha ido con tu padre. - Sonrío mientras observaba a su hija.

Ella estaba orgullosa de ver cómo iba creciendo a ser una mujer esbelta.

- Bueno mamá, ya me voy. - El ruido de afuera indicaba que sus amigas ya habían llegado por ella.

- Cuídate por favor. - Su madre siempre cuidaba de ella, aunque ya estuviera mayor.

Fuera de su hogar se encontraban sus amigas dentro del auto, agitaron sus manos en forma de saludo.

Amor de estrella fugaz (Fanfic de Nathan Sykes) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora